domingo, 30 de septiembre de 2007

XVI CARRERA DE FONDO "VILLA DE CÁJAR"

Cuando me disponía a escribir la crónica de esta carrera, reparé que poco o nada había hablado de esta prueba en pos anteriores y no porque no lo supiera -fui convenientemente avisado por correo postal-; probablemente al no estar integrada en el Circuito de Diputación, de forma no consciente, sueles tender a pensar que su ubicación en la agenda de carreras es más anárquica. Pero no, es una carrera que lleva ya 16 años celebrándose, por cuenta, mérito o demérito, del pequeño municipio de Cájar, una población dormitorio escorada al sur de Granada, quizá uno de los pocos de Granada que cuenta con un equipo de Hockey sobre Patines federado. Y hacia allí nos dirigimos los habituales del Circuito para comenzar esta prueba, corta pero intensa. Nos esperaban 8 bonitos kilómetros, muchos de los cuales transcurren por la Vega de esta población.
Además, se trata de una prueba que "despierta" nuestras piernas y nos comienza a aportar el ritmo de competición que necesitaremos en los meses siguientes.
Paco había confirmado que asistiría a la prueba y acordamos quedar en mi domicilio para dirigirnos a Cájar -lugar al que hoy llegamos sin despistes ni sorpresas intempe
stivas-; y una vez llegados volvimos a encontrarnos ese particular ambiente que se traza en todas las carreras y muchos coches que dificultan siempre el aparcamiento, si bien en esta ocasión no hubo problema alguno en hacerlo.
En una carrera de estas características, tan corta y tan rápida pocas estrategias se pueden llevar a cabo: tan sólo tirar todo lo que se pueda a lo largo de sus ocho kilómetros. Pero no nos engañemos sobre la benignidad de la carrera. Haciendo eco de la frase que Jose suele pronunciar acerca de que las carreras no son duras, sino que la hacen duras los corredores, en carreras cortas como ésta, el ritmo suele ser alto y todo el mundo va mucho más rápido que de lo que acostumbra. Es la vorágine de las carreras cortas.
Si en otras pruebas más largas, los primeros kilómetros -para la mayoría- suelen ser pausados, en esta no existe apenas tregua, y en este caso esa falta de tregua se traduce en la dura cuesta, de más de un kilómetro que asciende hasta el Barrio de Monachil. Lógicamente, esa subida ocurre al principio cuando las piernas van frescas pero sí, es una dura cuesta y eso definirá todo el recorrido que ya es en bajada o en llano, con algunos repechos aislados mucho más fáciles de transitar.
El año anterior tuve la sensación de ir rápido, empleando un total de 35 minutos y 7 segundos, a una media de 4 minutos y 22 segundos el kilómetro; además, por las circunstancias que fueren sentía que me encontraba mejor, algo más fino que este año. Sin embargo, este año la marca no ha sido apenas distinta, empleando sólo 6 segundos más en hacer idéntica distancia y recorrido; ahora bien, he de confesar que me he sentido algo peor que el año anterior y he sufrido en los dos últimos kilómetros: percibía lo que estoy percibiendo en los entrenamientos: respiración poco acompasada, a lo que hay que sumar el haber perdido algo de ritmo de competición, que es algo que siempre se acusa. No obstante, hasta el kilómetro 5, a pesar de la cuesta, el ritmo hasta el momento estaba en torno a los 4 minutos y 15 segundos, pero bajé ostensiblemente en los dos últimos kilómetros, no pudiendo seguir el ritmo del grupo con el que permanecí la casi totalidad de la carrera. Además, no sentía la necesidad de forzar más, consciente de que recién comienzo a rodar, tras un parón no demasiado largo, pero que en el mundo del correr hace mella.
No obstante, no puedo bajo ningún concepto negar que estoy creciendo a diario desde la vuelta de vacaciones y la prueba de hoy ha sido una puesta a punto muy importante. Ahora quedan veinte días en los que hay que aportar intensidad, kilómetros y rigor alimenticio para intentar mejorar la marca del año anterior en la Media Maratón de Granada, si bien aprecio que tendré una alta dificultad para poder, no sólo bajar, sino igualar la 1 hora y 37 minutos del año anterior. Todo dependerá de la evolución de los entrenamientos y la climatología existente el día 21 de octubre.
La prueba de esta mañana de domingo ha congregado a muchísimos corredores, se supone que todos con las vacaciones concluidas. Pudimos ver y saludar a mucha gente de nuestro club, Esquí Caja Rural de Granada: a Ángel Luis, al que felicito por su recuperación y más animado que nunca;a Manu, que sigue arrastrando su lesión, pero que a pesar de ello sigue haciendo muy buenos tiempos; a Fernando al que veo bien; a Bernardo, feliz por haber bajado de cinco minutos el kilómetros, algo muy meritorio; a Jorge Aguilera, a Eduardo y a algunos otros (la verdad es que es un club bastante numeroso). No corrió Alejandro ni tampoco Luis, supongo, resguardándose ambos para empresas más sólidas.
Paco ha hecho una carrera sobrada, demostrando que está volcado en la preparación de su debút en la Media Maratón de Granada. A instancias de Paco debutó en una carrera su compañero de trabajo Jose Manuel, que por la ilusión de su rostro, me temo que se ha "enganchado" a nuestro deporte, porque ya hablaba de correr la Media de Granada, interesándose, incluso por la fecha de la Media de Córdoba. Saludamos también a Victor, que corrió por su zona de entrenamiento habitual, a Antonio Faucón, con una forma impresionante como siempre y que la semana que viene acude a correr la Media Maratón de Huércal Overa (Almería). No asistieron Jose ni Francis Tovar a los cuales envío saludos desde aquí.
En el aspecto organizativo hay que felicitar a este pequeño municipio de Cájar, ya que en todo momento han estado volcados en la carrera. Ha habido mucho voluntario, muy activos todos ellos, y los cortes de calles y cruces por Policía Local, Protección Civil y Guardia Civil ha estado a la altura de las carreras mejor organizadas. Excelente detalle es la degustación de pasteles al final de la prueba, al parecer, de elaboración propia por parte de un grupo de vecinas de Cájar. La camiseta de recuerdo no es técnica pero no está exenta de calidad; además, la zona para refrescarse tras la prueba es amplia y cómoda: una nave que ejerce de pabellón deportivo e improvisado lugar de espectáculos ya que cuenta con escenario incluso.
En resumen, nos hemos encontrado con una carrera que anualmente nos impulsa y nos despereza del siempre necesario parón veraniego.

