miércoles, 31 de octubre de 2007

CONCEPTO DE ESPAÑA


A mi pesar, no funcionó el enlace que redireccionaba a Ideal, por lo que no ha sido posible que consultéis el artículo que anuncié publicado ayer. Por tanto, para evitar nuevos desajustes técnicos transcribiré aquí el mismo íntegramente, tal y como fue publicado, invitando a que ofrezcáis vuestra opinión sobre el concepto de España que cada uno tenemos. Ahí va:

Es factible – y casi aconsejable - discutir sobre el concepto de España. Releer fuentes históricas serias -alejándonos de los postulados de Pío Moa, por supuesto- e intentar situar la génesis de ese concepto en el Estado actual. Y todas las opiniones serias y rigurosas habrán de ser válidas y bienvenidas. Ahora bien, sería muy conveniente dejar atrás demagogias y lecturas interesadas sobre lo que fue, lo que es y lo que deba de ser España en un futuro más o menos cercano. De hecho, ese futuro más o menos cercano no se puede comprender con una cerrazón en la discusión hacia cuestiones tan vivas acerca de la idea de España que tienen los españoles de las regiones con más tintes nacionalistas e independentistas al tiempo que no podemos desdeñar la cuestión de nuestro entorno europeo, que no se agota en el artificio de la Unión Europea sino que hay que entenderlo como una vocación histórica que siempre ha tenido nuestro país. Pero no sería tan completo ese puzzle si obviamos la España de la inmigración, fenómeno ya sufrido por países de nuestro entorno más avanzados, tales como Francia, Alemania, Inglaterra o Suiza, entre otros, y que ahora se centra en España. Pero esa inmigración deberá de llevar un cauce natural al margen de mafias internacionales y actitudes no integradoras e interesadas únicamente en nuestro costoso Estado de bienestar. De manera que observados a vista de pájaro, sin el análisis riguroso que estos complejos temas necesitan, parece contradictorio encontrarnos en el futuro a una España con distintas sensibilidades en función de la región en la que nos encontremos al tiempo que se vuelve cada día más multiétnica, no siendo ninguno de estos asuntos baladí, ya que surgirán desencuentros convivenciales e incomprensiones de tipo cultural.

Dicho esto, uno tiene fundadas dudas acerca de si existe verdadera capacidad, interés, actitud y aptitud de nuestros responsables políticos por intentar al menos discutir sobre estos asuntos que florecen a la vuelta de la esquina. Dudo que el actual gobierno, tan preocupado como parece estar por volver a ganar las elecciones, le interese profundizar en estos asuntos. Asimismo, tengo fundadas sospechas que poco o nada importa a la oposición del Partido Popular este asunto, siendo su mensaje nada dado a profundizar sobre el futuro de España. Por el contrario, interesan otras cuestiones mucho más inmediatas y electorales. Por ejemplo, el gobierno desde hace unos meses ha entrado en una espiral subvencionable y muchos son los colectivos que están preparando su cuenta corriente para obtener ingresos del Estado, bien por tener hijos o más hijos, por alquilar u otras cuestiones, que van más en la línea de regalar peces que en enseñar a pescarlos. Por su parte, el Partido Popular sigue encerrado en su propia mismidad intentando que cale el mensaje de una España unitaria que afronte el futuro sin que parezca preocuparle otras consideraciones que al margen de deseos o formulaciones políticas concretas se mostrarán tarde o temprano.

Asimismo, si bajamos al planteamiento de gobiernos autonómicos y, en particular, a quienes se les acercan las elecciones, como es el caso del andaluz, más de lo mismo: una suerte de talonario de cheques dispuestos a comprar todo lo necesario por arrancar votos, obviando que se disfruta de un nuevo Estatuto de Autonomía, que una vez pasada toda la propaganda mediática necesaria ningún interés serio suscita su desarrollo por un gobierno autonómico que pareciera vendiera humo y construyera sus postulados sobre cartón piedra, fórmula ésta que le ha funcionado durante varios lustros.

Y ya estamos vueltos de ese periplo turístico-laboral-formativo por la siempre eterna Úbeda, habiendo viso con ojos distintos la majestuosa y de volumen bellísimo Sacristía de El Salvador tras los interesantes apuntes ofrecidos por nuestro amigo Roberto, de Armilla, aprovechando su mención para indicar -previa aclaración suya- que no es Presidente del club, pero -añado yo- sí un socio muy activo por lo que veo. Y estamos de vuelta con las pilas cargadas dispuesto a devorar kilómetros estos días, hasta la carrera del domingo y esperando que la relajación y las comidas copiosas y las cervezas de estos días no hayan provocado un desajuste notable, algo que no es normal que ocurra en tres o cuatro días, pero sí cuando se trata de más tiempo de ociosidad y glotonería. Así que es posible que pueda rodar con Mario, el jueves por la mañana, ya que se encuentra en Granada, por la Vega de Pinos Puente. Asimismo, el viernes próximo intentáremos hacer series o fartlek, y el sábado un trote corto pero alegre como colofón a la carrera de Santa Fé. A ver cómo estamos.


martes, 30 de octubre de 2007

AMALGAMA




















Esta majestuosa imagen del fondo, correspondiente a la Sacra Capilla de El Salvador es lo contemplado todas las mañanas -hasta el miércoles-, en esta majestuosa ciudad "Joya del Renacimiento": Úbeda. Pero no contamos sólo con esta joya arquitectónica en la monumental Plaza Vázquez de Molina, sino que es posible encontrar el Palacio de las Cadenas o el actual enclave del Parador Nacional de Turismo, entre otras joyas del renacimiento andaluz. Y es que allí nos encontramos estos días por motivos formativos- laborales y, claro, con ningún margen para poder correr, actividad que comenzará esta semana el jueves próximo. No obstante, a pesar de la inactividad existe la sensación de haber hecho los deberes, a tenor de las buenas sensaciones en las dos últimas carreras: Media Maratón de Granada y Carrera Nocturna de Atarfe y, seguramente, las dos o tres sesiones que pueda completar entre el jueves y sábado podrán ser suficientes para obtener sensaciones similares en la carrera de fondo de Santa Fé, última del Circuito de Diputación.

En otro orden de cosas, como alguien me dijo hace poco, no son muchas las ocasiones en las que actualmente hablo de libros, de cine, de artículos. Y es cierto. Así que aprovecharemos este post para ello. En Úbeda me encontraba cuando ojeando la edición de Ideal de Jaén atisbé un artículo mío enviado el pasado domingo, relativo a un asunto que me inquieta co
mo español (alejado de las connotaciones dadas por el PP), y considerando las circunstancias y el debate que en estas fechas adquiere el concepto de España y lo poco que parece preocupar a nuestros políticos patrios tratar este asunto con rigor, tan ansiosos como están por ganar las elecciones del próximo 9 de marzo. Y he de reconocer que el artículo está repleto de crítica y suscita a la reflexión. Es mi opinión y, por tanto, también me gustaría la vuestra, aunque sé que la patria de los corredores son nuestros kilómetros diarios y nuestras zapatillas, pero no sólo de correr vivimos. Supongo. Os dejo el enlace por si no habéis tenido la ocasión de leer la edición en papel de Ideal . Podéis pinchad aquí.
Por último, un
a curiosidad. No suelo tener excesiva suerte en cuanto a aparecer en las fotos que brillantemente elaboran nuestros amigos corredores de "Granada fotos de fondo", - si bien sí he aparecido casualmente en alguna- pero curiosamente existe una, en la que de forma muy torticera y remota, y en un segundo plano, en la foto (podéis pinchad en ella para ver mejor) hecha a un miembro de la organización de la carrera de Atarfe, nos podemos ver charlando mi amigo Paco (de espaldas), Pedro, gran maratoniano y uno de los cronometradores oficiales de la prueba y un servidor (a la izquierda). Y la curiosidad radica en ese halo de luz que casi evita mi imagen, luego, tal y como ocurriera en la excelente película "Fotografiando hadas", existirá a mi alrededor algún hado divino que tal y como comentaba Mario me hubieran dado alas a mis pies en la carrera que se celebraría minutos después de la toma de la fotografía. Se trata de un divertimento que -insisto- me pareció curioso.

domingo, 28 de octubre de 2007

V CARRERA POPULAR NOCTURNA "CIUDAD DE ATARFE"



