martes, 29 de abril de 2008

CORRER EN LA SOCIEDAD DE LA OPULENCIA

Esta tarde al abrir mi correo electrónico me he encontrado con uno especial. Por medio de él, una persona conocida me muestra su gratitud porque ha obtenido una plaza pública por oposición "en gran parte gracias a ti". En realidad, era mi obligación: me pagaban por ello, pero me quedé reflexionando un rato sobre la gratitud, ese valor que se está perdiendo a pasos agigantados en esta sociedad cada día más autómata e impersonal. Horas antes había leído unas reflexiones del llamado "filósofo del correr", el Dr. Sheehan -ya fallecido-, que tuvo la gentileza de enviarme Paco Montoro (ahora comprendo amigo mío el por qué de tu devoción por la filosofía de este vocacional corredor). De manera que sin saber exactamente el motivo uní un acontecimiento con otro. En ambas cuestiones vislumbré una conexión indeleble, que no es otra que ese halo de luz que ofrecen los sentimientos y la sensatez de algunas personas. Si esa antigua alumna ha demostrada sensatez y gratitud no menos demuestra Paco Montoro enviándome unos textos que sabía a ciencia cierta que me subyugarían, y no menos gratitud demostró el Dr. Sheehan cuando reflexiona de la manera que lo hace sobre el corredor y su mundo.


Y pensé sobre si la visión de las cosas, de la vida, de la sociedad, de las personas, de todo lo que nos rodea -tal y como viene a afirmar el "filósofo del correr"-, tiene que ver con el correr. Si es esta actividad, que a tantos nos tiene atrapados, algo más que eso, como ya barruntaba y así expuse en la charla sobre el mundo del corredor que impartí en febrero. El Dr. Sheehan afirma que así es. Que el corredor es un ser que observa el mundo de distinta forma. Sólo quiere que le dejen correr -"dejad que me ausente", como diría el buen doctor-. Lo demás no importa. ¿Pero se puede construir todo un modelo de vida en torno a esa filosofía? No es fácil, pero creo que sí, se puede. Cuando el individuo ya ha llegado a una edad, en la que es posible que no sepa con exactitud lo que quiere, pero sí sabe exactamente lo que no quiere, sí es posible establecer un modelo de existencia basado en el correr, que tiene una base física pero que es también una forma de vida. Pero nada tiene que ver con las marcas ni con los podios como decía en el anterior post. Correr para ser mejor persona o al menos correr para no empeorar aún más nuestra maltrecha sociedad.



Correr en la sociedad de la opulencia contiene elementos que van más allá de la visión física de la actividad. Es intentar volver al momento en el que nos perdimos en esa bifurcación a la que se refiere el Dr. Sheehan; o bien como afirma el Dr. Campillo en el Mono Obeso, intentar recuperar aquella función para la que fuimos concebidos, para lo cual hay que desandar mucho camino erróneo que pasa por buscar unos mejores hábitos alimenticios, una eliminación del sedentarismo, y un sentido más natural de la existencia. Y buscar esos caminos me temo sea antagónico con otras formas de vida más basadas en hacer de la existencia un fértil campo de especulación y avaricia, que tantos efectos perversos conllevan, malos hábitos alimenticios o actividades insanas por poner unos pocos ejemplos.

domingo, 27 de abril de 2008

XIX CARRERA DE FONDO "CIUDAD DE ALHAMA" (27/4/2008)



La realidad siempre supera a la ficción. Y correr tiene un tanto por ciento muy elevado de realidad y muy pocas dosis de ficción. Se corre según se puede, según te encuentras y según interpretas la carrera. Y hay carreras que no hay manera de interpretar. En cambio otras carreras se interpretan con facilidad, y claro, todo eso cuenta a la hora de hacer una buena o mala carrera.
Los corredores
populares corremos porque nos gusta. Lejos quedan de nuestros propósitos los podios y las marcas. Nuestro mejor podio es nuestra mejor marca, que poco o nada serán comparándolas con marcas de atletas amateurs o profesionales. Pero sí contamos con algo a favor: si salimos al mundo exterior, al mundo del día a día encontraremos una enorme recompensa a nuestra actividad. En ese exterior, la mayoría de la gente que nos rodea no se molesta en en hacer apenas deporte y mucho menos, en concreto, correr. Sus hábitos no suelen ser todo lo sano que debieran y a ciertas edades existen muchas opciones de que falle algo en el organismo o bien la calidad de vida deje mucho que desear, luego si sabemos cuál es nuestro objetivo como corredores populares ¿ Por qué nos fastidia hacer una mala carrera o no rendir de acuerdo con los entrenamientos llevados a cabo? Yo creo que es porque nos sentimos corredores. Corredores a quienes no les importa conocer que nuestro propósito no es estar en la élite. Vivimos con una ilusión permanente y es legítimo que queramos mejorar. Algo que en ese mundo exterior no siempre se comprende correctamente.
Y viene toda esta reflexión a propósito de la prueba de hoy. Me decía al acabar la prueba de Alh
ama, mientras explicaba a un vecino las terribles subidas que habíamos afrontado, que tal vez nos estemos exigiendo demasiado. No estamos siendo justos con nosotros mismos. En mi caso concreto, hoy me interrogo sobre el por qué de no saber tomar el pulso a esta prueba. No saber cómo negociar con esas dos enormes rampas. No tener la suficiente fuerza psicológica que me posibilite saber con exactitud si podría subir más rápido e intentar no quedarme anclado. Y todas esas preguntas están planteadas desde el lado del mundo exterior, ya que plantearlas desde el lado perteneciente al mundo amateurs o profesional no tendría ningún sentido. Entonces ¿ Por qué romperse los sesos acerca de qué es lo que me falla en esta prueba ? Pues precisamente eso: el sentimiento de ser corredor.