En otro orden de cosas, nos han confirmado la suspensión de la Prueba de Fondo de Almuñecar que tenía prevista su celebración el próximo domingo, 7 de octubre, algo que ya sospechábamos dados los importantes destrozos que provocó la última tormenta en el municipio tropical. No obstante, en la carrera de hoy circulaban dípticos anunciando una nueva prueba a celebrar el domingo 14 de octubre en la localidad vecina de Salobreña, en cuyo recorrido se integra la subida a su majestuoso y elevado castillo árabe. En total anuncian 10 kilómetros de recorrido. Esperamos acudir a esta nueva cita.

viernes, 28 de septiembre de 2007

TODO TIENE SU FIN


Como el título de aquella mítica canción de Los Módulos, posteriormente versionada con éxito por Medina Azahara y por El Barrio, todo tiene su fin. Lo comprendí inmediatamente a las pocas horas de acabar mi entrenamiento suave de 14 kilómetros, el pasado miércoles. Esa noche percibí una gama de dolores en las extremedidades inferiores que nada tenían que ver con los propios del principio de temporada, tras un parón de 20 días. Percibía un fuerte dolor en la parte posterior del tobillo de la pierna izquierda, muy cerca del talón de Aquiles; al mismo tiempo percibía un cansancio doloroso en ambas piernas, una especie de estrés muscular que indicaban claramente que la amortiguación de la zapatilla ya dejaba mucho que desear, y todo indicaba que el ciclo vital de mis apreciadas Adidas Supernova, merecedoras en su día, allá por el mes de febrero, de una laudatoria Oda, había llegado a su fin.
De los tres pares de zapatillas que poseo -New Balance 1023, Asics Landreth y las Adidas Supernova-, las Adidas habían sido las más activas. Con ellas preparé casi por completo el Maratón de Madrid, y con ellas hice la mayoría de los entrenamientos y carreras, utilizando las Asics, ocasionalmente, como sustitutas de aquellas y las New Balance, principalmente, para rodajes más rápidos, dadas sus características, si bien es una zapatilla que se adapta muy bien a todos los terrenos y ritmos de rodaje. No suelo llevar un control riguroso de los kilómetros que corro con cada par de zapatillas, pero sí suelo calcular de forma muy certera el número de kilómetros recorrido con ellas, así que las Supernova, haciendo un cálculo rápido, no bajan de 1000 kilómetros, volumen lo suficientemente amplio para que ya hayan perdido sus características iniciales, a pesar de poseer aún una apariencia más que notable, a excepción hecha de roturas más o menos visibles.
Así que esta misma tarde serán depositadas en el contenedor de ropa y calzado usado, quedándome tan sólo con los cordones que son resistentes y de calidad.
A los corredores nos cuesta siempre desprendernos de nuestras zapatillas preferidas pero es algo que se hace con gusto si éstas han cumplido sobradamente su papel. Por tanto, ¿qué zapatillas ocuparán su lugar? Sinceramente, no lo sé. Una opción interesante sería esperar la apertura del plazo del Maratón de Madrid y aguardar para ver si Adidas sigue promocionando la inscripción en esta prueba con la compra de las zapatillas, algo que es ventajoso, principalmente si la opción es ir a correr a Madrid, que aún no lo sé (estoy entre esta maratón y la de Sevilla). Otra opción es husmear para comprobar cómo está el mercado en cuanto a ofertas y promociones, si bien con la excepción de la Supernova no me moveré fuera de Mizuno o Asics, si bien siempre estoy abierto a nuevas experiencias, marcas y modelos.
Pues nada, cubierto el ciclo de estas leales y honestas zapatillas, le dedicaremos su merecido responso y las despediremos con la satisfacción de acabar en el cubo de la basura tras haber cumplido sobradamente su papel y ser inspiradoras de una encendida Oda, algo de lo que no pueden presumir muchas zapatillas, la cual volvemos a reproducir aquí por si alguién se la perdió:
Podría haber cantado tus virtudes sin solemnes conclusiones
O haber dedicado éstas de forma tibia e imprecisa,
Confiriendo grandes gestas a otros compañeros en juego,
Tales como el Dios Eolo,
La madre Gaia,
O la Diosa Endorfina
Pero no, no sería justo
Un día fuiste vilipendiada, incluso por mí,
Pero no eras la misma,
Conservabas nombre y marca
Pero en todo lo demás eras otra,
Otra más fría y distante,
Más mazacote y menos estilizada,
Más dura en las formas y en las esencias,
Luego ¿por qué aún conservas aquel nombre?
¿Será porque eres generosa y nada altiva?
¿O Porque omites olvidos e ignoras querencias?
¿O Porque son virtuosas tus nuevas prestaciones?
¿O, tal vez, porque tan segura estás de tu nuevo diseño?
¿Será por todo eso por lo que descuidas que te confundamos?
Pero todo eso te convierte en más virtuosa,
En más generosa en tus prestaciones,
En más estética en tu diseño,
En definitiva, en otra zapatilla.