La noche es para correr. Con esa frase sugerí el año anterior el lema de esta carrera, que ya se ha convertido en una cita obligada para los corredores granadinos. Pero ¿por qué es distinta esta carrera, o al menos contiene determinados elementos que la hacen distinta? No todo lo que es distinto tiene explicación, así como lo trascendental no suele estar en la categoría de lo medible, aunque sin llegar a hilar tan fino, algo de misterioso sí que tiene esta prueba, pero no ya sólo por el horario totalmente distinto a las carreras tipo, sino porque es una carrera que contiene una estética común de carrera popular que se mezcla con circunstancias, tal vez, ajenas a la carrera misma: el paso por el Coliseo, el trotar por sus calles y plazas haciendo despabilar el cotidiano trasiego de un pueblo que suele dormitar un sábado por la tarde; y a todo ello hay que unir toda una metódica y vital organización, no tan común en pruebas modestas, no oficiales y al margen de Circuitos o mediciones federativas. No sé si estarán de acuerdo los lectores - y corredores - de este blog, pero todos estos elementos entremezclados hacen que esta prueba sea singular, no obviando el fuerte tirón de los múltiples regalos que se sortean al final de la misma y la generosidad en los obsequios, de hecho, no recuerdo ninguna prueba popular -ni tan siquiera el prestigioso Maratón de Madrid- en la que se obsequie una equipación técnica compuesta de pantalón y camiseta. Y es que, tal y como me decían Manolo y José Antonio, hermanos e integrantes del club organizador Club Atletismo Atarfe, existe bastante colaboración del ámbito comercial y mucha entrega del club en la organización.
El año anterior, un poco más tarde, en noviembre, la tarde fue templada y luminosa, pero este año, a pesar de haberse celebrado la prueba unas semanas antes, aún sin finalizar octubre, la tarde se presentaba nublada, fría, oscura y poco plácida para correr, tal y como parecían reflejar los rostros de algunos lugareños que veían el discurrir de atletas, la mayoría con atuendo de competición, sin comprender que no sufriéramos el frío que ya presagiaba una intensa tormenta. Pero se equivocaban: si percibíamos el intenso frío, si bien sabíamos que en pocos minutos éste desaparecería con las primeras zancadas.
Y la prueba comenzó puntual, otro dato que hay valorar para una prueba no oficial. Alrededor de 500 corredores en la línea de salida en la esmerada pista de atletismo del campo de fútbol de la localidad, una vuelta de reconocimiento y salida para las vacías calles de Atarfe.

MI CARRERA

Cuando ayer hacía nueve kilómetros entre Caparacena - Pinos Puente - Caparacena, haciendo ese regreso por un, para mí, mítico camino entre olivos (mítico porque durante bastante tiempo, cuando aún corría sin mucha dedicación, salía a correr por allí, tras salir del trabajo y antes de almorzar. Y era todo como un rito de fuerte arraigo emocional: corría, me duchaba y mientras almorzaba veía el también mítico y genial comienzo de la película "El Nombre de la rosa", basada en la novela de Umberto Eco), consideré que la semana posterior a la Media Maratón de Granada había sido casi sabática -en parte por culpa de los problemas generados por la uña del pulgar del pie izquierdo- y, por tanto, muy pocos serían los kilómetros llevados a cabo. Así que intentaría encontrar un buen punto en esta carrera de Atarfe que, a tenor de lo visto el año anterior, no contaba con más de 9 kilómetros, y que esa carrera me sirviera de entrenamiento de calidad. Por tanto, desde el primer kilómetro me encontré con la mentalización necesaria para "sufrir" a lo largo de lo que resultaron ser 8.400 metros. Y, efectivamente, busqué un ritmo lo suficientemente elevado como para intentar percibir que estaba llevando a cabo un entrenamiento de calidad. En otras carreras siempre me ha gustado ir de menos a más, pero últimamente estoy intentando memorizar ritmos similares tanto a la salida como a la llegada. Y cuesta, porque elevar el ritmo en el kilómetro cuatro, por ejemplo, siempre es más llevadero que elevarlo en el primer kilómetro. Lo importante sería no encontrar momentos de debilidad y, en todo caso, si éstos llegaban que fueran en la parte más avanzada de la carrera.
La alta presencia de corredores se va desmoronando a medida que nos alejamos de la salida, y ya en el cuarto kilómetro los huecos son más que visualizables, algo que permite correr más cómodo y con menor peligro. Antes de hacer el primer paso por el Coliseo encuentro un grupo que podría venirme muy bien para el ritmo que en ese momento llevaba, en torno a 4 minutos y 10 segundos, aproximádamente. Intentaría seguir ese ritmo el mayor tiempo posible y, en realidad, no menguó a tenor de la media final obtenida. Es más, es posible que en los kilómetros posteriores ese ritmo fuera bajado unos cuantos segundos. Pensaba que mientras la respiración no me obligara a bajar el ritmo podría seguir manteniéndolo porque las piernas se encontraban frescas y el paso era armónico. Momentos hubo - en torno al kilómetro 7-, tras haber pasado por segunda vez el Coliseo calculo, en los que perdí algo de "puch", para pronto volver a recuperarme. La larga recta que arranca a la salida del Coliseo conduce finalmente al estadio para una vez dentro dar una vuelta a la pista, algo que siempre he llevado mal a nivel psicológico, pero en esta ocasión las fuerzas acompañaron. Descuidé poner mi cronómetro, pero el de Victor que llegó en el mismo tiempo que yo marcaba 34 minutos y unos pocos segundos. Y sí, llego cansado pero no extenuado. Una vez atravesada la línea de metal -¡ cómo somos de masoquistas los corredores!- Victor -que ostenta una farmacia en Pinos Puente- comenzamos a hablar sobre qué Maratón pensamos prepararnos para el año próximo. Me comenta que le gustaría debutar, probablemente, en Londres, y yo le digo que me estoy inclinando por Sevilla. Quedamos en hacer juntos algunas de las largas tiradas que forzosamente hay que hacer para preparar cualquier maratón, "me fastidia que el Ipod de la vuelta de nuevo", le comento jocosamente.
Los corredores van llegando poco a poco en una ambiente muy agradable en la linea de meta, y aprovecho para ir al coche a buscar algo de abrigo, a la espera que comience el ya popular sorteo. Éste comienza pasado por agua, aprovechando la magna tribuna del estadio para guarecerse de la lluvia, y comienzan a aparecer números y gente portando jamones, zapatillas, dinero en metálico, ante los ojos propios ojos y los de Ángel Luis -compañero del club-. Nuestra cabeza tiene dos puntos de referencia: el número de nuestra papeleta y los jamones a la espalda de los afortunados. Mientras el agua se retuerce en el cielo para caer con violencia, acompañada incluso de aparato eléctrico. Pero nadie se va, ya que con un buen regalo la lluvia siempre es más llevadera.
A la llegada no veo a Paco -que debió de agobiarse un poco cuando comprobó que mi teléfono móvil estaba en mi casa y no podía comunicarse conmigo- ni a Jose, pero sí coincido con numerosas caras conocidas: José Antonio, con el intercambio comentarios sobre la Media de Granada y Juan -ambos compañeros del club-. Al poco aparece Mario y comenzamos a bromear sobre el IMC. Y, posteriormente, también intercambié algunas palabras con Roberto, Presidente del Club Deportivo Armilla que se interesó por quién era el editor de este blog y vino a saludarme, muy animado a seguir organizando conferencias relacionadas con el mundo del corredor. También pudimos saludar al administrador de la excelente WWW.GRANADAFOTOSDEFONDO.COM.
Cae definitivamente la noche y la lluvia juguetea con una peña de fútbol, mientras que el sorteo sigue su ritmo generoso de números, pero éstos no se detienen junto a nosotros; se acercan y se alejan burlonamente pero ninguno se detiene. Termina el sorteo y cesa algo la lluvia y me dirijo al coche con un buen sabor en la boca acerca de esta carrera, teniendo muy claro que si nada se tuerce el próximo año nos citaremos con ella. Por supuesto, hay que estar con quien se esfuerza en organizar buenas pruebas al servicio del corredor popular.
Sobre la organización ya he hablado en varias ocasiones y tan sólo señalar que ha sido generoso el número de personas -entre voluntarios, protección civil, policía local, miembros del Club de Atletismo Atarfe- intervinientes en la organización y que una vez más se ha estado a la altura en cuanto a la camiseta y el pantalón entregado, patrocinado por una importante empresa eléctrica ubicada en la Carretera de Jaén.