Hoy
en Alhama, como se deduce de la reflexión anterior, me he vuelto a ver atrapado por las enormes rampas. Ocurrió en 2006 y ha ocurrido en 2008, pero con ligeros matices. En 2006 no conocía de primera mano la prueba. Sabía de la dureza por la descripción que me hizo, principalmente, Alejandro, de mi club. Pero nada es comparable a cuando la corres directamente. Ese año, subiendo la primera rampa, la más larga, sentí una enorme impotencia y aflojé ostensiblemente el ritmo. Y la segunda fue un calvario. Lo fue hasta la calle en cuesta que hay para acceder a la meta. El año siguiente no participé porque lo hice en MAPOMA, pero este año conservaba muy vivas las malas sensaciones de 2006. Así que salí completamente cohibido. Cohibido y conservador en extremo, hasta el punto de refugiarme en la cola de la salida, que en carreras como ésta, en las que hay que ir sorteando calles estrechas, se convierte en una pérdida de algún tiempo. Es como si el pánico fuera "in crescendo" y no encontrara el momento de salir. Así que la presencia en la primera rampa fue excesivamente respetuosa y eso posibilitó llegar a la parte más alta en unas condiciones físicas más que aceptables, a pesar de la dureza y el calor. No obstante, el miedo seguía en el cuerpo: sabía que en breve vendría la segunda rampa, más corta pero más pronunciada. Y en la segunda me hundí ostensiblemente, pero no a nivel físico, sino a nivel psicológico. Pudo más la mente que las piernas. Era una sensación extraña: no sentía las piernas excesivamente agotadas y la respiración no era entrecortada. Es más, no estaba sintiendo los efectos del calor ni había hecho aparición "pájara" alguna, pero no iba. Me sentía anclado en la rampa. ¿ Demasiado respeto a esas cuestas ? ¿ Demasiada interpretación negativa de la prueba ? ¿ Demasiados malos recuerdos de 2006? ¿ Demasiada ansiedad? Tal vez un poco de todo. Incluso las bajadas las hacia como si no fuera yo quien moviera las piernas.

Alhama 2008. Foto gentileza de Granada Fotos de Fondo.


El resultado final ha sido rodar a casi 5 minutos el kilómetro, con un tiempo de 54 minutos y 32 segundos, según la organización, segundos menos según mi cronómetro.
Ahora, en frío, con la tranquilidad que ofrece el estar aquí sentado ante el ordenador relatando la carrera me convenzo pensando que una mayor valentía y menos taras mentales podrían haber posibilitado atacar con mayor decisión en esas terribles cuestas. Tal y como comentaba Jose en su caso particular: "me dije: voy a atacar en las cuestas". De hecho el sabe también lo que es quedarse anclado en las subidas, según me ha comentado en algunas ocasiones.
Y es que está claro que la carrera nos pone a cada uno en nuestro sitio y en ese sitio hay que dejar siempre un espacio para la psicología.


Esta carrera la han acabado un total de 390 corredores y corredoras a los que hay que felicitar con sinceridad ya que no es una prueba apta para gente que no esté entrenada. Entre los corredores, muchos conocidos. Del grupo de las Verdes han corrido Abel, que demuestra una vez más sus condiciones para correr a pesar del poco tiempo que lleva haciéndolo. Ha hecho un registro de 51 minutos y 10 segundos; Jesús Lens, que me ha vuelto a impresionar con su crono, invirtiendo menos de dos minutos más que el mío. Con él acudió Javi, que acabó también en un tiempo similar; Mario llegó en tiempo similar a Jesús, a pesar de que tuvo dificultades en la primera cuesta; José Manuel me comentó al final que sufrió, siendo uno de los "sufridores" que se quedó sin agua en el kilómetro 6 de la carrera, justo cuando más se necesitaba. Jose, magnífico como siempre, entró en el puesto 18 con un registro de 42 minutos y unos cuantos segundos.

Esta prueba de Alhama es bonita: por su circuito - a pesar de su enorme dureza- por su entorno natural, geográfico e histórico, por su puesta en escena. Pero este año hay que denunciar en voz alta el enorme error que ya indicaba en el párrafo anterior: más de 200 corredores se quedaron sin agua, precisamente cuando más se necesitaba, a la finalización de la primera de las dos cuestas. En ese momento el calor era intenso y el esfuerzo de los corredores enorme pero no había agua. Se había agotado. Y es algo que hay que denunciar: no se pueden cometer ese tipo de errores. Hubo corredores que sufrieron un bajo físico y psicológico tremendo y otros hubieron de buscar acequias cercanas, si no para beber, sí, al menos, para refrescarse. Una prueba que ya ha entrado en su XIX edición no puede, no debe permitirse estos errores. No sabemos si el error es del propio Ayuntamiento o de Diputación pero, con independencia del o de los responsables hay que denunciar contundentemente este error. De hecho, en todo lo demás el nivel organizativo ha estado excelente, tanto en el corte del tráfico por carretera y calles como en el buen detalle de ofrece - la única prueba que lo hace- un delicioso bocadillo de jamón. Sigue existiendo la manía de no incorporar camiseta técnica, pero eso es mucho más secundario.
En esta prueba saludamos a gente del club Esquí Caja Rural, muy representado: a Alejandro, a Ángel Luis, a Bernardo, a Manu, entre otros; además, saludamos al siempre activo Rafa Bootello; a Eduardo que le hubiera gustado haber acudido a Baza, a Francisco J., Gomez de Granada Fotos de Fondo, deseándole una pronta recuperación, al "tsunami" de Armilla, con el incombustible Roberto y Nacho a la cabeza; a Francis Rodriguez Tovar, al que felicito por esa buena clasificación en Oviedo; a Alberto, muy activo este año

La vuelta fue agradable como lo fueron las "verdes" fresquísimas de las que dimos cuenta Abel, Jose y quien esto suscribe en un fresco bar del cruce de Moraleda.
La próxima prueba será la de La Amistad, el próximo 11 de mayo, a las 11 de la mañana, que este año tiene su salida y llegada en La Zubia.

PD: A LA ENTRADA: NUESTROS COMPAÑEROS DE LAS VERDES, ANTONIO Y VÍCTOR YA SON MARATONIANOS. AMBOS HAN CORRIDO EL MARATÓN DE MADRID EN UNOS EXCELENTES TIEMPOS. ANTONIO HA EMPLEADO 3 HORAS Y 14 MINUTOS; VÍCTOR: 3 HORAS Y 20 MINUTOS. ENHORABUENA A AMBOS.

sábado, 26 de abril de 2008

EFECTO "FORREST GUMP" Y EL "EFECTO FERIA DEL LIBRO"





Cuando vimos la mítica película "Forrest Gump", protagonizada excepcionalmente por Tom Hanks y dirigida por el virtuoso Robert Zemeckis, que ya nos deleitara con Regreso al Futuro, los que aún no éramos corredores -no como ahora-, nos preguntábamos ¿ Por qué corre ? ¿ Por qué no se detiene ? ¿Sería porque era un individuo con deficiencias psíquicas evidentes? Nos haciamos esas preguntas porque no conociamos esta actividad por experiencia propia.
Pero, a pesar de
que esas preguntas, a estas alturas, ya están más que contestadas, hasta ayer no conocía el que he denominado "el efecto Forrest Gump" o bien "las sensaciones Forrest Gump".
En principio salí a entrenar, en principio, como un día más de entrenamiento.