lunes, 24 de septiembre de 2007

EN EL CAMINO DE NUEVO


Y con más ganas que nunca, si cabe. Como había comentado, el sábado pasado fue el día elegido para reiniciar una nueva etapa que, imaginariamente acaba con la Media Maratón de Motril, y comienza con la Medía Maratón de Granada, si bien en medio de éstas hay un par de carreras (Guadix y Almuñecar). Una nueva etapa, que lo es, al menos, a nivel psicológico y, por consiguiente, también con algún descanso físico. Han sido veinte días de parón, mitad voluntario, mitad forzado por acumulación de tareas personales, vacaciones, viajes, etc. Pero ya estamos en el camino de nuevo, comenzando el sábado, como decía, por esta ruta que se aprecía en las fotografías: un duro camino asfaltado que une Pinos Puente con Caparacena, y que se ha convertido en una de las rutas que siempre elijo cuando llueve o cuando ha llovido intensamente, tal y como ha ocurrido en Granada -además de en muchos más lugares-, particularmente el pasado viernes.
¿Y qué decir de esta primera salida tras esos veinte días de descanso? Se podría resumir en 43 minutos de inmenso disfrute a un ritmo lento -unos segundos por debajo de 5 minutos el kilómetro- y con unas sensaciones magníficas, además de encontrarme con unas piernas fresquísimas y ligeras.
Al acabar
el entrenamiento la sensación que elegí como más adecuada fue la de sentir que avanzaba como impulsado por un pequeño motor silencioso y suave, siendo una de las ocasiones en las que lamentas conprobar que apenas te quedan quinientos metros para acabar. Pero sé que no siempre será así. Habrá días placenteros y otros más duros, en los que habrá que forzar a las piernas y al corazón; habrá más días en los que el viento, el frío y la lluvía azotará por los cuatro puntos cardinales, pero también eso, a su forma, también será placentero.
A partir de ahora habrá que ir cuadrando el entrenamiento con las tareas cotidianas y con la cada vez más cercana nocturnidad. Pero habrá que entrenar todo lo duro que se pueda ya que son elevados los retos que nos aguardan.
Por cierto, hoy visité Málaga y aunque ya conocía la tienda y he comprado en varias ocasiones, tanto en Málaga como en otras ciudades españolas, he vuelto a visitar una excelente franquicia dedicada al deporte (excelentes artículos están a vuestra disposición, Paco y demás amigos malagueños). Los artículos dedicados al running son excelentes y excelentes son sus precios y su calidad y, por tanto, uno nunca puede resistir comprar algo, a pesar de que el armario ya esté a rebosar de prendas -entre las compradas y las obsequiadas en algunas carreras-. Así que no puedo evitar sentir envida de esta tienda que no existe en Granada, cuando, además, en Málaga está a pares.

jueves, 20 de septiembre de 2007

EUROS PARA TODOS

Se acercan las elecciones y hay euros para todo y para todos. Algo parecido a lo que ocurría con la justicia en aquella película de un soberbio y joven Al Pacino, donde el título de la película "Justicia para todos", no es más que el título irónico de una amañada justicia con pretensión de ser igual para todos, si bien hace aguas como demuestra el protagonista en el papel de joven e idealista abogado. Pues bien, ahora ocurre igual. Llegan las elecciones y ya sólo falta esperar cómodamente sentados en nuestra casa a que nuestros gobiernos nos ofrenden con euros, ya sea por alquilar, por ser madres, por ser joven...en fín tan sólo basta con intentar estar integrado en un colectivo que sea potencialmente favorecido en fechas próximas.
Es la temática que abordo en este corto y chispeante artículo que hoy ha publicado Ideal en su versión escrita. Os pongo el enlace de la edición de Almería, por si no os fuera posible consultar las ediciones escritas. Pinchad aquí.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