sábado, 27 de octubre de 2007

VOLVEMOS A ATARFE


Si nada lo impide volveremos a correr en Atarfe por segundo año consecutivo, en lo que será la V Carrera popular nocturna "Ciudad de Atarfe". El año anterior se "colgó" en la página web del Ayuntamiento de esta población de la Vega un extracto de la crónica de la carrera escrita en este blog, cuando aún lo tenía en Ideal, y decía buenas cosas de esta carrera porque nos sorprendió sobremanera la buena organización, el ambiente, y el aluvión de sorteos, abstracción hecha de una buena bolsa del corredor y bastantes atenciones para los atletas, así que propuse un lema para esta carrera "la noche es para correr" que no ha sido adoptado, pero propongo que lo sea en el futuro -se lo comentaré a varios conocidos del Club Atletismo Atarfe-porque es un lema muy adecuado para esta carrera, que es nocturna y que tiene la particularidad -¿autobombo?- de pasar por el interior de su Coliseo (me niego a decir su verdadero nombre, por mi aversión a las corridas de toros).
El año anterior la presencia de corredores -a pesar de la hora no habitual y a la que no solemo
s estar acostumbrados- fue masiva, tanto que faltaron dorsales, pero todo lo demás salió perfectamente, y lo más importante, tanto al club de atletismo de la localidad como al Ayuntamiento se les ve con ganas de hacerlo bien. Y, por tanto, como el otro día me decía un compañero del club, Juan Martín, hay que apoyar a quien fomenta estas cosas y lo hace bien. Pues nada, allí estaremos a partir de las 19,30 de la tarde disfrutando un día más de nuestro deporte favorito.

miércoles, 24 de octubre de 2007

GORDOS (METAFÓRICOS)

El corredor Juan Francisco levantó la espita con desparpajo e introdujo la palabra "gordos" refiriéndose, incluso, a un comentario que escuchó de una espectadora en la Media Maratón de Granada. Y, claro, otros comentaristas de este blog como es el caso de Manolo desde Almería comentó que había entrado en el tiempo de los "gordos". Por tanto, con permiso de Juan Francisco he decidido acuñar ese término, si bien lo haré en clave metafórica porque, si bien es cierto que a veces nos sorprende ver a algún corredor o corredora con sobrepeso en la linea de salida de medias maratones u otras carreras, díficilmente existe sobrepeso en corredores y corredoras que están dispuestos a "tragarse" de una tacada 21 kms., pero sí, metafóricamente hablando todos somos "gordos" dependiendo a qué queramos referirnos con eso.
Que un corredor de fondo esté gordo, no digo ya con algún sobrepeso moderado y llevadero, sino gordo en el sentido de obesidad en la linea en que la catalogan los expertos -más de 30 de IMC-, es tan inadecuado como una incipiente calvicie del máximo responsable de Corporación Dermoestética, y si lo está, probablemente ocurran dos cosas: que no pueda correr como quisiera; o que adelgace de manera evidente a medida que vaya devorando kilómetros y depurando su alimentación. Pero en el otro sentido, en el metafórico, todos somos candidatos a ser "gordos", dependiendo del prisma desde el que se nos mire. Y digo metafóricamente porque objetivamente, en el día a día, un corredor suele aparecer, a la vista de un ciudadano que no corre, como una persona delgada, pero dependiendo del nivel del corredor que nos juzgue siempre podríamos ser candidatos a formar parte de la categoría de "gordos", bien por no estar demasiado fino o bien por ser un corredor diesel. Y en ese sentido todos somos candidatos a ser gordos, ya digo. Un corredor de 1 hora 50 minutos en media maratón considerará que es "gordo" otro que hace 2 horas y pico; un corredor de 1 hora 40 considerará que es "gordo" quien hace 1 hora 50, y un corredor de 1 hora 20 considerará "gordo2 a quien hace 1 hora 30. Por tanto, siempre seremos "gordos" metafóricamente hablando.
Ahora bien, la gordura física, la evidente, la propia de muchos ciudadanos que descuidan su alimentación y se abstienen de hacer ejercicio es otra cosa, y dudo que en esa categoría se encuentre ningún corredor medianamente concienzudo, si bien muchos hemos podido engrosar esa categoría antes de dedicarnos a correr y, ahora, tanto preocupa ahora a los estados. Y en ese sentido hay que reconocer que los corredores somos vanidosos y como dijo en una ocasión Paco Montoro lo peor que se le puede decir a un corredor es que está gordo, o bien, que está más gordo. Por el contrario, una ancha sonrisa se dibujará en su rostro si alguien le comenta que le ve mucho más delgado porque esa es la frase favorita que más nos gusta, reconozcámoslo.
Pero uno comienza a correr pensando no sólo en adelgazar. Corres porque te sientes bien, porque te ves más activo, porque llevas a cabo una actividad original, pero de camino vas perdiendo peso y eso te permite seguir comiendo lo que te gusta, al menos en una primera etapa. No obstante, posteriormente llegarán etapas en las que intentas prescindir de la comida que te gusta porque sabes que no te beneficia en tus entrenamientos y competiciones. Asimismo, cuando se acerca alguna competición importante acabas dando excusas a tus amigos o compañeros de trabajo para no acudir a la cerveza del mediodía o a cenas abundantes, provocando extrañeza a tu alrededor y alguna que otra incomprensión. Posteriormente, vas descubriendo que el carro del supermercado va cambiando su fisonomía a medida que te vas convirtiendo en un corredor más avanzado y vas perdiendo peso y mejorando marca, y es probable que alguna gente que lleva tiempo sin verte le cueste reconocerte e inmediatamente se le ensombrezca el rostro cuando preguntan si tienes alguna enfermedad. Y en realidad si la tienes: la de correr.
Por tanto, siempre seremos "gordos" metafóricos en el mundo de las carreras, pero es muy improbable que seamos gordos físicos en el mundo real si llevamos algún tiempo corriendo, una alimentación sana y varias competiciones sobre nuestras espaldas.

domingo, 21 de octubre de 2007

XXV MEDIA MARATÓN "CIUDAD DE GRANADA" (21/10/2007)

Una espléndida Granada de luz y excelente meteorología ha acogido lo que ranciamente se denomina bodas de plata de un evento (o una pareja bien avenida), y existía cierta sensación de curiosidad por ver cómo transcurriría la carrera otrora estrella del algo más mermado Circuito de Diputación de Granada. Pero observados los días previos y todo ese autobombo reflejado en medios de comunicación de Granada hacia presagiar que este ayuntamiento onanista tenía muy claras las intenciones de hacer de este evento deportivo su fiesta deportiva grande al aire libre. Y así ha sido, ya que se ha batido la participación de todas esas ediciones; de hecho, ayer al recoger el dorsal y el chip comprobé que eran alrededor de 2000 los inscritos, que era el tope impuesto por la organización, y no menos de 1700 habrán tomado hoy la salida, a falta de cifras oficiales, toda vez que en todas las carreras de altas distancias kilométricas hay gente que se retira, casi siempre por alguna lesión sobrevenida. Además, la organización se había rodeado de alrededor de 800 personas entre fuerzas de orden, protección civil, servicios sanitarios y voluntarios, que asumirían una organización que ha rallado en la perfección. Así da gusto correr, poniendo en su sitio a automovilistas domingueros incapaces de dejar su estrés semanal, al menos una vez a la semana. Bien por la organización he de decir. ¿ Y qué ha pasado ? ¿ Por dónde comenzar ?
En mi tercera participación en esta prueba me ratifico cada vez más que esta carrera me tiene atenazada la voluntad y pocas cosas harían que cada penúltimo domingo de octubre (dependiendo del calendario) me perdiera esta cita: me gusta el recorrido, me gusta mi ciudad, me gusta la organización, me gusta la actitud de los participantes, en fin, todo son parabienes para que esta prueba se agrande cada vez más. Pero dicho ésto, tengo ya nostalgia - sin haberla corrido nunca- de una maratón para Granada, que estoy seguro llegará con el tiempo, sin que eso signifique sustituirla por esta magna prueba, que se ha convertido en mi prueba favorita, dentro de la distancia que prefiero.