Esta semana todos los entrenamientos los quería hacer contando con cuestas, así que a p
esar de haber llevado a cabo tan sólo dos entrenamientos en estos últimos siete días, éstos han sido largos y en cuesta. El de ayer resultó especial, y de ahí viene el título que he introducido en las líneas anteriores. La idea era hacer 11 kilómetros, 12 a lo sumo, por la ruta que se puede ver en la foto de Google Earth: salida desde el Campo de Fútbol de Pinos Puente, en dirección al lado opuesto de la Vega: en dirección a la comarca de los Montes Orientales. Para ese fin es necesario coger la carretera local que une Pinos Puente con el término de Moclín, a través de Tiena. Es un recorrido muy quebrado, exento de grandes e interminables cuestas pero muy dotado de repechos duros, alternando bajadas, subidas y llano. Uno de esos recogidos que te deja maltrecho. Se llega en primer lugar hasta el Cortijo de Búcor , si bien la idea inicial era llegar hasta el Cortijo de Enmedio, perteneciente ya al término municipal de Moclín, un par de kilómetros más allá que el anterior cortijo. Estaríamos hablando de un total de 11 kilómetros - ida y vuelta -, suficiente para ofrecer ritmo a las piernas y abordar algunas cuestas. Pero llegué más pronto de lo previsto a este último cortijo. Y es ahí cuando comenzó el "Efecto Forrest Gump". Me dije que cuando el cronómetro marcará los 35 minutos daría la vuelta. Y los marcó. Pero pensé que el cruce de Tiena se encontraba no muy lejos, así que decidí seguir hasta el citado cruce, unos dos kilómetros y medio más allá que el Cortijo de Enmedio. Abordé ese cruce cuando el cronómetro marcaba el minuto 38. En ese momento estaba ya en el kilómetro 8 del recorrido, habiendo dejado atrás alguna cuesta y bastantes trozos "picados". Me no me encontraba cansado en absoluto. Sentía las piernas frescas y el ritmo de respiración era casi "normal". Pero no debía seguir más allá. Con la vista, ya presenciaba la pedanía de Olivares y subiendo la enorme cuesta, a un kilómetro y medio se encontraba Tiena, ya en las puertas del pueblo de Moclín. Así que decidí dar la vuelta, a mi pesar.
Y la vuelta fue simila
r a la ida, con un trayecto similar de complicado, con una permanente subida - no muy intensa - hasta llegar de nuevo a las instalaciones deportivas de Pinos Puente. En total, 16 excelentes kilómetros, llenos de buenas sensaciones y con la particularidad de haber percibido de primera mano aquello que aún no entendía cuando vi por primera vez la película de Zemeckis.

...Y SEGUIMOS DOTÁNDONOS DE LIBROS



Igual que el "Efecto Forrest..", también se ha percibido el "Efecto Feria del Libro". Si el otro día hablamos de McMAFIA, de Misha Glenny. Hoy hablaremos de dos nuevas adquisiciones: El niño con el pijama de rayas, del irlandés John Boyne y El asombroso viaje de Pomponio Flato, del catalán Eduardo Mendoza.
El primero viene precedido por buena crítica y éxito de público a nivel internacional y en España va ya por la 17ª edición y tiene como trasfondo el Holocausto nazi. El segundo está en la línea más pura del irónico e inteligente autor barcelonés. Si ya nos deleitó con Sin noticias de Gurb, ahora parece que se ha "salido" con esta novela que es un "cruce de novela histórica, novela policíaca, hagiográfica y paradoja de todas ellas", según reza en el reverso del propio libro. Se desarrolla en el Nazaret del siglo I de nuestra era, así que ya podemos deducir embrionariamente por donde van los tiros. Hablaremos de ambas cuando les llegue su turno.

LA PRUEBA DE ALHAMA

La prueba de mañana en Alhama, probablemente pase por ser la más dura del Circuito, si no en distancia sí en terreno. Dotada de dos muy serias cuestas que aglutinan un tanto por ciento muy elevado del recorrido total de 11 kilómetros, esta prueba, que hice hace dos años, me pareció en su momento la más dura de todas. Probablemente fue una apreciación personal, pero también coincide con la de otros corredores con los que he hablado. Así me pareció, hasta el punto que el año pasado coincidió - igual que este año - con el MAPOMA e ironicé diciendo: "que me libre de la prueba de Alhama gracias a que tenía que correr el Maratón de Madrid". Claro, fue una ironía exagerada.
Hablaremos cómo nos ha ido, mañana.

jueves, 24 de abril de 2008

PANEGÍRICO DE DOS CORREDORES A PUNTO DE IRSE...

....Al MAPOMA, claro.
VICTOR
Conocí a Víctor el año pasado. Llevaba bastantes años establecido profesionalmente en mi pueblo, Pinos Puente, y casi desde niño frecuentándolo por motivos profesionales de sus ascendientes. Pero yo no lo sabía, entre otras cosas porque ya llevaba bastantes años que no vivía allí, si bien si iba -voy- con frecuencia. Es más ni siquiera le conocía. Pero un buen día una conocida común, Delfi, me comentó que Víctor le había preguntado si sabía como localizarme para salir a correr. Resulta que casualmente habían hablado y ella le afirmó que me profería mucha amistad, no en vano es la mujer de uno de los concejales más cercano que tuve en mi etapa pública. Así que un buen día sonó el móvil y al otro contestó Víctor. Por su acento, enseguida consideré que ya llevaba bastantes años en el pueblo y quedamos en llamarnos si algún día podríamos coincidir para correr. Pero no fue posible. No antes de que se uniera al grupo de Las Verdes.
Precisamente se unió al grupo cuando ya se habían unido a él Abel y Javi -además de José Manuel, Paco y Mario, a quienes ya conocía lógicamente-. Y fue precisamente en una tirada de 15 kilómetros por la Vega de Pinos Puente, que él conocía muy bien y yo también. Inmediatamente todos los integrantes comprendieron que no era un novato en estas lides.
Meses antes ya habíamos coincidido en varias pruebas del Circuito de Diputación, atesorando ambos cronos similares. Es más, en la última prueba nocturna de Atarfe creo que recordar que llegamos a meta en idéntico tiempo, corriendo los aproximadamente 9 kilómetros a una media de 4' 8'', creo recordar. Estábamos a finales de octubre y fue allí precisamente cuando me comentó que en el año próximo - este año -, tenía previsto correr un maratón. De manera que desde entonces ha revolucionado el entrenamiento -me consta, nos consta- y se ha dedicado con fruición a preparar la gran prueba. Y ha mejorado, vaya si ha mejorado. Persona educada y atenta como pocos es un corredor muy concienzudo y constante.