REFLEXIONES DESDE LA INACTIVIDAD


Los seres humanos solemos ser contradictorios. Resulta que mientras llevamos a cabo una actividad, cualquier actividad que nos satisfaga, por lo general, esa actividad se lleva a cabo de una manera más o menos automática, sin que reparemos que hacemos eso precisamente porque nuestro libre albedrío lo ha decidido. Lógicamente en ese campo hay que excepctúar el trabajo, siempre que éste no se lleve a cabo de una forma vocacional. Soy funcionario y creo - que nadie se alarme - que lo soy por vocación, porque siempre me he inclinado hacia la cosa pública (res pública que dirían los juristas romanos). De hecho, muchas de las actividades que he llevado a cabo casi siempre han tenido una vertiente pública. Pero, en fin, por vocacional que sea el trabajo siempre es trabajo, ya se sabe. Sin embargo, lo que decide ese libre albedrío suele estar en la órbita de a qué dedicar nuestro tiempo libre. Y en ese siempre he procurado tenerlo claro; o al menos, no tener excesivas dudas al respecto. La lectura, la creación literaria, el cine, cierta música, el deporte en general, y particularmente en una época el fútbol; en otra el ciclismo y ahora correr. Pero siempre he intentado disfrutar al mismo tiempo que competir, algo que he hecho en las tres disciplinas, si bien nunca como una propuesta profesional, ni tan siquiera amateur, y mucho menos ahora, porque para mí correr significar pasarlo bien, mantenerme y bien y llevar a cabo una actividad original y, desde mi punto de vista, repleta de virtudes y experiencias.
Pero, como decía, curiosamente en estas cosas piensas cuando no llevas a cabo la actividad. Por ejemplo, mientras estás inmerso en la preparación de una prueba como el maratón no sueles pensar que eso lo haces porque disfrutas, es más, nadie de los que te rodean consideraría que estás en sano juicio si afirmas que haces en torno 30 kilómetros cada sábado o domingo porque disfrutas. No. Sabes que disfrutas a tu modo, pero eso no puedes trasladarlo al común de los mortales, que por lo general no suelen correr maratones. Pero luego acaba la prueba y reflexionas sobre esas largas tiradas, esas series que de vez en cuando haces y te dices: sí, he disfrutado.
Además ocurre que el mejor antídoto para saber si tu ánimo, tu afición o tu predisposición está plenamente convencida de que llevas a cabo una actividad a lo largo de todo el año, ya llueva, nieve, haga frío o calor, es precisamente dándose estos descansos - que tampoco deben ser excesivos - para poder recuperar no sólo piernas -como decía Víctor o Paco Montoro- sino para poder recomponer en tu mente y en tu ánimo la idea que siempre te mueve, que no es otra que: me gusta correr.

lunes, 17 de septiembre de 2007

¡ARRIBA CHICOS!.....


...Porque seguís siendo los mejores. Lo de Rusia ha sido un partido malo, muy malo. Y eso no cambia nada. Si el sábado os portasteis como unas señores, ayer domingo no iba a ser menos. Un borrón lo tiene el mejor escribano. Y que no quepa duda que la selección española, hoy por hoy, es la mejor selección del mundo oficialmente y la segunda de Europa. Por tanto, nada ha cambiado. Hay que pensar ahora en en las Olimpiadas de Pekín de 2008, sin más.
Ayer el partido ante la selección rusa fue malo, posiblemente el peor desde que Pepu Hernández está en la selección; para colmo, Gasol, Navarro y Calderón no fueron sombra de ellos mismos y la muñeca de Garbajosa no estuvo fina. Pero qué importa: un partido no echa por tierra toda una gran trayectoria, que se comenzó a gestar en 1.999, en los mundiales de basket en la categoria junior en Lisboa.

Pero ganamos a Rusia. Al menos lo hicimos en voleibol, en un partido increíble de la selección española, una selección cargada de garra y buen hacer en un deporte tan difícil como es el voleibol. Se forzó, in extremis, un quinto y se arroyó a la intratable Rusia en esa último juego. En ese deporte y con toda la justicia, sí somos los campeones de Europa, si bien en baloncesto, por lo demostrado, haciendo abstracción del marcador...pues también.

NUESTRO CIRCUITO DE FONDO

Tan ocupados andamos rellenando páginas sobre otros deportes que ahora no han reclamado atención, que casi nos olvidamos del Circuito de Fondo de Diputación de Granada.
Ayer se celebró la prueba de fondo del Melocotón, sobre un recorrido duro de 18 kms., cargado de dificultades y, probablemente, caluroso. Vi por la noche en Internet las clasificaciones y que habían corrido alrededor de 400 corredores. Y sentí una envidia sana. Por tanto, espero poder estar en ese ambiente que tanto me motiva, en la próxima prueba, en Almuñecar el 7 de octubre. De hecho ya tengo fecha y, casi hora, para comenzar mis entrenamientos con intensidad alta, si nada lo remedia: serán 10 kms., el próximo sábado 22 de septiembre por el circuito de la Vega de Pinos Puente.
Enhorabuena a todos los que acabasteis la prueba de Guadix y a ver si os animáis a contarnos sobre la prueba.