DESPIERTA LA CIUDAD

No soy de los que madrugan antes de una prueba, nada de levantarme tres horas antes. En absoluto. Pero esta mañana tenía ganas de comenzar a correr. No sabía cómo iba a encontrarme pero ganas no me faltaban. Me asomé a la terraza y la mañana se mostraba tan afable y tan ambiciosa en benignidad que lo interpreté como un signo. Desayuné moderadamente, básicamente, lo mismo que cualquier día y cuando conecté el móvil ya tenía una llamada de un debutante: mi amigo Paco que, desde Pinos Puente, seguramente le había costado conciliar el sueño -siempre ocurre en el debut-, y ya se encontraba aparcado y bien aparcado en los aledaños de las instalaciones "Nuñez Blanca", del Zaidín. Pronto llamaría mi amigo y compañero de trabajo Antonio Membrilla que también debutaba hoy. Y mientras me dirigía hacía la Circunvalación me reproché levemente que esta gente y también José Manuel, compañero de Paco, debutaban en esta prueba probablemente por mis consejos para que participaran, y ahora ellos se encontraban ante 21 kilómetros, y lo que es lo peor: yo no les acompañaría ni unos metros, al menos. Es la definición de la irresponsabilidad, me dije. Así que sumido en esos pensamientos pronto me vi aparcando en una zona que frecuenté asiduamente para entrenar cuando habitaba por aquellos lares. Así que conociendo los recovecos de calles aparqué sin problemas. Y nada más salir del coche, ya se olía el ambiente, que siempre se representa alegre y con colorido. Saludos a cada paso y por fin abordo a Paco y José Manuel. A los minutos llegaría Antonio, que nada más llegar me dijo: ayer me tomé unas cervecillas pero, claro, después de mi acto irresponsable de hacerlo venir allí no podía reprenderle ese pecado nocturno, así que mintiendo le dije: no tiene importancia. Y claro, estaba nervioso, como lo hemos estado todos, y aún lo estamos; igual que Paco, pero su nerviosismo consistía en bromear y hacer atisbo de pedir "una rueda de churros", en una cafetería cercana ante el estupor de otros corredores. Lógicamente bromeaba. En fin, bromas que hacen más llevaderas estas grandes citas.
Al poco pasó por allí Alejandro, nuestro mentor del Club Esquí Caja Rural. "Jose, cuando falten unos 15 minutos para salir os vais allí - y apuntó con el dedo la dirección- que nos vamos a hacer una foto la gente del club-. Y allí estábamos todos dispuesto a inmortalizarnos, la cual veremos aquí cuando me sea enviada esa instantánea. Y no hubo tiempo para mucho más: llevar el bolso a una taquilla, y apenas trotar. En unos minutos se iba a dar la salida.

LA CARRERA

Como dije no tenía claro que podría pasar hoy. Mi idea era bajar unos minutos con respecto al año anterior, pero por lo pronto dos cosas tenía claras: tenía ganas de correr y debía de situarme de la mitad adelante para no encontrarme con los problemas de otros años, ya que son minutos que se tornan irrecuperables. Así que José Antonio Salazar, Eduardo y yo nos fuimos para adelante con la idea inicial de correr juntos, pero que pronto se demostró casi imposible dado que es muy difícil ir milimétricamente con otros corredores durante un buen número de kilómetros, a no ser que con esos corredores se entrenen juntos habitualmente. Así que Eduardo se lanzó un poco hacía adelante, José Antonio se rezagó un poco atrás y yo me quedé entre ambos. Y así fue durante toda la prueba.
Gracias a que me alejé del pelotón de atrás pronto encontré los huecos que buscaba, situado más o menos entre los doscientos cincuenta primeros corredores, algo que fue constante durante toda la prueba. Correr en esas condiciones de espacio abierto siempre es más seguro y la punta de velocidad es más estable. De manera que después de esos cuatro kilómetros basura de relleno - que es uno de los aspectos más criticables de esta buena Media-, y cuando nos disponíamos a invadir la ciudad a través del Zaidín para salir a los excelentes espacios abiertos de la sede de la Caja Rural, Caja Granada, Parque de las Ciencias y futuro espacio escénico, ya existía en mi minigrupo espacio suficiente para no tener altercados y choques con otros corredores. La calle Arabial de
spejada como nunca, se convertía en una buena línea de inflexión para ir contactando con el ritmo adecuado. El paso por el kilómetro 7 lo hice en apenas 31 minutos, algo más propio de una carrera de 10 o 12 kilómetros en mi caso, pero no tanto en una media maratón. Y con estas inseguras cábalas comienza la primera tensión de la prueba. A esa altura aproximada, a mitad de la calle Arabial observo en la acera a gente de la familia: Mari Trini y Miguel, que me animan. Las dudas y los niveles de confianza en estos momentos son elementos claves. Y claro que todo eso afecta. De hecho, entre el kilómetro ocho y el diez, no sé si de forma voluntaria o involuntaria observo que mi ritmo decae a la altura del Camino de las Vacas, también sugestionado por la subida que nos esperará entre el kilómetro diez y algo y el trece. Al paso por el kilómetro diez evité mirar el kilómetro para no volver a hacer cábalas innecesarias. Lo haría al paso del control, situado en el kilómetro 12 aproximadamente.
Subimos hacia La Chana y las pequeñas cuestas obtienen la protesta de las piernas. No se trata de subidas espectaculares ni mucho menos, pero a un determinado ritmo y tras diez kilómetros se advierte el terreno inclinado. Y así será prácticamente hasta el kilómetro 13 aproximadamente, a la altura de las instalaciones deportivas del Granada 74. Pasado el control de la calle Periodista José María Carulla identifico nítidamente los elementos que conforman mi zona de residencia. Y, puntual como un reloj, nada más superado el control se encuentra Mati, con cámara en ristre acompañada de su madre y una amiga. Les digo que "sólo" me quedan alrededor de 9 kilómetros, algo que para alguien que está en una acera se convierte en una locura, conociendo que ya se llevan hechos casi 12. Ahora sí miro el cronometro y estoy en los 50 minutos justos. El terreno nada más superar la Plaza de Europa (en realidad una rotonda más que una plaza), se suaviza cuando entramos en la Avenida Francisco Ayala, pero pronto comenzará a endurecerse hasta llegar a la altura de Alcampo y algo más hasta las citadas instalaciones deportivas del Granada 74. No alcancé a ver el kilómetro 13 que era para mí una referencia prefijada, pero observé que en la Avenida de Pulianas mi cronómetro marcaba 1 hora y 3 minutos en el kilómetro 14, por lo que deduje fácilmente que el 13 lo había hecho en menos de 1 hora, que era mi objetivo. Ahora ya sólo faltaba intentar no decaer en los siguientes 8 kilómetros e intentar alcanzar un ritmo uniforme hasta la meta, aún a sabiendas de que, en particular, los kilómetros 18 a 20 son un poco más complicados debido a la pequeña inclinación del terreno y al desgaste de los kilómetros corridos.
Hecha añicos la idea inicial de ir en grupo con algunos compañeros del club, los compañeros de viaje podrían ser muy diversos. En los niveles de 4 minutos y treinta segundos aproximadamente no sabía si el ritmo de los demás corredores sería uniforme o no, algo que es algo más habitual en otros ritmos. Lógicamente, a mayor sea el ritmo medio impuesto, existen dos parámetros igualmente peligrosos: por una parte te fuerzas a seguir el ritmo de esos espontáneos grupos que se forman, y por otra, que es la otra cara de la misma moneda, intentas no descolgarte de él. Pero de una manera u otra, observo que los corredores, en particular desde el kilómetro 14 más o menos, ya casi somos los mismos que llegaríamos a meta. Por tanto, había uniformidad en el ritmo.
Tal vez por el mayor ritmo llevado a cabo en esta mi tercera Media Maratón de Granada, observo que los kilómetros pasan rápidos y "cortos" y que, incomprensiblemente (¿el entrenamiento? ¿ la experiencia? ¿la pérdida de peso? ¿la actitud?), la carrera se va consumiendo muy rápidamente y ello es palpable cuando sin percepción de sudor apenas, respiración tranquila y piernas muy frescas, observo que entramos en Gran Vía, kilómetro 15 del recorrido, conociendo, además, que la calle más céntrica de la ciudad es totalmente llana y muy rápida y posteriormente llegará Reyes Católicos, con un tramo fácil. Eso es algo que me ánima y me hace albergar la esperanza de bajar de 1 hora y 35 minutos. Y es en ese momento cuando me planteo un dilema y me digo: "Voy con fuerzas suficientes, luego podría aumentar el rimo", pero le tengo demasiado respeto a los últimos kilómetros y la posibilidad de quedarme vacío de fuerzas, por lo que opto por ser conservador, desterrando la opción más valiente de tirar más. No somos muchos los corredores los que vamos juntos en ese momento, algo que hará más llevadero el peligroso trazado de las curvas de las calles; en particular la entrada a Ángel Ganivet, desde Puerta Real. Aún así colisiono leve y lateralmente con otro corredor de menor envergadura que la mía, debiendo de salir él peor parado.
Girando hacia el Callejón del Pretorio alcanzamos el kilómetro 18 y es a partir de ahí cuando aparece ese leve repecho que no es perceptible apenas ni andando, pero sí para unas piernas que ya llevan 17 kilómetros. También observo ahí que el último trago de agua bebida me produce efectos extraños en el estómago y es posible que eso y la falta de tiradas largas desde el Maratón de Madrid, hiciera decaer algo el ritmo que hasta ese momento llevaba. Y si así hubiera sido estaríamos hablando de una pérdida de unos tres o cuatro segundos por kilómetro a lo más, pero era algo que ya no me importaba demasiado porque al margen de tragedia la marca del año pasado ya estaba más que bajada. Sin embargo, no hubo tragedia y seguía encontrándome bien y entero, algo que decidí demostrar en la larga calle de la Pólvora, justo antes de doblar hacia el Paseo Emperador Carlos V y llegar al la Pista de Atletismo. Según el mensaje recibido en mi teléfono móvil estos son los datos de mi carrera:

Su tiempo es: Puesto: 244 P. Cat: 41 Dorsal: 57 Atleta: F
LORES VERA, JOSE ANTONIO. Club: ESQUI CAJA RURAL T. Oficial 11,9 km: 4, 23; Real 1: 34: 07. T. Real: 1: 34:37: Promedio 0:4:30. El PMD de de la XXV Media Maratón de "Ciudad de Granada le agradece su participación.


EL POST

Recordé al llegar que mi primera participación en esta carrera, en 2005, supuso para mi un suplicio: mucho menos entrenado, con alrededor de 8 kilos más de peso, músculos menos hechos para la carrera, menos experiencia, menos actitud y aptitud. Y hoy, evidentemente, no se puede negar que se llega cansado pero no exhausto, así que el llegar más fresco y conociendo que aún queda por llegar el gran grueso de corredores, siempre se disfruta de matices distintos a la hora de coger la bolsa del corredor, la bebida y fruta necesaria e incluso tener un buen número para el quiromasaje. No obstante, quería ver llegar a varios de los amigos que debutaban. El primero de ellos fue Paco y no mucho más tarde José Manuel, llegando posteriormente Antonio. Todos muy satisfechos y felices de acabar una gran media maratón que es lo importante, sin duda.
Y muchos amigos y conocidos a los que saludar. Una lista interminable y que va engordando, en parte por conocer cada vez a más corredores a medida que participamos en más carreras y por el buen número de amigos y amigas corredores-as que siguen esta modesta bitácora. Hoy hemos podido saludar además de los ya mencionados a Antonio Faucón de Baza, a muchos miembros del club, que coincidimos para la foto: Ángel, que sale de una lesión larga, a Eduardo, a Jorge, a Bernardo, a Fernando, a Manu, a Luis, entre otros; además tuve la oportunidad de charlar con mi buen amigo Patón (antes hueso), muy conocido por su bitácora volcada en el mundo de la literatura, el cine, la información, los viajes, y un largo etcétera, a Victor, farmacéutico de Pinos Puente, que ha bajado ostensiblemente la marca del año anterior, a Juan Carlos, compañero de trabajo que lee esta bitácora, a Eduardo del blog "un padre que corre", que sale también de una lesión, en fin, a un cada vez más amplio número de corredores. A Jose no le vi pero posteriormente hablamos por teléfono contándome que ha hecho una carrera mimética a la del año anterior, es decir, una gran carrera como de costumbre, llegando entre los veinte primeros. No corrió Francis Tovar, que según me dijo Jose se encontraba entre el público a la altura de Hipercor.

Este año la bolsa del corredor ha incluido una camiseta técnica marca New Balance donada por Sport Garrido, además de la sempiterna camiseta de algodón blanco que siempre ofrece el PMD. No obstante, hay que volver a ratificar que ha habido todo lo necesario que necesita un corredor después de hacer 21 kilómetros, a nivel de bebida y la fruta necesaria. Todo ello en un incomparable marco como son las instalaciones deportivas "Nuñez Blanca", del barrio más poblado de la capital, el Zaidín.

Así que enhorabuena a todos los que habéis corrido esta prueba, esperando que podamos acudir dentro de un mes a Córdoba, prueba que también merece estar entre las mejor organizadas de Despeñaperros para abajo.


viernes, 19 de octubre de 2007

DÍAS PREVIOS


Ya huele a Media Maratón de de Granada. La 25 edición e esta prueba coincide con el sorpresivo desmarque de esta prueba del Circuito de Diputación. En otras palabras, el Ayuntamiento de Granada (Partido Popular) no ha querido que la prueba reina del Circuito siguiera dándole gloria a éste. No olvidemos que el gobierno de la provincia de Granada corresponde al pacto PSOE-IU; por tanto que cada uno eche sus cábalas. Pero al margen de polémicas institucionales participamos masivamente en esta prueba porque nos gusta Granada, nos gusta el recorrido y nos gusta la organización. Además, este año parece estar el Ayuntamiento más volcado en este evento, el que más personas aglutina de los practicados al aire libre en la ciudad. Incluso los diversos medios de comunicación de la ciudad llevan ya varios días dedicándole amplio espacio en sus secciónes deportivas. El Ayuntamiento de la capital se ha sentido autosuficiente para organizar este evento, y en realidad -al margen de formulaciones políticas- lo es, como no podría ser de otra forma tratándose de un municipio que supera los 250.000 habitantes. Pero haciendo obviedad de esta opulencia, en nada contribuye este tipo de tácticas para aunar el deporte que debería de estar al margen del, a veces, casposo mundo de la política. Pero en fin, los corredores lo que queremos es correr, y todo parece indicar que será una fiesta del atletismo.
Se destaca que de los 1600 inscritos, el 60% vienen de fuera de la ciudad, seguramente atraídos también por la majestuosidad de algunas zonas de la misma, tales como la Alhambra, el Albaicín, los aledaños de la Catedral, los aledaños del Paseo de los Tristes, y cómo no, las famosas tapas. Y, claro, los munícipes están contentos, como lo estarán los integrantes del siempre quejoso gremio de la hostelería. Para colmo, inmediatamente finalizada la Media de Granada, en la misma zona de salida y llegada de la misma, el cada vez más potente CB Granada juega su partido contra el Capitol Valladolid (el mítico Forum), partido que seguramente me perderé porque después de la "paliza" siempre apetece tomar una cerveza con algunos amigos que, además, debutan el domingo.

Pero dicho ya lo objetivo, bajemos al plano subjetivo: ¿cómo me encuentro? Vengo de hacer trece kilómetros por un recorrido llano de la Vega de Pinos Puente, aproximadamente en una hora, sin que el buen estado y las buenas sensaciones experimentadas me hayan hecho perder la cabeza en cuanto al incremento de ritmo, todo lo contrario que lo experimentado el miércoles (ayer hubo descanso), día en el que los 10 kilómetros corridos se convirtieron en una sarta de torpes pasos y ritmo bobalicón, algo que atribuyo a las series del día anterior. Por tanto, digamos que si tengo el descanso necesario, teniendo en cuenta que siento las piernas muy frescas y la motivación sigue alta como hasta ahora, al menos intentaré igualar la hora y 37 minutos del año pasado, pero no omito que me gustaría sobremanera bajar algunos minutos, algo que puede ser posible si llevamos a efecto la idea de la hablamos José Antonio Salazar - compañero del club- y yo. Planteó José Antonio que fuéramos en grupo varios compañeros del club, que andamos por similares tiempos, para intentar mantener el ritmo en la medida que sea posible. Precisamente el año anterior, José Antonio y yo fuimos juntos hasta el kilómetro 13, pero no pude seguir su ritmo de bajada en dirección a la Plaza de San Isidro, perdiendo respecto a él alrededor de minuto y medio. También será importante no partir desde muy atrás como habitualmente hago, ya que hasta que comienzas a ver claros se pierden unos minutos claves, lo que no significa tampoco partir cerca de la cabeza dado el fuerte ritmo con que inician la carrera los corredores del principio, ocurriendo que podríamos entrar en esa vorágine inicial y acabar pagándolo. La clave estará en el equilibrio.
El recorrido es rápido, excepto en los kilómetros 10 a 13, parte más dura de la prueba, ya que se accede desde la altura de l a Vega -junto a la entrada al barrio de la Chana-, desde la Circunvalación y se asciende hasta la Avenida de Pulianas, a la altura de las instalaciones deportivas del Granada 74. No se trata de un terreno caracterizado por grandes desniveles, pero sí son tres kilómetros algo picados, que las piernas del corredor acaban notando. Todo dependerá de la buena hidratación y de que no sea una mañana calurosa, algo que parece estar descartado.
Por tanto, la suerte está echada. Hecho el entrenamiento, cuidada la ingesta de comida y bebida y mentalizados a disfrutar sufriendo, aguardamos pacientemente al domingo. No obstante, mañana sábado comenzaremos a disfrutar del ambiente en la recogida de chip y dorsal en las instalaciones deportivas "Nuñez Blanca", el lugar de salida de la prueba.