ANTONIO
Antonio se incorporó al grupo de Las Verdes una semana más tarde que Víctor. Un buen día envío un mensaje a este blog y dijo algo así: Hola, soy Antonio Sánchez y si es posible me gustaría salir con vosotros. Ese domingo habíamos quedado en el Estadio de la Juventud y estábamos dispuestos a afrontar 20 kilómetros aproximados, pero en realidad hicimos 25 por un error en mi brújula interna. Yo, aún recuperándome de la lesión de Los Palacios, llegué a Pinos Puente totalmente maltrecho, debiendo ir al menos un kilómetro en la moto de Paco; Javi tampoco andaba fino y sufrió un calvario para llegar. Así que el único que les sopló en el cogote a los dos futuros maratonianos fue Abel. No obstante, todos vimos como Antonio y Victor, finos y fuertes al mismo tiempo, se perdían por los serpenteantes caminos de la Vega.
Y la sensación que tuvimos de Antonio es que le conocíamos de toda la vida. Es de estas personas cercanas, que basta hablar con ellos un rato para tener la impresión que has hablado con ellas desde siempre. Muy similar en carácter abierto y atento a Paco. Seguramente es por eso por lo que ambos tienen una química especial y bromean espontáneamente (recuerdo que en la comida que organizamos en la Venta de Fuente Vaqueros, Antonio llamó a Paco en varias ocasiones, sin éxito dada la desconexión del aparato de éste).
Antonio ha luchado mucho para llegar bien a MAPOMA. Todos hemos ido apreciando como ha ido mejorando continuamente sus tiempos en todas las carreras que ha corrido hasta ahora. Él mismo ha apreciado esa mejora espectacular. Su carácter competitivo hace que lo de todo en las carreras y en los entrenamientos, de manera que él y Víctor han ido creando una especie de red en los entrenamientos y plan estratégico en las carreras - tal y como demostraron en la Media Maratón de Málaga -, que a los demás no nos ha sido posible seguir, aunque es cierto que cuando no se tiene una gran prueba en el horizonte las exigencias son menores.
Creo conocer algo a Antonio y le imagino estos días con la mente puesta en MAPOMA. Se moverá compulsívamente, no dejará de gesticular, expondrá su carácter nervioso hasta que den el pistoletazo de salida el domingo.

Con ellos dos ya seríamos cuatro los integrantes de Las Verdes los que hemos debutado en maratón: el año pasado lo hicímos en MAPOMA Mario y quien esto suscribre. El próximo año tendrán que coger el testigo: Abel o Javi o Paco o José Manuel, y ya podremos añadir a Las Verdes el término:maratonianas.

Este modesto texto ha sido un pequeño homenaje que he querido rendir a ambos, augurándoles un tiempo excelente si nada se cruza en su camino de 42 kilómetros y 195 metros. Seguramente acabarán con el resultado apetecido. Como se suele decir: se lo han currado.
Mucha suerte a ambos.

POST DATA A LA ENTRADA: Mañana viernes Abel y yo hemos quedado en el "monolito" de Puente Verde a las 18,30, con la intención de subir a través del nuevo acceso a la Alhambra hasta el Llano de la Perdiz, si las piernas responden. Si alguien quiere sumarse basta con que esté en ese lugar a esa hora.

"DETRÁS DE CUALQUIER FORTUNA SE OCULTA UN CRIMEN" (BALZAC)


Como anunciábamos ayer, hoy se celebraba la Feria del Libro. Y ese día - no digo que el resto del año no lo haga- siempre compro un libro. Para que no desaparezca la efeméride. Para no perder el hábito. Para que ese día no se convierta en el día de la negación de la lectura. No obstante, no tenía claro qué libro elegir. Intuía que no buscaba una novela, pues muchas son las que pueblan mis anaqueles a la espera de ser devoradas. Buscaba algo parecido a un ensayo, dotado de rigor, escrito en clave de investigación -siempre he admirado el periodismo de investigación-. Estuve a punto de comprar "El niño 44" una fascinante novela inspirada en la Rusía estalinista, escrita por un joven autor llamado Tom Rob Smith, cuyo primer capítulo leí en una publicación promocional. Que me impresionó. Una novela de hechura muy trabajada e inusitada frescura. No obstante, me detuve ante un libro de investigación del que había leído alguna reseña: McMAFIA, cuyo autor es un prestigioso periodista de la BBC, llamado Misha Glenny. Siendo periodista de la BBC, que además prestó sus servicios en The Guardian no podía fallar. En cuanto a periodismo de investigación riguroso siempre me he fiado de los periodistas ingleses en general, y en particular de quienes trabajan en la BBC -tal vez la única televisión pública no controlada por el gobierno de su propio país-, por su independencia, por su neutralidad, por su calidad, por su rigor.
McMAFIA es un viaje globalizado a los bajos fondos. Según reza el propio libro "el mayor fresco sobre la economía en la sombra que mueve el 20% de los negocios mundiales". Hablamos por tanto de las tupidas redes del crimen organizado a nivel mundial. Me parecieron decisivas las palabras de Enma Thompson: "Quien quiera entender el siglo XXI debe leer este libro iluminador y esencial". Con datos más que inquietantes acerca de cómo se ha penetrado el crimen organizado en nuestras vidas. Lo que comemos, lo que vestimos, lo que escuchamos, gran parte de las cosas que hacemos a diario podría financiar -con nuestro total desconocimiento- esa red del crimen mundial. Las mafias rusas, las del este, los cartel, los negocios inmobiliarios, los negocios petrolíferos, la propia mafia italiana...nada escapa a la incisiva pluma de este periodista de la BBC, que ha sufrido riesgos durante los tres años que ha empleado para escribir este libro.
Un voluminoso volumen de 500 páginas que nos ofrece datos rigurosos del cómo y el porqué de muchos asuntos que intuimos, pero que al mismo tiempo ignoramos.

Y cumpliendo con el protocolo, por la tarde tocó entrenamiento. Se trataba de hacer una ruta de aproximadamente 17 kilómetros entre el Pantano del Cubillas y Pinos Puente y vuelta. Una ruta dura, con diversas dificultades tanto en la ida como en la vuelta. Un circuito dotado de terreno quebrado, con cortas pero duras rampas y con una más que picada vuelta desde Pinos Puente al Pantano.
La ida ha sido fresca, invirtiendo no más de 40 minutos, a un ritmo tranquilo pero continúo y avivado, sin apenas alteraciones. Sin embargo, la vuelta ha sido algo más dura: sensación de debilidad una vez superada la aldea de Caparacena y nuevas molestias estomacales. No obstante, es algo que ya sabía. Sabía a lo que me exponía, de lo contrario hubiera optado por la Vega, donde el sufrimiento hubiera sido mucho menor. Pero había que hacer esa ruta. Había que dotar a las piernas de dificultades. Había que imprimir a los pulmones y al corazón suficientes argumentos basados en el esfuerzo. Había que hacer cuestas. Y han sido hechas.
Al final, ligera sensación de hipoglucemia. Falta de energía en los depósitos, a pesar de haber ingerido antes y después sendas pastillas de glucosa, plátano, agua e isotónico. ¿ El calor ? ¿ La distancia ? ¿ Las dificultades del terreno ? ¿ Las pocas reservas de hidratos? Tal vez de todo un poco.