sábado, 15 de septiembre de 2007

...PERO HABLEMOS DE LO IMPORTANTE OCURRIDO ESTA TARDE


Hasta ahora no hemos hablado de nuestra selección de baloncesto. Y no lo hemos hecho porque parecía evidente que obtendría el reinado europeo, tras la exhibición en Japón el año pasado. Pero hoy hay que hablar de ella. Pero no sólo porque haya ganado -que era lo previsto-. Tampoco porque sus jugadores se hayan entregado en equipo, como cada partido hacen, como siempre. Hay que hablar porque hoy han demostrado algo más que saber jugar muy bien al baloncesto. Ante una selección griega que ha optado -de manera planificada, en mi opinión- por meter bulla, fanfarronería, caos, desorden, y que además ha jugado como los ángeles, nuestra selección tras unos minutos de titubeo, asombrados ante lo que estaba pasando y como funcionaban los griegos, en la segunda parte -en particular en el último cuarto- ha templado gaitas, ha sabido interpretar perfectamente en qué camino no había que penetrar y se han puesto a jugar al baloncesto como ellos sólos saben. En baloncesto la dirección del técnico es decisiva, casi más decisiva que en cualquier otro deporte de equipo y aquí se ha demostrado una vez que Pepu ha estado al nivel que todos esperamos de él, ha trascendido a su sabiduría baloncestística, demostrando que es una persona culta, elegante y muy educada. Que más se puede pedir. Ha sabido guiar a sus pupilos por un camino que pocos los sabrían hacer. De aquellos gritos y gestos elocuentes del fallecido Díaz Miguel hasta Pepu Hernández hay todo un abismo. Pero qué decir de los doce jugadores de España, qué decir de Navarro, de su frialdad cuando todos tiritábamos en casa de nervios -y no sólamente Rafa Nadal-; qué decir de la templanza de Gasol ante las provocaciones griegas, verdaderos maestros en ese campo; qué decir del temple de Garbajosa en los tiros libres; y qué de decir de todos y cada uno de nuestros jugadores.
Me gusta el baloncesto porque no hay divos como en el fútbol, porque su seleccionador es una persona -repito- culta, elegante y educada y las comparaciones con el seleccionador nacional y sus espectáculos chochos son odiosas. Que cada uno saque sus conclusiones. Me gusta el baloncesto porque sus jugadores, los jugadores que practican este deporte son muy sanos, saben hablar ante los micrófonos, son millonarios sí, pero no van de ello (un ejemplo increíble es Gasol), y las comparaciones aquí también con los jugadores de la selección en particular y de fútbol en general, son odiosas, excepto las siempre lógicas y bienvenidas excepciones.
No sé lo ocurrirá en la final, pero no importa: hoy la lección deportiva, humana y profesional dada por la selección de baloncesto se merece la máxima nota. Enhorabuena por ser vosotros y aportar tanta cordura a un mundo con tanta estulticia.

UN ¿MERECIDO? DESCANSO

No estaré en Guadix. Y es que en realidad ya va siendo hora de tomar un descanso. Desde la primera carrera de la temporada, el 16 de enero en Jaén - la carrera de San Antón-, hasta hoy, han sido numerosas las carreras celebradas, destacando la preparación del Maratón del Madrid -mi debút en la distancia, en uno de los más duros del Estado-, además de tres medias maratones -Almería, Baza y Motril-, amén de un buen número de carreras más pequeñas, y el entrenamiento que conlleva todo eso. Pero es más: el año aún no ha concluido; de ahí el descanso post-vacacional, precisamente para asumir los nuevos retos con más energía que nunca, si es posible, ya que antes de que acabe el año -si todo marcha correctamente- aún quedan dos carreras del Circuito de Diputación, excluyendo la del Melocotón -Almuñecar y Santafé-, la Media Maratón de Granada, carrera a la que intentamos ir lo mejor posible y, posteriormente, probablemente viajemos a Córdoba a celebrar su Media Maratón y, probablemente, a alguna carrera más.
El año anterior, en Diciembre, no hubo tregua, a pesar de la irrupción de la Navidad, ya que fueron muchos los rodajes y entrenamientos durante estos días, incluidos los días de Nochebuena y Nochevieja; y este año no hay motivo para que no vuelvan a repetirse las salidas en estas fechas, sobre todo si quiero llegar a las primeras carreras del año -Jaén y Almería- adecuadamente.
Por tanto, está justificado ese descanso. Desde ahora hasta el día 22 de este mes en curso no habrá salidas; si acaso algún estiramiento y alguna sesión de abdominales, procurando no sobrepasar la ingesta.
Un descanso para "volver" con nuevos bríos.

viernes, 14 de septiembre de 2007

...AHORA TOCA LITERATURA



Parece que se cumple una vez más lo que ya vaticiné en su día: hablo de literatura cuando menos salgo a devorar kilómetros. Sin embargo, habría que atribuirlo más al resultado de la casualidad que a una evidencia; de hecho, siempre está la literatura presente en mi existencia, corra o no lo haga, y considero que el tiempo empleado en correr -que a veces es mucho- lo doy por muy bien empleado, teniendo la literatura su tiempo también indefinido.
En esta ocasión hablo de Saramago, de José Saramago, el escritor portugués muy vinculado a nuestro país y, particularmente, muy vinculado a la provincia de Granada, en concreto, a la bonita localidad del norte de la provincia, Castril. Y sobre su literatura escribo - en concreto sobre tres de sus obras- en este artículo que hoy ha publicado Ideal en sus cuatro ediciones -Granada, Costa, Almería y Jaén-. Os dejo con el enlace por si fuera de vuestro interés, aunque -como siempre- os recomiendo la lectura física en el periódico de hoy, algo que os será facil alcanzar ya que Ideal está muy presente en toda la hostelería de Granada, Almería y Jaén.

