domingo, 31 de agosto de 2008

BONITA RUTA DE ENTRENAMIENTO EN SALOBREÑA

Ya sabemos todos que este mes de agosto, que ya termina, es dilapilador como no hay otro. Demasiadas oportunidades se presentan para alejarse de nuestro "oficio" de corredor, además de las diversas oportunidades que se presentan, dada la calina y el buen tiempo, para salir de nuestra rutina de corredores, con salidas, a veces buscadas y otras sobrevenidas. Siempre digo que la diferencia entre nosotros, los populares, y la élite es infinita en resultados y rendimiento pero muy similar en predisposición a cuidarnos en el día a día, aunque -eso sí- disponemos de una ventaja de la que ellos no disponen: desmadrarnos de vez en cuando y moderadamente.



Así que para ocasiones en las que se ha de salir, he dispuesto de una especie de "kit de corredor" como desenfadadamente les suelo llamar a las prendas que necesito para correr y que en muchas ocasiones llevo en el maletero, principalmente, cuando acudo algunos días a algún lugar en el que voy a estar estático. Sin embargo no porto ese "kit" -por lo general- cuando hago otros viajes en los que tenga que exigirme más movilidad y necesite apurar el tiempo. Además, hay que ser respetuoso con tu pareja y olvidarte tú, y hacer olvidar a ella, que "estás siempre corriendo". No obstante, sí son bastantes las ocasiones en las que, ausentándome de casa, porto ese kit, que suele ser más o menos el que aparece en la foto.
Este fin de semana tocaba bajar a Salobreña, lugar por el que he entrenado (no había reparado en que también lo hace Chema Martinez, ya que posee vivienda en este bonito pueblo) en varias ocasiones y que el año pasado organizó por primera vez una bonita y dura carrera denominada "Toma del Castillo de Salobreña", y en verdad os digo que en pocas ocasiones he sufrido tanto como el año anterior subiendo esas bestiales rampas que conducen al Castillo árabe castillo. Para tomarlo.



Así que el sábado por la mañana opté por hacer una bonita ruta, mitad conocida, mitad desconocida. Es la que aparece en la fotografía de Google Earth. Iniciando la ruta desde el mismo paseo marítimo busqué las playas de La Guardia y La Caleta y desde allí inicié una trayectoria interior, atravesando la localidad y enfilando hacia la deliciosa Vega, situada entre la carretera Cádiz-Barcelona y la costa. Serpenteando por aquellas frondosas huertas, por un estrecho camino asfaltado fui disfrutando de una ruta nueva y desconocida, con la latente emoción de no conocer con exactitud donde acabarían aquellos caminos y que sólo disponía de mis piernas y mis pulmones para salir de allí hacia algún lugar de la costa; no obstante, orientándome en todo momento por las urbanizaciones de la playa: a mi izquierda las pertenecientes a Motril y a mi dereche las pertenecientes a Salobreña. Finalmente atravesé una seca y amplia rambla del río Guadalfeo que desembocaría en el mar si portara el agua suficiente y aparecí por un lugar más cercano a Salobreña que a Motril, a la altura del nuevo puente que atraviesa el río. Inmediatamente lo reconocí, porque fue allí donde me despisté en la prueba de Salobreña del mes pasado. Así que desde allí se enfila el comienzo del Paseo Marítimo y se vuelve de nuevo al punto de partida. En total, alrededor de 12 kilómetros.
Finalmente recordé el delicioso baño de la semana anterior en Rincón de la Victoria, con Antonio y Javí, y a pesar de que mi medio natural no es el agua, me dirigí hacia la playa, ya repleta de bañistas a las 12 del mediodía, y disfruté de un fresquísimo y relajante chapuzón, de manera que comprendí al instante el deleite que experimentan nuestros amigos malagueños cuando acaban su entrenamiento.
Durante todo el resto del sábado -sabedor que vendrían a lo largo del día cervezas y alimentos en abundancia- sentí la sensación de haber hecho los deberes correctamente, alegrándome sobremanera de portar ese kit, que en la medida que sea posible irá conmigo. Aunque, obviamente, no será portado a Berlín, ya que la ciudad alemana merecerá otro tipo de atenciones y oportunidad habrá -algún año- de correr la magnífica maratón de esta ciudad a la que está adscrito últimamente el gran Haile y donde el etíope está fulminando la marca mundial de maratón.