miércoles, 23 de abril de 2008

DIA DE LIBROS Y ENTRENO


Mañana será el día del libro. Leeremos el reportaje debido a la pluma de nuestro amigo Jesús Lens en ideal y daremos una vuelta por la Fuente de las Batallas para adquirir algún ejemplar que nos haga recordar que seguimos en la brecha lectora, cada día con más convicción.
Compraremos un libro e inmediatamente, como de costumbre, será olfateado para no olvidar el olor del papel recién impreso. Porque será un libro nuevo, con el lomo intacto y las hojas límpidas. Podrá tratar de ficción o no; de historia o no; de literatura o no, pero será una excelente ocasión para poder conmemorar un año más este día, que jamás debe de olvidarse. Si seguimos leyendo aún queda esperanza en esta sociedad tan simiesca en algunos aspectos, porque, como ocurre en aquella película de "La máquina del tiempo" basada en la novela de anticipación de Wells, habría que evitar que el libro se fundiera en nuestras manos al cogerlo, convirtiéndose en polvo, por desuso.
Porque parece mentira que tanta denodada lucha para conseguir que las personas adquirieran cultura y conocimiento, intentando restar tiempo a la explotación laboral y a la usurpación de la cultura, ahora se haya convertido en el más vil de los despilfarros, como si la dirección correcta de la sociedad fuera la contraria a ese conocimiento, que debería ser la sustancia que sellara de manera definitiva tanta estulticia.
Impera lo insustancial, lo frívolo, lo vacuo, el desconocimiento y la incultura y es por eso por lo que el 23 de abril nunca debiera pasar desapercibido.

Y más tarde comenzaremos los entrenamientos más serios de la semana. Cuando compito suelo dejar dos días en blanco, sin hacer nada, ni siquiera un estiramiento. Es algo que muchos no aconsejan, pero a mi me va perfectamente: respeto demasiado las cargas musculares debidas a la competición. Así que pensando en el próximo domingo, habrá que ir buscando cuestas. Y para tal fin existen dos opciones: subir al Llano de la Perdiz desde la Carretera de la Sierra; o bien seguir una dura ruta de, aproximadamente, 17 kilómetros poblada de diversas cuestas, entre el Pantano del Cubillas y Pinos Puente, volviendo de nuevo al Pantano. En cualquier caso, cualquiera de los dos recorridos responden a la exigencia necesaria. El horario de entrenamiento será sobre las 6 de la tarde, así que quien pueda o desee sumarse que lo indique y quedamos.
No será una semana de excesivos días de entrenamiento, pero en aún siendo pocos los días de rodaje aspiro a que sean exigentes. La próxima sesión será el próximo viernes.

Una vez más la lectura y el correr se dan la mano.

domingo, 20 de abril de 2008

II CARRERA POPULAR "MEMORIAL PADRE MARCELINO" (20/4/2008)