Podéis acceder al artículo pinchando en la fotografía de José Saramago.

martes, 11 de septiembre de 2007

MÁS PERRO Y MÁS FONDÓN


A quien me conoce le costará digerir lo que ahora escribiré: a pesar de todas esa alusiones a mi cambio físico -todos los corredores dedicados cambiamos de físico, más antes o más después-, ahora que he vuelto de días de asueto, de nada correr, de comer cosas que en el resto del año no hago ni por mirar, uno se siente más fondón. En realidad no es un sentimiento totalmente físico ya que la balanza ha avanzado apenas dos kilos, pero la dejación de la actividad hace que uno se sienta fondón, alejado de toda perspectiva, no ya de competir, por ejemplo, en la próxima carrera en Guadix, sino de correr diez kilómetros por la Vega o por donde sea.
Seguramente esta sensación que describo le ha ocurrido a alguno de los lectores de este blog que, generalmente, son corredores asiduos. Sé, soy consciente que este blog no tiene demasiados comentarios, bien porque no es muy visitado -aunque me aseguran que sí- o bien porque quienes los visitan no suelen ser adictos al teclado, algo que comprendo y respeto y que sé por testimonios directos, pero dicho esto, no me parecería ningún atrevimiento pediros que algunos de vosotros, amigos corredores, me comentarais si alguna vez habéis tenido esa sensación de la que hablo, que suele ocurrir casi siempre a la vuelta de vacaciones.
En mi caso, no me parece alarmante, es más, me parece hartamente positivo. Me explico. Uno que suele estar todo el año, ya llueva, nieve, haga frío, calor, caigan chuzos de punta o mis vecinos de ruta sean lagartos plácidamente tumbados al sol de casi cuarenta grados; decía que uno que está todo el año corriendo, sabe que no es nada fácil estar todo el año en tensión, sabedor de que llegarán etapas del año en los que el correr se difumina alarmantemente gracias a la presión mediática de las fechas concretas, casos como la Navidad, el verano ocioso, y algunas cuantas épocas más, y gracias a que uno ya ha educado sus instintos selváticos hacia el apetito y sus ojos y hace ascos de anuncios megaconsumistas que te invitan a no hacer nada, a usar todos los aparatejos del mundo que invitan a constituirse en un obeso más, a comer sin mesura basura con elementos tipo E-330 o saturados en grasa, decía, gracias a que todo eso se lo pasa uno por las partes más pudendas; de lo contrario uno podría convertirse en un tipo orondo, de esos que salen en las estúpidas series americanas o españoles, que en esto imitamos muy bien. Pero excepción hecha de todo eso, uno es consciente que no es perfecto -ni Dios lo quiera- y acaba sucumbiendo algunas veces, no ya a todo eso que narro, sino a cierta inmovilidad y cierta glotonería, que todo es necesario.
También es posible que en ocasiones algunas tareas sedentarias nos tengan retenidos, como ocurre en mi caso actualmente, ahora que dedico horas y horas a preparar un curso que he de impartir muy pronto, juntándose, para colmo, el hambre con las ganas de comer. Ahora bien, insisto que cuando esto ocurre no lo tomo como bajadas ni nada por el estilo, sino como descanso, siempre muy necesario, porque como bien decía Paco Montoro, ahora llegan meses de mucha carrera y competición, sin ir más lejos hasta final de año: Media de Granada, Media de Córdoba, Media de Los Palacios -si al final me animara-; o bien Media de Linares, Prueba de Fondo de Almuñecar, Prueba de Fondo de Santa Fé, la "carrerilla" que organizan en Cájar, y probablemente alguna más que surgirá por ahí. Pero no habrá tregua, ya que recién comenzado el año surge la Media de Almería, que el año pasado disfruté un montón, con emoción en la ajustada salida incluida; la carrera de San Antón, que siempre tiene algo especial. En fin, que la psicología y la biología a veces suelen ser sabias y, en ocasiones, saben detenernos unos días para descansar, haciéndote un poco más perro, porque en el fondo y en la forma uno sabe que voluntad y capacidad de sacrificio existe y que las lluvias y fríos venideros no le retendrán y acabará uno por vengarse con esa balanza que tan fría y hostil te mira a los ojos cada mañana.

domingo, 9 de septiembre de 2007

YA LLEGAMOS, POR TANTO, YA HAY QUE CORRER.