martes, 26 de agosto de 2008

UN VERANO A LA MEDIDA





Cuando agosto llega a su cenit, estamos muy cerca de despedir el verano. Una estación que, lógicamente, tiene sus defensores y sus detractores. Y supongo que lo serán en la medida de las vivencias de unos y otros. Por ejemplo, a quien esto suscribe no le gusta demasiado el calor y tampoco la efervescente luz de esta estaci
ón me inspira sonadas odas a la naturaleza. Siempre he preferido la grisácea luz del invierno, el frío posado en los objetos, el recogimiento y la espera, en fin, toda esa sugestiva idiosincrasia de la época más fría. De ahí mi natural inclinación por paisajes norteños.
Pero hemos nacido en un
a zona de sol, de luz, de calor; y acabas acostumbrándote a toda esa dinámica. E, incluso, sacando partido a esos meses de estío, principalmente, desde que uno atesora la afición a correr se aprovecha la tardanza del crepúsculo y las infinitas horas de luz.
No obstante, nunca he concebido ni participado de los más común del verano, a saber: el ingente volumen de personas en lugares propios de estas fechas: playas, fiestas multitudinarias y otros elementos de distracción masiva. De todo eso he procurado huí
r, si bien, en ocasiones, por múltiples motivos, siendo uno de los principales la buena convivencia, he debido sumergirme en uno de esos eventos de los que abomino. No niego que en ocasiones he disfrutado en periodos cortos de esos lugares, pero se han tenido que dar para ello circunstancias muy especiales (como se dieron el pasado fin de semana en casa de Antonio y Ana en Rincón de la Victoría donde todo parecía plácido y distinto). Por tanto, renegando de todos esos lugares comunes, negándome a viajar a lugares en los que sólo encuentre ruido, masificación y molestos grupos turísticos, por no hablar de amplias familias mal avenidas, he preferido permanecer en casa, hirvanando todo lo necesario para un verano a la medida. Y esa medida, principalmente, ha consistido en estar rodeado siempre de buena compañía, buenos libros, buena cerveza, buenas viandas, la música elegida, la escritura y posibilidades múltiples para correr. Esto último temí que no pudiera ocurrir por la lesión que me apartó durante todo julio de los caminos, pero gracias a la providencia o a mi paciencia y afán por recuperarme, conseguí estar totalmente a punto para correr en el mes más simbólico del estío: agosto.
Otro de los elementos de los que me he rodeado con suficiente previsión ha sido de la lectura, pareciéndome particularmente interesantes, de todos los libros leídos, en estos meses dos, de muy distinta he
chura. Cayó en mis manos -ni siquiera lo adquirí-, Entre limones, un fresco libro muy propio de verano escrito por quien fue el primer batería del prestigioso grupo inglés Génesis, Chris Stewart, que ha hecho furor, sobre todo en su país, relatando las peripicias del típico güiri que decide romper con toda su anterior vida y el mundanal ruido y establecerse en Las Alpujarras. En un cortijo de Órgiva, concretamente. El libro podría haber caído en tópicos de esa zona del sur de Granada o bien podría seguir la estela de un compatriota anterior, Gerald Brenan; o probablemente una fusión de ambas cosas. Así que me asomé a sus páginas con todas esas reservas. Y, probablemente, algo de todo eso hay, pero está escrito con elegancia, amparándose mucho en la ironía inglesa y revisando a través de ese tenue y genuino atributo inglés toda esa amalgama de tópicos de un lugar tan remoto como es la Alpujarra, de costumbres tan antagónicas a las inglesas. Y he de decir que disfruté con su lectura mientras presenciaba las titineantes estrellas desde mi terraza, casi siempre acompañado de una buena y fresca verde. Sin duda, un texto muy aconsejable para verano.



Posteriormente, en los descansos que me va dejando un libro -un libro de investigación- mucho más árido como es Macmafia,
comencé un anhelado texto, en concreto, la última y breve novela del catalán Eduardo Mendoza, cuya literatura siempre celebro, desde que leyera La ciudad de los prodigios. El asombroso viaje de Flavio Flato es una sátira y al mismo tiempo una novela negra y una novela histórica. Pero todo eso está permanentemente decorado con la inteligente ironía que atesora el escritor catalán. Una novela breve y exquisita que sorprenderá al lector por los muchos matices y registros que posee.




Así a la espera de seleccionar qué nuevo libro comenzaré, no pierdo la oportunidad de releer El Quijote, opción que casi siempre está presente en la mesita de noche.
Excelente época, asimismo, para escuchar los grupos y temas que la delgadez del tiempo no te permite en épocas de mayor actividad. Así que he buscado los mejores directos de las mejores épocas de grupos que ya forman parte de mis días, tales como Metallica, Iron Maiden y Judas Priest, por citar unos pocos, sin que decaiga el interés por descubrir nuevos (Javi, tu concurso es muy importante en este aspecto). Los últimos descubiertos, de nuevo generación son Eluvitie, de ritmos célticos combinados con infinidad de registros heavys. Asimismo, descubrí Folkstone un grupo italiano, empeñado en recuperar esencias medievales mezclándolas con buenas dosis de registros célticos y sonidos metálicos. No obstante, la sorpresa más importante vino de la mano de los veteranos Judas Priest, con su nuevo y doble álbum denominado Nostradamus. Una exquisita muestra del mejor hacer de la prestigiosa banda británica. Una obra maestra, sin duda. Y a la espera estamos de la aparición de "Death Magnetic", el nuevo álbum de Metallica que promete un retorno a los míticos 80 de los que jamás debió salir.
Y, gracias, que todo esto lo hemos podido simultanear con correr. Agosto vino con nuevos bríos, despidiendo a un julio totalmente ausente de los caminos.
Tras las primeras salidas inciertas y cortas, agosto ha sido pródigo en kilómetros y buenas sensaciones, hasta el punto de haber recuperado gran parte de la buena forma que me posibilitó correr el Medio Maratón de Montaña de La Ragua. Inesperados han sido los ritmos y la acumulación de kilómetros en estas dos últimas semanas, principalmente, sin atisbo alguno de la lesión. Para muestra los casi 55 kilómetros acumulados la semana pasada, adecuando ya el ritmo y la forma para dar lo mejor de mi mismo en las apasionantes pruebas de otoño e invierno.