" En una bonita mañana....". Hoy no será posible comenzar esta crónica con esa afirmación. Una mañana mala para correr. Con frío. Con lluvia. Con poblados charcos. Si bien el recorrido ha sido del agrado común. No en vano estábamos atravesando algunas de las arterias más importantes de Granada, por lo general atestadas de tráfico día sí y día también, y correr en lugares así siempre te ofrece esperanzas de que todo no está perdido y que aún existen seres humanos que no son la prolongación de su vehículo, al menos una vez al año. De ahí que sea interesante correr por una Granada especialmente paralizada para la celebración de esta carrera que conmemora el fallecimiento, hace dos años, de un cura-profesor, el padre Marcelino, amante del deporte y muy querido y apreciado por la comunidad escolar del Colegio Santo Tomás de Villanueva, situado junto a Hipercor y una de las entradas-salidas de la Circunvalación granadina. Interesante esta idea, que además es un proyecto social. Lo recaudado en la inscripción de cada año será destinado a la financiación de un proyecto solidario realizado en una deprimida zona de Brasil.
Y ha sido mucha la participación en este segundo memorial, existiendo la posibilidad de correr la prueba absoluta de 10.000 metros, incluida en el calendario nacional de pruebas de la Real Federación Española de Atletismo o bien otra más corta de 3.200 metros de original y elocuente título: " no puedo con los 10 kms", además de otras dos para los más pequeños. Por fin una prueba en la que es posible saber con exactitud la distancia a recorrer.
Pero exceptuando el mal tiempo, todo es destacable en esta prueba además del recorrido: la organización, la cantidad mareantes de voluntarios, el perfecto sellado de cruces por parte de la Policía Local de Granada. Incluso, la cuidada logística de la carrera (si exceptuamos la señalización kilométrica), tanto en la entrega de dorsales, bolsa del corredor y ropero. Como decía a Abel, una prueba de la que deberían de tomar nota muchos de los organizadores del Circuito de Diputación y otras carreras que pululan por el largo y ancho de la geografía andaluza y española.
Se apreciaba una participación en la prueba absoluta amplísima. No sabría decir con exactitud, pero es posible que fueran más de 1000 los corredores que hemos tomado la salida en las distintas carreras, justo al lado del "botellódromo" una original idea que surge en Granada por el efecto perverso del botellón.
Por el circuito y la distancia era presumible que sería una prueba rápida. Y la lluvia y el frío no han impedido que lo sea. O al menos es esa la sensación que he tenido desde el primer minuto.
Correr más rápido o menos rápido dependerá, de manera decisiva, del tipo y nivel de entrenamiento. No comporta el mismo entrenamiento para realizar una media maratón que una carrera más corta y rápida como ésta de la que tratamos hoy.
En las últimas semanas, tan sólo en un par de ocasiones he llevado a cabo entrenamiento de calidad, que es el que posibilita rodar a ritmos mayores, si bien he de reconocer que es difícil que en mis entrenamientos regulares ruede a más de 5 minutos el kilómetro, incluso cuando se trata de hacer largos recorridos. No obstante, intenté ir rápido a lo largo de esos 10 kilómetros, algo que ha posibilitado el llano recorrido, sobre todo en los kilómetros iniciales.
La travesía del denominado Camino de Ronda, la artería más larga de la ciudad, que prácticamente hemos cubierto en su totalidad, ha posibilitado la anuencia de piernas, corazón y respiración, al tiempo de contar con la ventaja de un firme adecuado y una zona totalmente recta para ir adecuando la velocidad a las posibilidades reales de cada cual. En mi caso, esta calle ha supuesto una especie de lanzadera que ha posibilitado no perder ese ritmo alcanzado en todo el recorrido. Sin embargo, dos fueron los "incidentes" que pudieron dar al traste con esa ambición: tener que detenerme en dos ocasiones para atarme la zapatilla izquierda, cuyos cordones estaban obstaculizados por el chip; y otro, que es patrimonio de todos, la intensa lluvia que en en esos momentos caía sobre nuestras cabezas, a lo que habría que unir el intenso frío, casi nevoso.
Superado ese amplio tramo, ya no era posible encontrar rectas tan intensas y hubo que ir serpenteando por calles y avenidas, hasta volver a otra calle recta y llana, paralela a Camino de Ronda: Arabial, en torno al kilómetro 7 de la prueba (kilómetros que por cierto han estado anárquicamente medidos, como decía).
Los últimos tres kilómetros han contado con algún repecho, que si bien no era de importancia, sí conseguía que el ritmo bajara algo en intensidad. Coincidió además que en esos tres últimos kilómetros ya no estaba tan fresco como en los siete anteriores y eso lo ratifica un dato: si el kilómetro 7 lo pasaba en 29 minutos y diez segundos, a una media de 4' 10'' el mil, finalmente la media final se elevó a los 4' 15'', crono que considero más que suficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que los rodajes "serios" están comenzando a hacerse ahora tras la fatídica lesión y las sesiones de calidad aún están siendo pobres.
Del grupo de Las Verdes acudimos, además de quien esto firma, Abel, Mario, José Manuel y Paco (todos en las fotografías de abajo, en distintos momentos de la carrera). Abel, confirmando su buena forma y excelentes cualidades para correr, llegó apenas 10 segundos por detrás de quien esto firma. Yo fui de más a menos; y él de menos a más, que es lo que normalmente prefiero yo hacer casi siempre; Mario apareció en meta, en torno a un minuto y algo por detrás de Abel, demostrando que está levantando cabeza de manera excepcional y Paco superó a José Manuel en algunos segundos, disfrutando ambos como siempre de este magnífico deporte. Además en esta carrera he constatado la presencia de mucha gente conocida, tanto de mi club Esquí Atletismo Caja Rural - Fernando, Ángel Luis, Eduardo, José Manuel Robles, que se estrena este año y se le ve con muchas ganas, José Antonio Salazar, al que le he visto la espalda en todo momento y que viene de correr el Maratón de Sevilla-; además hemos podido saludar a Rafa Bootello; a Javi, que viene de correr el Maratón de Sevilla, igualmente; a Antonio compañero del anterior; a gente del Club Atletismo Armilla, encabezados por el muy activo Roberto y amigos de este blog como Onio -Antonio en realidad-. En particular me ha parecido meritoria la participación de mi compañero laboral y amigo, Antonio Membrilla, a pesar de sus problemas en uno de sus gemelos.
Posteriormente se celebró una prueba de 3.200 metros, que contaba con el aliciente de la vestida de largo de Paco Jr. - Paquillo-, en competición, al que se le veía inquieto y observando sus nuevas zapatillas Adidas Cushion. Le di varios consejos: sal despacio, acomoda la respiración a las piernas, alza las piernas, etc. Finalmente ha acabado su prueba en una magnifica marca que que más quisiera poseer algún adulto: ¡ ha rodado a 5 minutos el kilómetro !, a pesar de su corta edad. Esperamos que este bautismo brillante posibilite su adscripción a este sano y bello deporte, que demuestra que no todo en la juventud está perdido, ante la batalla del sobrepreso, los vicios insanos y la percepción de la vida frívola. Paquillo no es de esos jóvenes y lo ha demostrado esta mañana.
Finalmente acudimos a tomar unas Verdes -hoy ha variado el color, pero es igual siguen siendo verdes- a uno de los muchos bares de la zona. Allí compartimos buena cerveza y buena tapa: Antonio y Ana -que son los autores de las fotografías que aparecen hoy publicadas y que han demostrado una enorme generosidad, aguantando frío y lluvia, sobre todo si consideramos que Antonio está ante la temible puerta de su primer MAPOMA, su primer maratón-, Abel, Antonio Membrilla, Mati y quien esto suscribe.
Acabar esta crónica congratulándonos de la presencia de esta prueba en el calendario de carreras, que cuenta con una afortunada ubicación en la agenda de pruebas y que denota un marchamo de segura continuidad.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO DEBIDO AL ENORME ESFUERZO Y GENEROSIDAD DE ANTONIO Y ANA:












viernes, 18 de abril de 2008

MAL SE PRESENTA EL DÍA

Amigos: mal, muy mal se presentá el día para correr por esos caminos de dios. El agua caída los deja prácticamente impracticables. Además, está el fuerte viento. Por tanto - para quienes tuvieráis planteado asistir -, si os parece, cancelamos la quedada de esta tarde para mejor ocasión. Nos vemos el domingo en el Memorial Padre Marcelino a quienes vayáis. Os dejo con la entrada del Proyecto Florens sobre el particular mundo de los porteros. Que la disfrutéis y comentéis.

jueves, 17 de abril de 2008

LA VISIÓN DEL PORTERO ANTE LA VIDA

Volvemos a escribir para el Proyecto Florens. Un artículo que ha costado "parir", tal y como le contaba por correo electrónico a mi Alter Ego, Jesús Lens, la otra pata del proyecto. Se trata de un artículo ansiado (esa podría ser la mejor expresión), al mismo tiempo que temido. Tal vez, por tratarse de un tema que me ocupó muchos años y quería trasladar esas sensaciones, al tiempo que prosar acerca de los porteros (nunca me gustó el término guardameta) admirados, tanto por sus cualidades deportivas como humanas. De todo ello ha surgido este artículo . Así que os dejo con la nueva entrada del PROYECTO FLORENS, que cada día nos ilusiona más.


Cuando leí “El miedo del portero al penalti” del escritor austriaco Peter Handke, descubrí lo que apenas había intuido años atrás: el portero de fútbol, la persona, el ser que se coloca entre los tres palos, es un ser algo esquizoide; o al menos, por lo pronto, y al margen de hacer otro tipo de aseveraciones o averiguaciones, es un ser algo raro.