Correr. Volver a reinventarse y correr. No han transcurrido más que siete días desde que corrimos la Media maratón de Motril y parece que ha pasado un siglo; es más por ahí resopla -como dijera un ballenero de Moby Dick cuando aparecía aquella metáfora blanca y enorme en forma de ballena- la casi media maratón de Guadix, la prueba de fondo del Melocotón, si bien uno nunca sabe si tiene piernas, corazón y sangre para llevar a cabo una carrera larga tras un tiempo de inactividad, unas piernas más blandas y unos kilos más de humanidad, máxime tras algunos días en los que los ojos se acostumbran a la tenue y ensoñadora mirada que separa el cielo del mar y en los que el correr ha estado ausente.
Veía por las mañanas, muy de temprano, a corredores y corredores que se esforzaban por la sólida playa, que comenzaba a desperezarse, y sabía perfectamente que no les emularía en absoluto. En mi caso, al contrario de otros conocidos, no es habitual que corra en días de descanso y tan sólo he incluido mis zapatillas en viajes de placer más largos y apartados de la vaguedad vacacional. Tengo que decir honestamente que mi afición por correr no llega a esos niveles de exigencia, si bien los efectos del no correr y sí mucho comer, y sí mucho desconectar, y sí mucho romper el ritmo habitual, suelen ser demoledores y es por ese y otros motivos por lo que prefiero vacaciones cortas y frecuentes, al tiempo que intempestivas.
Decía que veía esforzados corredores y corredoras y voluntaria o involuntariamente seguía sus pasos desde lejos, bien desayunando, bien tomando una cerveza, bien paseando; y no podía dejar de encasillarlos en varios grupos (¿será uno mismo encasillado por otros cuando corremos?): estaba el corredor sólo de verano, al cual se le veía trotar muy suave, sin apenas levantar los pies del suelo, embutido en un atuendo deportivo totalmente alejado de los cánones materiales mínimamente exigidos -nada de algodón, nada de bermuda-, dotado, no ya de una barriga prominente, pero sí algo más que fondón, con las piernas poco trabajadas por los kilómetros y totalmente ausente de técnicas depilatorias; también estaba el corredor cuarentón, delgado pero no extremadamente delgado, tal y como lucen los corredores habituales de fondo, corredor habitual pero no intenso, encasillado más en quien suele trotar todos los fines de semana del año y casi todos los días de los meses estivales, alzando algo más las piernas, que aparecen algo más trabajadas por los kilómetros y toqueteadas un poco por técnicas depilatorias; su ropa no es totalmente técnica pero sí evidencia algunos cánones estéticos y funcionales adecuados para correr y se nota que ha pasado por Decathlón; y por último estaba el corredor y corredora de todo el año, con piernas muy trabajadas, delgadez que evidencia la realización de algunos maratones y medios maratones, piernas depiladas, ropa técnica adecuada, velocidad de crucero y estilo propio de corredores aplicados. Y pensaba que seguramente cuando uno corre también es integrado en alguno de estos tres grandes grupos o algunos más que pudieran estar a mitad de camino de éstos.
Así que vuelves y sabes que tienes que comenzar a correr. Conectas el ordenador y lees los correos, que en buen número se habrán acumulado en tu bandeja de entrada. Compruebas los correspondientes a este blog y observas que no son muchos, pero elocuentes. Mario me viene a decir que va a dar más de sí mismo en la Media de Granada, por lo que sé que se esforzará en este mes y pico que nos queda por las calles y parques de Madrid. Jesús Lens, que ha corrido con mucho mérito la Media de Motril me comunica que me cita en su afamada columna -cuya lectura aconsejo pinchando aquí- de los viernes en el periódico Ideal, lugar donde compartimos en ocasiones afición a la literatura con nuestras respectivas columnas. Y curiosamente alguna de las indicaciones que le ofrecí antes de la carrera decía: "En la carrera de Motril tienes que ir de menos a mal", errata de esta última palabra en la que no reparé, escribiendo mal por más (¿ pero no ocurrirá a veces que las erratas no son más que un trasunto de nuestro propio inconsciente?), de manera que con su ágil y elegante pluma utiliza esa errata de manera proverbial hasta el punto que un sentido mucho más que sensato, ya que es bastante lo que se sufre en esta prueba. Así que leo su columna, como hago casi siempre que el tiempo no me asfixia, y observo que elabora todo un sabroso fresco de la prueba y su experiencia, exagerando incluso cuando me tilda de "gran corredor y articulista", si bien admito que ambas cosas las intento cultivar lo mejor posible, pero no siempre con satisfacción plena. Por tanto, todos esos elementos hacen que se vaya entrando en calor, tanto en el día a día como en nuestro mundo de corredores populares esforzados. Es decir, aquí estamos de nuevo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

XIV MEDIA MARATON INTERNACIONAL "CIUDAD DE MOTRIL"


La 24 edición de la Media Maratón de Motril no ha roto en absoluto las expectativas que hacia esta carrera habíamos vaticinado, vista y comprobada la carrera del año anterior. A decir de todos, esta carrera sólo tiene un handicap no achacable a cuestiones humanas: la meteorología; la humedad, el calor, si bien no posee un trazado complicado, excepción hecha de los últimos 500 o 700 metros, que suelen ser los más duros. Por lo demás, excluida la Media Maratón de Granada del Circuito de Fondo de Diputación, esta carrera se ha convertido por mérito propio en buque insignia del mismo, y todo en ella es excelencia. Lo es su alto nivel organizativo; lo es la bolsa del corredor; y lo es la alta presencia de corredores, venidos de muy distintos puntos e Andalucía, como hemos podido comprobar.
Pero a pesar de todos esos parabienes y la práctica llanura del terreno, la Medio Maratón de Motril no es una prueba asequible. Es más, es una prueba "traicionera" en el sentido atlético dada la humedad y el calor que acompaña al corredor a lo largo de los 21 kilómetros, convirtiéndose algunos kilómetros en muy duros por la escasez de sombra. De ahí que sea muy difícil establecer marcas, tal y como sí podría suceder en la Media Maratón de Almería o de Córdoba. Es por todo eso por lo que algunos corredores comentaban a la llegada, que el 2 de septiembre no es precisamente la mejor fecha para correr en la Costa, si bien es cierto que esas condiciones climatológicas hacen de esta prueba algo especial.