martes, 16 de octubre de 2007

SERIES, ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES

He de reconocer que soy un tipo de corredor bastante normal, nada dado a machaques en los entrenamientos. Decía Mario que se han de machacar los que suelen ganar las carreras y uno corre para disfrutar, pero también para disfrutar sufriendo. Por ese motivo ( y por vagancia, y por perro), siempre he postergado los entrenamientos de calidad (fartlek, series, técnica de carrera, ritmos controlados, etc) y los he llevado a cabo en muy pocas ocasiones. Lo fácil, lo cómodo, lo gratificante, es coger camino y manta y perderse por ahí a tu ritmo. Por eso cuando esta mañana tomando un café en el Oliver, Jose me decía que me fuera por la tarde con él a realizar series por el Camino de la Fuente de la Bicha, inmediatamente le comenté que cuando estuviera a su nivel y, claro, no se consigue un determinado nivel si no se hacen entrenos de calidad. Ese es el círculo vicioso. Además, siempre me acuerdo de hacer ese tipo de entrenamiento cuando se acerca una carrera a la que le tengo estima y deseo estar lo mejor posible, como es el caso que nos ocupará el domingo, pareciera que uno quisiera dar lo mejor de sí por las calles y plazas que sueles patear casi todos los días, como si no quisiera uno defraudar lo que aprecia y estima. Así que no había más excusas para no llevar a cabo series esta misma tarde y, ojalá, ese impulso se convierta en un hábito constante porque se mejora y se observa una satisfacción mayor.
El lugar elegido para hacer estas series (por la zona del parque de la derecha ha sido el lugar de la fotografía: la larga y nueva Avenida Profesor Dominguez Ortiz, calle que a la mayoría de los habitantes de Granada poco o nada le dirá, pero que casi pisaremos el próximo domingo al paso por la Rotonda de la Plaza de Europa (al fondo de la avenida de la fotografía), en el Parque Almunia, antes de girar a la Avenida Francisco Ayala, en dirección a la zona de Alcampo.
Las series llevadas a cabo han sido 5x1000, descansando dos minutos entre serie y serie, a unos ritmos que han oscilando entre 4 minutos y 4 segundos la más rápida y 4 minutos y 7 segundos la más lenta, calculando -porque no uso pulsómetro- haber corrido en torno al 85% del umbral aeróbico, sin que existiera, por lo general, sensación de ir completamente a tope, algo que, además, es muy complicado en un corredor aficionado cuando se trata de 1000 "largos" metros. Pero ha sido un entrenamiento muy satisfactorio y que servirá para que el organismo aprenda a tolerar mejor el lactato y la mente asimile mejor el más alto ritmo de competición. Finalmente han sido 10 minutos de trote suave de relajación, estiramientos y unos minutos de técnica de carrera.
Pero ha habido curiosidades en el entrenamiento: en primer lugar, descubrir que la zona suele congregar a varios corredores; en segundo lugar la sorpresa de ver por aquellos lares a Luis, compañero del club y maratoniano (correrá en Londres la próxima primavera); y en el tercer lugar la agradable anécdota de coincidir con un joven corredor que se cruzó conmigo en una intersección y que retirándose los auriculares y volviendo la cabeza preguntó si yo era yo. Según me dijo era lector habitual de este blog y que me había reconocido por la foto y el dorsal (que seguramente habrá observado en alguna prueba). Su nombre es Ángel y entrena un par de días a la semana por esta zona; además correrá en la Media de Granada. Hablaba de anécdota porque aunque Granada no es Madrid, tampoco es una población pequeña y quienes nos conocemos no solemos cruzarnos a diario, así mucho menos quienes no nos conocemos.
Al llegar a casa abro el correo y hay un mensaje de Alejandro Casares indicándonos que estamos ya inscritos los miembros del club en la Media de Granada, pero que, lamentablemente, no dará tiempo a entrenar la nueva equipación, así que acudiremos con nuestra ya mítica camiseta a la espera del nuevo uniformado.
Finalmente, transcribo el mensaje enviado por un amigo corredor, Roberto del Club Deportivo de Armilla acerca de una interesante convocatoria. Reproduzco su comentario: " En principio darte la enhorabuena por este estupendo bloc en el que nos cuentas la carrera del domingo, aparte de las descripciones de los entrenamientos semanales de los cuales soy asiduo lector. aprovecho esta ventana que nos ofreces para invitar a todos los aficionados a este bello deporte a una conferencia que tendrá lugar en Armilla el próximo viernes día 19 a las 8 de la tarde en el teatro de la calle Alhambra. El tema a tratar por parte del ponente D. Oscar Romero Carmona será: Psicología aplicada al deporte de resistencia. Es la primera de un ciclo de conferencias que desde el club deportivo Armilla al cual pertenezco, organiza para la presente y próxima temporada. Te doy las gracias por utilizar tu bloc para hacer este comentario. Saludos .Roberto".
Espero que acudáis a dicho evento, al cual si me es posible también acudiré.

domingo, 14 de octubre de 2007

IV PRUEBA DE FONDO "TOMA CASTILLO DE SALOBREÑA" (14/10/2007)