Durante mucho tiempo fui portero. La portería era el núcleo de mi existencia. Por tanto, he de suponer que no era un tipo normal, tal y como posteriormente me acabó de aclarar Handke. Por aquel entonces ya leía algún que otro libro de filosofía y creo recordar que el andrajoso protagonista del “Así habló Zaratrusta” de Friedrich Nietzsche ya se confundía en el plano excéntrico con aquél –que era yo- que en determinados partidos se preguntaba que qué hacia allí entre los tres palos en aquellas frías noches de invierno en la soledad de la portería, la que estaba más cerca al cementerio en las instalaciones deportivas de Pinos Puente. Claro, en aquel momento yo lo ignoraba, pero la decisión inquebrantable de ser portero ya formaba parte de una determinada predisposición genética a contemplar el mundo de otra manera.
Por aquel entonces admiraba a enor
mes porteros, unos históricos y otros en activo. Pero creo que mi admiración hacia ellos no consistía tan sólo en su innegable habilidad para dominar los siete metros de largo por dos cuarenta de alto de aquel espacio imaginario, sino porque ya sospechaba que detrás de aquella imagen se escondía una personalidad distinta al defensa o al delantero, por poner un par de ejemplos. En consecuencia, sentí verdadera fascinación por Luís Arconada -el mejor, el más grande-, por su particular forma de ver el fútbol, de despejar el balón, de “volar” entre los tres palos. Por su predisposición ante la vida, esa suerte de gesto austero rodeado de una aureola de potencia deportiva, de espectacularidad, de esa especie de unión indeleble entre su agilidad felina y austera seriedad. Si bien, ahora comprendo que la admiración que yo profesaba por el portero vasco era más honda. De hecho, el tiempo me dio la razón, ya que después de su caída en desgracia –injusta caída en desgracia, con tan sólo un error de bulto, que pareciera que hasta sus rivales franceses se sintieran culpables, tal era el respeto que inspiraba - tras su fallo garrafal en la final de la Eurocopa de 1984 ante Francia, casi desapareció de las escena futbolística, sin que a día de hoy nadie sepa nada de él, de aquel portero que había sido el mejor del mundo en su momento, sin haberse despegado jamás de su País Vasco natal y de la Real Sociedad, un ser extraordinario que provocó exclamaciones de admiración de afamados gurús del balompié, como la de aquel seleccionador de Inglaterra que fiel a la flema inglesa se preguntaba si aquel portero español percibía el balón con mayor tamaño que el resto de los mortales.

Coetáneos al portero vasco – en distintos intervalos de tiempo- también fueron Urruticoechea –el malogrado Urruti-, o Miguel Ángel o Lopetegui o Buyo o Artola, por poner sólo unos ejemplos. Y todos fueron seres muy especiales, muy distintos. Miguel Ángel era un tipo bajito con bigote que jugaba en el Madrid y había sido internacional con la selección. Por sus características físicas, podría representar perfectamente la imagen de un señor hispano en cuanto a su aspecto. Pero aquella parada milagrosa, propia de seres privilegiados, ante Austria, en una fase de clasificación de un mundial, creo recordar, le elevó a la categoría de ser extraordinario en mi imaginación y fue penetrando en el inconsciente colectivo de infinidad de españoles. Recuerdo nítidamente que por aquel entonces me encontraba con mi colegio en viaje de estudios en la impresionante e impresionable ciudad de Madrid, una enorme urbe para los ojos de un niño de provincias, repleta de avenidas, coches y luces y que tan mediatizada teníamos – y tenemos – los españoles, dándose la circunstancia casual de pernoctar en una especie de residencia estudiantil regentada por unas monjas en la calle Concha Espina, a unos pasos del Santiago Bernabeu, de manera que desde las ventanas de las habitaciones percibía los enormes y potentes focos del estadio, produciéndome una emoción casi irrefrenable pensar que a escasos metros se encontraba entre tres palos aquel ser extraordinario que había llegado a lo más alto de la portería nacional contando con apenas un metro setenta y algo de estatura y aspecto de gañán. Pero no era la fascinación común y ordinaria de un crío por uno de sus ídolos, no, sino que sentía esa fascinación matizada por una especie de intelectualidad filosófica, preguntándome cómo aquel individuo con aquel bigote casi proletario y esa planta bajita podría ser quien era. O el destacado caso de Buyo. Un muchacho gallego, que ya desde su edad juvenil estaba llamado a taponar las porterías más míticas del fútbol español. Un portero que puso en jaque a muchos de sus colegas por su comportamiento en el campo nada pacato. O el caso de Artola, un portero tristón, desgarbado, dotado de un instinto muy vasco de la portería y que siempre lo imaginé como un ser gris y un tanto amargado, hasta que en alguna ocasión, siendo muy niño, le vi actuar en vivo defendiendo la portería del Barcelona y comprendí que se trataba del tipo de deportista que dotado con un gran talento sabía hacer fácil y casi vulgar lo enormemente difícil.


Con el paso del tiempo, se fue confirmando mi teoría acerca de la personalidad que escondían aquellos tipos, espécimenes raros dentro de la amorfa configuración de los equipos de fútbol. Llegaron pronto los casos de Higuita, aquel portero de la selección colombiana, que jugó algunas temporadas en el Valladolid, con pinta de guerrillero de las FARC, y que con similar habilidad detenía balones con las manos que los despejaba con la pierna o con la cabeza, mostrando a los taimados porteros españoles que un ser puede ejercer más de loco que de portero, sin que por ese motivo deje de ser admirado o seleccionado por su país de origen y todo ello sin perder un ápice de calidad.

Posteriormente vinieron otros muchos porteros, con características diferenciadas, pero con matices igualmente deslumbrantes. Hasta que por fin, a raíz de los Mundiales de España en 1982 apareció un portero de raza negra que desposeyó a los más puristas de toda lógica. Para colmo aquel portero negro, venía de un país africano, totalmente desconocido, denominado Camerún. N’kono, que así se llamaba aquel portero, jugó con su país en el mundial de España y al poco tiempo fue fichado por el Español de Barcelona, y marcó una época en la portería española. Sus modales sobrios se alejaban enormemente de la espectacularidad de Arconada o el histrionismo del mismo Higuita o del uruguayo Chilavert o de la elegante plasticidad de Urruti. De hecho su habilidad para coger el balón de fútbol con una mano hizo mis delicias y practiqué lo suyo para imitarle.

Por tanto, todo ese cambio de formas de ver la vida y la portería hizo que me replanteará algunos conceptos estancos acerca de la fascinante personalidad de la figura del portero. Fuente inagotable que me provoca, que a día de hoy, si bien ya alejado del fútbol, aún siga de cerca la irrupción de los mismos en el panorama futbolero. De hecho, siempre estuve convencido que el portero nace más que se hace. Y de eso da fe la vocación arquera de Cañete - Cañizares -, un ser entregado a la portería, hasta el punto de adaptar su imagen, el color de su pelo, a las distintas etapas evolutivas del portero, y que en puridad no se ha merecido ese final tan humillante, al parecer, reservado sólamente para los puros, en el deporte y en la vida. Y sin embargo, otros porteros que triunfaron de manera destacada, como es el caso del catalán Busquet, supieron buscar su oportunidad, sin contar con grandes cualidades, gracias a que en algún momento, algún entrenador - caso de Cruyff-, considera que la táctica del F.C. Barcelona necesita desligarse de un portero torpe con las piernas y estático en la portería -como fue el caso de su antecesor, Andoni Zubizarreta- para optar por un portero no tan dotado bajo los palos pero espectácularmente habilidoso con las piernas y sin miedo a perder de vista la portería, algo que hace las delicias de sus defensas más dados a jugar en los alrededores del centro de campo.