En particular, era la segunda vez que corría esta prueba. La primera, el año anterior, ya fui avisado de su dureza climatológica y es por ello por lo que fui muy conservador. Este año, conociendo la situación decidí no ir por encima de mis posibilidades pero sí eliminé parte del conservadurismo del año anterior, pudiendo bajar la marca en más de 6 minutos. Pero no se llega -nos ocurre a casi todos- a esta prueba lo suficientemente "fino", ya que se produce una fisura entre la última prueba del Circuito y ésta, quedando agosto de por medio, mes muy irregular en cuanto a entrenamiento metódico, dado que es un mes vacacional para muchos y ocioso para la mayoría. De ahí que sea muy difícil llevar a cabo un entrenamiento exigente.
La Media de Motril de este año la corrimos con un calor mucho más apreciable que el año anterior, por lo que la humedad también era mayor. De hecho, en los primeros kilómetros por las calles de Motril, prácticamente exentos de sol y aún alejados de la Costa, el sudor en las camisetas en las frentes de los corredores ya era apreciable y no pudimos evitar pensar que unos kilómetros más adelante el calor podría ser sofocante entre las 10 y las 12 de la mañana. Así lo debió de entender la organización porque cada año dispone de varios pasos de ducha, que vienen muy bien, sobre todo, en el aspecto psicológico, además de agua fresca suficiente y las siempre bienvenidas esponjas.
Comencé la prueba a un ritmo algo más vivo que en ocasiones anteriores, ya que es cierto que todo lo que se pueda avanzar al principio siempre es positivo, sobre todo si en los últimos kilómetros vas más tocado y tienes que reducir el ritmo. No obstante el ritmo vivo, siempre intenté conservar las máximas fuerzas posibles, porque era sabedor que a partir del kilómetro 17 o 18 se suele complicar la carrera, que además culmina en cuesta. Sin embargo, la dureza de las carreras siempre la elegimos los corredores en función del ritmo al que podamos ir.
En todo momento intenté no sentir momentos de debilidad en los primeros 12 o 13 kilómetros ya que si eso ocurre se torpedea enormemente el aspecto anímico, así que busqué las referencias casi kilómetro a kilómetro, comprobando que en el 7 el cronómetro apenas estaba en 32 minutos, algo que me hizo bajar un poco el ritmo porque aún quedaban dos tercios de carrera y el miedo siempre lo llevas en el cuerpo ante la incertidumbre de cómo estarás 7 kilómetros más adelante. No obstante, comprobé que al paso por el kilómetro 13 había empleado justo una hora por lo que el primer test importante ya lo tenía superado: los ocho kilómetros siguientes ya no importaría que los hiciera -en el peor de los casos- a cinco minutos el kilómetro; de hecho barruntaba que superar los 40 minutos en esos 8 kilómetros restantes sería bastante improbable, a salvo siempre de que pudiera entrar en una pájara, alguna lesión o, simplemente, un bajón producido por la mala transición metabólica de la energía, ya que suponía que esos primeros 13 kilómetros ya habrían acabado con las reservas alimenticias depositadas en el organismo. Todo ese pensamiento mal hilvanado -porque pensar en una prueba larga es muy difícil- me hizo confiar de mis posibilidades y relajarme enormemente, justo en los momentos en los que más dura se ponía la carrera, que es la ardua vuelta por el paseo marítimo en dirección a Motril, existiendo tramos, como decía, en los que no existía ni un atisbo de sombra.
A pesar de los fríos cálculos a los que ya uno se va acostumbrando a medida que se van realizando pruebas, siempre queda la realidad del asfalto, que es la realidad más cruda, y ésta se encara siempre en los kilómetros finales, particularmente, a partir del 18, porque ahí se aglutina el cansancio, el calor y las ganas de llegar, donde además, en Motril, te encuentras con una picada cuesta que te adentra en el Paseo de las Explanadas, donde está situada la meta.
En los últimos tres kilómetros -muy en particular en el último- bajé la media kilométrica, aunque si bien no de manera muy ostensible, sí apreciable, no pudiendo igualar la marca de 1 hora y 37 minutos realizados en las tres últimas medias -Granada, Córdoba y Almería-, acabando en 1 hora 39 minutos y 16 segundos, según reza el mensaje enviado por la organización a mi teléfono móvil. No obstante, esta prueba de Motril no tiene en común mucho con las otras tres pruebas indicadas y hay que dar por bien empleado el tiempo registrado, dadas las circunstancias climatológicas y la fecha de la prueba.

Esta prueba está muy bien organizada como decía, por lo que no podía tener una mala bolsa de corredor. Este año ha habido también un bonito trofeo -superior al del año anterior- conmemorativo, y la camiseta responde a los criterios técnicos que necesitamos para correr. Además, la organización nos ha sorprendido con un par de calcetines que, a priori, tenían muy buen aspecto para poder utilizarlos para correr. Además no ha faltado en ningún momento la fruta necesaria y la bebida necesaria - al menos en el momento de mi llegada-, existiendo detalles tales como el clasificar las camisetas por tallas.
El gran número de voluntarios, todos ellos distinguidos por una camiseta idéntica, el buen número de Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil y personal el área de Deportes y el área de Servicios, han hecho de esta prueba que contenga todos los elementos necesarios para ser considerada como una prueba muy seria y profesional.
Como indicaba a algunos compañeros del club bromeando, esta mañana llegué muy temprano por estar pernoctando en la misma Costa granadina, por lo que no tuve ningún problema para aparcar cerca de la salida y llegada y poder tener el tiempo suficiente para llevar a cabo todos esos ritos que solemos llevar a cabo los corredores junto al maletero del coche.
En esta prueba vi a muchos amigos y conocidos. En cuanto a miembros del club, allí se encontraban Manu (que ha corrido algo lesionado), Bernardo, Fernando, Luis y Alejandro, entre otros; además corrí unos minutos con Antonio Faucón que venía de correr su primer triatlón; también acudió a esta prueba Mario -que ya no se pierde ninguna prueba-. Posteriormente saludé a José (Oliver) y a Jesús Lens, que al fin se decidía a correr una prueba del Circuito.
Por último, es grato correr una prueba que en todo momento respeta al corredor y que demuestra año tras año que organizan el evento con la mayor ilusión y profesionalidad.