"Refléjanos bien en tu blog" decía Paco al despedirnos tras saborear un excelente arroz en un céntrico parque de la costera localidad granadina de Salobreña. Y, efectivamente, en esta carrera de esta agradable mañana de domingo los pocos atletas que hemos "osado" subir al Castillo de Salobreña, merecen un expreso reconocimiento, dada la dureza de las cortas pero elevadas calles que conducen el Castillo árabe.
Esta carrera, desconocida para muchos corredores del Circuito de Diputación, ha llenad
o de alguna manera el hueco dejado la semana anterior por la carrera de la vecina localidad de Almuñecar, intentando aún recuperarse de la fuerte tromba de agua que asoló la turística ciudad costera granadina; de ahí que muchos fijáramos nuestra atención en esta carrera de diez kilómetros de distancia, bastante rápida, exceptuando esa imponente subida que ha provocado que muchos de los corredores optarán por subir andando algunos tramos de las tres empinadas cuestas.
Con salida y llegada en la zona de las instalaciones deportivas, la carrera transcurrió, como ya digo, rápida y sin problemas en dirección a la costa, volviendo a adentrarse en la población hasta acceder al núcleo histórico que conduciría al Castillo, para posteriormente realizar una terrorífica bajada en dirección a la meta. Una carrera que en todo momento ha estado acompañada de una excelente temperatura, sin que sea imaginable qué hubiera ocurrido si hubiese habido una temperatura superior cargada de humedad, toda vez que la subida al Castillo se efectúa pasado el ecuador de la prueba, cuando ya el organismo ha alcanzado una temperatura más alta que la inicial. Por suerte no ha sido así y eso ha posibilitado que la dura subida no se convirtiera en tragedia, quedándose tan sólo en drama.
Particularmente, no tenía claro cómo me encontraría tras una semana de entrenamientos por circuitos duros y largos, así que lo mejor sería ir dejándome llevar por las sensaciones (que suele convertirse en la mejor medida de nuestro estado de forma). El primer kilómetro no suele ser el más certero para conocer esas sensaciones porque es cuando el organismo (el estómago, el corazón e incluso la mente), comienzan a sincronizarse y a adaptarse al movimiento, así que es mucho más fiable dejar pasar algunos kilómetros más para conocer la justa medida de cómo se va en la carrera; de ahí que me sorprendiera que el primer kilómetro -sin proponérmelo- lo realizara en poco más de 4 minutos, algo que se puede pagar en una carrera más larga, pero no tanto en una de diez kilómetros. No obstante, aguardaría a ver la media en el segundo y tercer kilómetro que pudiera desmentir el tiempo en el kilómetro inicial, pero no, la media kilométrica seguía en torno a los 4 minutos y pocos segundos, algo que es llevadero si se marcha bien, con la respiración sincronizada y las piernas frescas. Por tanto decidí seguir así, al menos, hasta el kilómetro cinco, debiendo bajar ostensiblemente el ritmo iniciado el kilómetro 6 ya que la subida comenzaba aproximádamente en el kilómetro 6 y medio y había que llegar con el máximo de reservas energéticas a esa altura. Y, efectivamente, como si de un cuaderno de bitácora se tratara, al final del Vial, muy cerca ya del Casco Antiguo, comencé a aminorar la marcha, preparando la subida. En los primeros repechos se encontraba la señalización del kilómetro 7, comprobando que mi cronómetro marcaba que había empleado 31 minutos, por lo que haciendo unas mínimas operaciones mentales, estaba ya lejos de la medía de los primeros cinco kilómetros, algo que buscaba de manera objetiva y planificada. La subida seguía su curso y sólo era posible avanzar muy lentamente e intentando no talonear para evitar un mayor esfuerzo, así que intenté en todo momento pisar con las puntas de ambos pies para evitar el retroceso del taloneado. Comprobé igualmente que el aspecto aeróbico, aunque fatigado, estaba funcionado correctamente, pero no tanto la musculatura de ambas piernas. Y suele ser cuando compruebas que los corredores con más peso lo pasamos francamente peor en estas subidas agónicas.
Cuando llego al final de la última subida no sabía si sentía dolor en las piernas, o sencillamente éstas estaban dormidas. Para recuperar siempre viene bien un descenso -si bien yo prefiero recuperar en llano-, pero el descenso en esta carrera, en consonancia con la subida, también es desproporcionado, de manera que la musculatura inferior más que recuperar vuelve a someterse a un arduo trabajo porque en cuestas tan inclinadas es mucha la retención que hay que llevar a cabo.
Al terminar la cuesta comienza de nuevo el llano quedando dos kilómetros para la llegada, y es cuando intentas de nuevo buscar de nuevo el ritmo, aún sabiendo que será muy difícil alcanzar la media de los primeros tres o cuatro kilómetros dado que el desgaste de la subida-bajada ha sido intenso. No obstante, no encuentro motivos para arrastrar las piernas porque, curiosamente, éstas se recuperan rápidamente e intento subir el ritmo pero no hasta la extenuación porque se trata de una carrera a la que he venido con un fin más preparatorio que finalista. Pero voy cómodo en torno a una media de 4,25 el kilómetro y en esos dígitos culmino la prueba, realizando un tiempo de unos segundos por debajo de 45 minutos, si bien "me robé" en torno a los 20 o 25 segundos en un incomprensible despiste en los nuevos puentes que unen las playas de Salobreña y las de Motril. Transcurrió de esta manera: había que subir el primer puente para hacer la rotonda que culminaba el trayecto del mismo y volver a bajar de nuevo para hacer otra rotonda para volver a subir de nuevo el puente y ya sí, doblar en dirección a otro puente situado a la derecha. Pero ocurrió que en la bajada del puente para volver a subir consideré extraño esa maniobra que desembocaría en una nueva subida, así que impulsivamente volví sobre mis pasos, para reparar pronto que iba en la dirección correcta. Pregunté a corredores pero no comprendieron mi pregunta, pero la realidad era que les fui viendo la espalda a corredores a los que anteriormente había adelantado e iban unos metros detrás de mí. En el mejor de los casos esa torpe maniobra me hizo perder el tiempo antes indicado, quedándome la duda de si no correspondía bajar de nuevo el puente (espero que algún corredor me lo pueda aclarar).

En cuanto a la organización, con esta prueba se vuelve a cumplir lo que ya he indicado aquí en otras ocasiones: algunas carreras "extra-Circuito", están mucho mejor organizadas que algunas de dentro del Circuito, siendo ésta de Salobreña una buena prueba de ello. A sus organizadores (el Ayuntamiento y el club de atletismo de Salobreña), no les ha temblado el pulso y han cortado todos los accesos que pudieran dificultar el transcurso de la prueba, llegando a desviar por La Caleta los vehículos que se disponían a coger la carretera nacional. En todo momento han estado bien sellados los cruces y no ha faltado personal de seguridad, voluntarios y protección civil en cruces de calles y rotondas, debiendo de reconocer que el error descrito sólo puede ser imputable a mi falta de concentración y como bien me dijeron al llegar a casa a mi falta de previsión por no mirar la ruta en los folletos informativos.
Asimismo, en pocas ocasiones hemos sido obsequiados con una bolsa del corredor tan sana y nutritiva, ya que ésta estaba repleta de tomates sherry, pimientos de padrón, judías verdes, aguacates y plátano, agua y zumo, amén de una bien diseñada gorra de Cruzcampo y una camiseta conmemorativa de algodón. Pero capítulo aparte merece la sabrosa paella con la que hemos sido agasajados corredores y acompañantes.
Y también ha sido una carrera a la que se han sumado dos nuevos entusiastas de nuestro deporte: Paco y José Manuel. El primero, en puridad, no habría que considerarlo nuevo dada su experiencia ya en algunas carreras, pero sí es totalmente nueva su renovada energía e ilusión; el segundo debutó en Cájar y -creo- que ya se ha enganchado totalmente a este deporte. Ambos participarán en la Media Maratón de Granada, "aunque tarde tres horas en hacerla", según José Manuel. Realmente la subida al Castillo de hoy les consagra como corredores, sin duda.
No obstante, no vimos a muchos más conocidas, existiendo una casi total ausencia de corredores del club, seguramente ya conservándose y pensando en la gran cita que tenemos el domingo próximo.

miércoles, 10 de octubre de 2007

CUIDÁNDONOS

"Somos corredores populares que, en principio, no estamos llamados a ganar carrera alguna, pero si queremos rendir en las competiciones nos tenemos que cuidar casi tanto como los que las ganan", es lo que le venía a decir la mañana del martes al corredor Alberto Soria, cuando nos encontramos en una céntrica calle de Granada. Y, efectivamente, ese comentario estoy seguro que lo podemos suscribir muchos de nosotros, corredores populares. Nos encontramos en una tenue frontera en la que si queremos rendir lo mejor posible, mostrarnos físicamente lo más en forma posible, no acumular demasiada adiposidad ni calorias basura, debemos de planificar nuestro día a día con el mayor de los cuidados. Comentaba el corredor malagueño Paco Montoro que una boda le impedirá venir a la Media de Granada y, seguro estoy que a muchos de estos actos sociales vamos muy motivados y emocionalmente implicados, pero no podemos negar que nos sesgan nuestro camino de corredores exigentes. Asimismo nos lo comentaba el corredor bastetano Antonio Faucón a Paco y a mí, tras la carrera de Cájar: "si hay humo y copas, no acudo a comunión o boda alguna". Es algo que comprendemos quienes estamos dedicados a esto. Son muchas horas de sacrificio, robadas a familia, ocio, cine, lectura, amigos y tiempo libre en general, para que un ágape nos haga dar de bruces contra nuestro entrenamiento. Pero, claro, por otra parte no somos profesionales, ni tan siquiera amateurs y es por eso por lo que, en ocasiones, encontramos voces a nuestro alrededor de reprobación.
En mi caso particular es bastante mejor llevado ya que quien convive conmigo le interesa también una vida tranquila y de calidad, algo que posibilita que yo me pueda dedicar con mayor ahínco a asuntos que exigen una vida ordenada y tranquila, pero me consta que hay casos en los que hay que conciliar una vida tranquila, sana y ordenada, dedicada al entrenamiento, con otro tipo de vida más disoluta y anarquizada.

En otro orden de cosas, he debido de esperar a hoy miércoles para iniciar la semana de entrenamientos. El lunes nunca puede ser y el martes se fue en cuestiones mundanas, así que hoy tocaba incrementar el kilometraje y nada mejor que visitar la Vega de Pinos Puente, si bien iniciando el recorrido por una nueva zona ya que el conocido y antiguo puente de Alitaje diseñado para el paso de carruajes y como mucho tractores que vienen de desarrollar su trabajo en las hazas de la Vega, no ha podido soportar la presión del duro desarrollo actual que pasaba por mantener el equilibrio ante el paso diario de enormes camiones cargados de productos de la Vega (ya que un individuo ajeno a tradiciones y preservación del medio ambiente ha optado por explotar la bucólica Vega sin reparar en que las infraestructuras viarias son decimonónicas no haciendo nada por evitarlo). Curiosamente, los vecinos del lugar ya advertían que ese puente, con más de un siglo de existencia, pronto caería si no cesaban de pasar esos camiones que superaban el peso permitido de manera descomunal. De hecho, el padre de un amigo -Fernando-, sabedor de mis colaboraciones en prensa me llamó a ver si se podía sacar algo en ésta y a los pocos días el puente cayó con camión incluido, si bien no hubo -milagrosamente- víctima alguna. Por tanto, cortada esa vía, la enorme hetereogeneidad de los caminos de esta zona me permite iniciar la ruta por otro lugar para acabar atravesando Fuente Vaqueros y volviendo a salir a Alitaje pero, en esta ocasión, volviendo a Pinos Puente por la parte oriental de la población, justo en el camino situado junto al Restaurante La Cruz de Granada. En total, en función del tiempo empleado - 1 hora y 3 minutos -, y de acuerdo con el suave ritmo adoptado estaríamos hablando en torno a los 13 kilómetros y medio, que han resultado estimulantes y totalmente cargados de buenas sensaciones. Espero poder acercarme esta semana a los 60 kilómetros, incluyendo los 10 kilómetros de la prueba de Salobreña del próximo domingo en la que ya me he inscrito y de la que hablaré en el próximo pos.