Pasaron los años y en la edad adulta seguí jugando de portero, ya sin las presiones de la competición o sin la preocupación de que fuera un asunto nuclear en mi existencia. Pero, sin embargo, con los mismos síntomas y elementos conformadores de la personalidad, hasta el punto de caer en la cuenta que con la portería se carga de por vida, algo que comprendí, años más tarde, una noche cerrada y lluviosa jugando con mi peña de fútbol. El equipo contrario no llegaba a puerta ni por casualidad y fueron muchos los minutos en los que me encontré en soledad, volviendo areproducir la estampa de aquel muchacho que soñaba con sus ídolos mientras leía a Zaratrusta.

Así que el otro día tomaba unas cervezas con Emilio, conocedor del deporte rey como pocos, y le comenté la intención de hacer este artículo. Hablamos de porteros pasados, presentes y futuros, y concluimos que, efectivamente, son tipos especiales.

Tipos que pertenecen al universo futbolero, pero que al mismo tiempo se dedican a otras cosas totalmente distintas. Y hablamos de la afición heavy del “mono” Burgos, del caso Almunia, portero nacido en España, muy desconocido en su propio país y que podría ser pronto el portero de la selección inglesa si opta a la nacionalidad británica o el caso de actual portero titular del At. de Madrid el italiano Christian Abbiati, un portero sobrio, exento de espectacularidad, que al margen del fútbol es un tipo muy interesado en los libros. O los casos actuales del modesto Pinto, que ya en los últimos años de su desconocida carrera es llamado por todo un Barcelona para tapar el banquillo azulgrana; o el asunto Armando, portero que desde la suplencia del Cádiz, en segunda división, es igualmente llamado por un primera, el Bilbao, en esta ocasión para ocupar la titularidad de la que ha sido apartada momentáneamente por mor de un simio que endosó un botellazo en su ojo izquierdo en el campo del Betis. E igualmente me vinieron a la mente casos remotos como el del gran Dasaev, que desde la fría URSS aparcó en la portería sevillana, rodeado del calor de una afición que ante la incapacidad de pronunciar su nombre acabó endosándole otro muy andaluz: “Rafaé”. O el caso del teutón Toni Schumacher, subcampeón del mundo en dos ocasiones con Alemania, que después de haber sido un símbolo del fútbol alemán acabó sus días jugando en Turquía, tras unas más que polémicas declaraciones relacionadas con el dopaje en el fútbol alemán.

Y muchos casos más que se quedan en el tintero y que merecerían más un libro que un artículo. Fue entonces cuando le pregunté a mi amigo ¿Son los porteros unos bichos raros? “Eso lo sabes tú mejor que nadie”, me contestó.

QUEDADA PARA EL VIERNES¡¡

Queridos amigos: me estoy pegando últimamente alguna que otra paliza. Si ayer hacíamos una ruta por el Pantano, hoy he vuelto a insistir en soledad, aumentando hasta casi Pinos Puente. Es decir, Rest. Romero - Fuente del Portichuelo, sobre un kilómetro y medio antes de llegar a Pinos Puente. En total, un rosario de cuestas, intentando más que consiguiendo hacer algún que otro cambio de ritmo. En total 13 kilómetros en una hora justa, acercándome bastante a un entrenamiento de calidad.
Os comunico que mañana tengo pensado -como anuncié- hacer trece kilómetros de descarga por la Vega de Pinos Puente, por el circuito de Fuente Vaqueros, el mismo que hicimos Abel y yo hace un par de semanas. La idea será hacerlos muy tranquilos, para emplear una hora y diez minutos, pero he tenido que "armar" la agenda un poco y no podré salir antes de las 6,45, así que sí os animáis quedamos en la Cruz de Granada, a las 6,45 ¿ Hace ?

No os perdáis la entrada siguiente que versará sobre el mundo de los porteros, una entrada más del Proyecto Florens, que como sabéis compartimos Jesús Lens y quien esto suscribe. Una entrada que por muchas circunstancias me ha costado "parir", tal y como le comentaba a mi Alter ego. Lo colgaré en unos minutos.

RODEANDO EL PANTANO DEL CUBILLAS

El entrenamiento de hoy ha sido uno de esos en los que acabas con unas sensaciones magníficas y unas enormes ganas de seguir corriendo. Quedé en el Pantano con dos Verdes: Paco y José Manuel y Cristina, compañera laboral de ambos. Comenzamos juntos los dos primeros kilómetros, pero ellos decidieron seguir su ritmo y yo intenté alcanzar el ritmo de entreno habitual, denotando a cada paso que iba liviano como pocas veces. De esa manera han ido transcurriendo los kilómetros teniendo en todo momento el grisáceo pantano del Cubillas a la derecha, por una ruta llana en principio, pero que remonta cuando se sale a la carretera. Posteriormente, he decidido añadir un par de kilómetros más, buscando más que nada subir una no muy larga, pero sí intensa cuesta que vuelve a morir en el mismo Pantano. Ya digo, excelentes sensaciones ¿ Estará llegando la forma poco a poco tal y como afirma Paco ? Es probable. Y espero que no exista otra disfunción como viene ocurriendo últimamente porque ya está decidido introducirme de manera firme en las series y la calidad de las cuestas.
En Baza observé falta de rodaje, pero no debilidad excesiva, algo importante si consideramos que venía de correr la Media de Málaga, más exigente de ritmo, a pesar de las dificultades estomacales.
El próximo domingo tenemos una interesante cita en la capital granadina. Una carrera que se
celebra anualmente, al margen del Circuito, y que transcurrirá por diversas calles granadinas. En total serán 10 kilómetros rápidos ya que el circuito es completamente llano.
Antes, buscaré una sesión de serie de 800 o 1000 y una tirada de descarga de 13 kilómetros el próximo viernes a las 6 de la tarde por la Vega de Pinos Puente, a la que espero os apuntéis quienes queráis correr en torno a los 5 minutos el kilómetro por un circuito totalmente llano. Quedaremos como siempre en la Cruz de Granada. Si la lluvia fuer
a persistente optaríamos por un lugar asfaltado: Pinos Puente- Caparacena- Pantano, alargando un par de kilómetros más si acaso.
Y ahora dejemos testimonio gráfico del entrenamiento de esta tarde, gentileza debida a Paco (Compae):