domingo, 7 de octubre de 2007

CORRER ENTRE COCHES

Si nada lo impide acabaré la semana en torno a los 50 kilómetros. No son muchos, pero no está nada mal si consideramos que venimos desde la sequía, y un tanto falto de ritmo. Con la salida de mañana -probablemente por las alamedas de Santa Fé con Emilio- habrán sido cinco las salidas esta semana, algo que no es habitual en quien esto escribe: no suelo hacer más de cuatro si no hay alguna prueba inminente. Y en este caso la hay: la Media Maratón de Granada, prueba a la que me gusta acudir en la mejor forma física posible. Por tanto, no será extraño que en la próxima semana aumente el kilometraje, los entrenamientos de calidad y la técnica de carrera a cuya práctica me estoy habituando, además de los siempre imprescindibles estiramientos y abdominales. Curiosamente, y hablando de musculatura observo que el volumen muscular perdido en el tren superior ha hecho que vuelva a aparecer una remota y casi olvidada lesión sufrida en mi hombro izquierdo en mi época de irregular portero de fútbol (de hecho las lesiones eran frecuentes porque no proliferaban los campos de césped como actualmente, razón que esgrime Emilio para que vuelva a entrar en la peña). Por tanto, habrá que acudir de nuevo a la pesa para buscar algo más de musculatura.

En otro orden de cosas, pensaba esta tarde mientras corría por un circuito urbano acerca de la actitud simiesca de determinados conductores y cómo se refugian en los vehículos para mostrar el más ínfimo de los respetos hacia los que corremos andamos o vamos en bicicleta. Generalmente, cuando corro por la ciudad me avergüenza enormemente la disparatada presencia de coches en las calles que todo lo inundan. Uno cuando corre es consciente de que está mucho más conectado con la naturaleza que cuando vas en coche, y basta ser ambas cosas -corredor y conductor- para sentir vergüenza ajena y propia de esa demencial presencia del vehículo por las vías. Cruzas una calle y debes de apretar el ritmo porque siempre te encuentras con la presencia amenazante de un vehículo; vas por la acera y tienes que ir corriendo en zigzag porque existe una ingente cantidad de coches irregularmente aparcados en las mismas; pasas por un paso de cebra y observas que el vehículo sólo se detiene cuando apenas hay distancia entre tú y el vehículo, en el mejor de los casos. Es entonces cuando temes que en algunas ocasiones, nosotros los corredores, cuando conducimos pudiéramos estar incurriendo en las mismas faltas y defectos. Y eso te avergüenza enormemente. Pero sé que el hecho de estar en el otro lado, como corredor, nos podrá convertir en mejores conductores, en más respetuosos con quienes no llevan vehículo. En mi caso, al menos, intento no coge el coche cuando voy a comprar el periódico al quiosco de la esquina o tomar un café en la calle de al lado. Algo es algo.

miércoles, 3 de octubre de 2007

CORRER, CORRER, CORRER,

"Tengo 15 kilómetros esta tarde", es la respuesta que dí a un compañero de trabajo que quiso invitarnos a una segunda cerveza (sin alcohol, en mi caso). Y..bueno, a pesar de que la mayoría de que mis compañeros de trabajo saben que suelo correr no hubo caras exentas de cierto asombro y preguntas del tipo: ¿pero esos kilómetros los haces todos los días?; Te va a coger la lluvia que se avecina esta tarde; Te anochecerá..., entre otras frases que buscan de alguna manera, no ya disuadirte, sino más bien intentar comprenderte, que es algo difícil que ocurre entre personas que no corren. Normalmente entre éstos, siempre hay alguno que con una alta dosis de sinceridad exclama aquello de que a él le gustaría también correr, pero que no tiene tiempo, que si los niños, la familia, etc., argumentos tópicos y típicos, que sí, son razones poderosas que restan tiempo para correr, si bien todo depende de una clara e inquebrantable disposición y una buena organización y, claro, tiene que gustarte hacerlo. Queriendo correr, da tiempo a todo, suelo siempre contestar.
Sin embargo, después reflexioné sobre la dedicación a correr y el tiempo que hay que dedicarle y concluí que no están faltos de razón en absoluto quienes mantienen que no corren porque no tienen tiempo, y entendido de una manera parcial es cierto, o al menos, todo lo cierto que supone dedicar más tiempo a otras aficiones, todas ellas legítimas e igualmente apasionantes.

Finalmente, no fueron 15 los kilómetros hechos, principalmente por dos motivos: no encuentro sensaciones lo suficientemente solventes para hacer 15 kilómetros sin arrastrarme por las calles y los caminos ; y en segundo lugar, cuando hago grandes distancias me gusta salir a las afueras de la ciudad, buscando caminos, bien por la Vega o bien en la zona de Caparacena-Pantano de Cubillas, y ayer tarde la climatología en Granada era muy incierta y podría ser que acabará por caer una tromba de agua como hace un par de semanas, y no porque me asuste la lluvia para correr, pero sí son zonas sensibles a la excesiva acumulación de agua, denotando siempre algún peligro. Así que hice uno de los acostumbrados circuitos urbanos - en torno a 10 kilómetros, la zona más la izquierda de la fotografía - que cada vez me convencen más de su benignidad. De hecho -me dije-: ¿no transcurren la mayoría de las medios maratones y maratones, además de carreras más cortas, por circuitos urbanos? Además tienen a su favor que no existe problema alguno de comenzar con poca luz diurna y acabar en noche cerrada ya que las calles y avenidas suelen estar lo suficientemente iluminadas. En el caso del circuito urbano en el que corro, se trata de lugares con avenidas amplias y no demasiado transitadas, bien por sus dimensiones que hacen posible la convivencia entre peatones y vehículos; o bien porque se trata de una zona de reciente expansión, que aún no cuenta con un tráfico rodado excesivo. Así que dispongo de la fortuna de contar con un circuito que a pesar de ser urbano, algo que nunca me satisfizo, se convierte en una excelente solución, principalmente, para correr entre semana, cuando hay menos tiempo de coger el coche, sobre todo por lo pronto que asoma la noche en los meses de otoño e invierno.
Decía que no fueron 15 kilómetros, entre otros motivos, porque no encuentro las sensaciones adecuadas, y es que ayer me sentía pesado y torpón en los movimientos. Puede ser que sea una sensación más psicológica que física, pero falta aún mucho rodaje para hacer esa distancia u otra superior, con solvencia. Por lo pronto, como bien dice Martín Fiz, lo importante es rodar suave y no mucho tiempo, hasta que comprobemos que la mente y las piernas nos piden más ritmo y kilómetros.


HAILE


No podemos despedir este pos sin hacer alusión, aunque sólo sea breve, al nuevo redordmán mundial de Maratón, Haile Gebreselassie. Se veía venir, pero no era fácil retirarle el cetro al excelente corredor Paul Tergat. Haile lo ha conseguido en un circuito idóneo, el de Berlín. Su marca, de 2 horas 4 minutos y 26 segundos, ha mejorado en 29 segundos la del keniano. Y la mejor manera de magnificar su gesta es parafrasear la frase de un corredor popular en un foro de un diario deportivos en Internet: "Tras la gesta de Haile, las gestas de futbolistas se quedan en un segundo plano". Además, nos encontramos ante seres genéticamente privilegiados, dotados de una constancia casi irreverente que, además, poseen una humildad, dignidad y bonhomía encomiable, que en el caso de Haile se concreta en no haber perdido la ilusión de sus humildes orígenes y seguir levantándose a las cinco y media de la madrugada para correr por Sululta, una colina situada a 3.000 metros de altitud muy próxima a su querida Adis Abeba . Claro, estamos hablando del mejor corredor de todos los tiempos, el más grande de uno de los deportes más puros que hay: correr; un hombre que a pesar de las dificultades siempre sonríe.