domingo, 24 de agosto de 2008

UN RINCÓN PARA CORRER, (Y PARA COMER; Y PARA BEBER)



Estaba previsto. Buscaríamos en el calendario y planificaríamos unos días en casa de Antonio en su amplia casa de Rincón de la Victoria.
Pero ocurre que, como en el cine o en la literatura, la realidad supera en muchos kilates a la ficción. Y esa realidad fue mágica, porque de todo hubo desde la llegada hasta la ida, siempre triste, siempre intempestiva.
Confluimos allí Antonio y Ana, nuestros excelentes anfitriones, Javi y Nuri y Mati y servidor, con la
agenda apretada que, en principio, dejaba libres muy pocas horas porque, en teoría, debía volver pronto a Granada, pero que una vez destapado el tarro de las esencias, de la comodidad de la morada, de la generosidad de nuestro anfitriones, de la buena compañía de Javi y Nuria, del color del mar, de la brillante intensidad de la luz, del excelente circuito para correr, de la piscina, de los baños nocturnos en la playa tras correr cerca de 13 kilómetros, de las excelentes cenas junto al mar, de las buenas y frías cervezas y otros licores espirituosos, del sin fin de buenos argumentos que nos ofreció esa excelente zona de la costa malageña, de toda esa amalgama de buenas cosas, decía, que una vez destapado todo ese dulce tarro de las esencias no existía capacidad volitiva y pensamiento objetivo que nos hicieran dirigirnos a llenar la maleta para volver.



Y como en la canción nos dieron las una, las dos... En realidad vimos el amanecer.
Pero antes era necesario correr. Cuando uno acude a pasar unos días con amigos corredores procede
correr. Porque forma parte de los hábitos solemnes y sagrados de todo corredor que se precie. Porque correr siempre ha de estar presente en todos los momentos del año, sin importar el lugar de estancia ni las circunstancias. Porque en el maletero del coche siempre han de existir las prendas necesarias para hacer unos kilómetros. Y los hicimos. Casi trece. Siguiendo la línea de la playa, en dirección Málaga, Antonio nos introdujo a Javi y a mí por un circuito, plagado de corredores, que siguiéndolo podría desembocar en Málaga, allá donde "la torre Mordor" se señorea orgullosa justo en la línea que dibuja su contorno y el cielo, pasando por unos coquetos y antiguos túneles que se elevan sobre la costa. Y volviendo por la misma ruta, anocheciéndonos en esos dos mortíferos últimos kilómetros que más parecieran de series que de ruta, hasta desembocar junto a una playa ya vacía a esas horas e introducirnos en la cálida agua mediterránea ante la línea oscura que la noche perfila entre el mar y el cielo, contemplando en la oscuridad el misterio infinito del mar. Todo a pedir de boca para una noche que acababa de comenzar a ser gloriosa, como gloriosos fueron esos casi trece kilómetros a ritmos inferiores a cinco minutos el mil.



El premio a ese entrenamiento que rozó la calidad fue una excelente cena a la luz de la luna y la brisa del mar, en uno de esos chiringuitos de playa que aún conservan ese aire
e bohemio y natural propio de una trozo de playa sin rastro alguno de paseo marítimo, que comenzará más adelante, justo en el núcleo de Rincón de la Victoria. Y allí, los seis, dimos buena cuenta de toda esa variopinta muestra de pescado y marisco que Antonio, como buen malagueño, fue sugiriendo.


Lo que no sabíamos tras la cena es que la juventud de la noche no hacía más que comenzar porque, a pocos metros de la playa, en la esbelta casa de Antonio nos esperaban horas y horas de diversión, amistad y regocijo, apurando de manera exagerada la piscina, a punto de desarrollar agallas, acompañados en todo momento de cerveza y líquidos espirituosos, cuya permanente reposición hemos de agradecer a Ana, Nuria y Mati. Pero no importaba porque sabíamos que habíamos hecho los deberes. Que nuestra hora de gloria y esfuerzo ya estaba hecha y bien hecha.
Estar sumergido en una cálida piscina, acompañado de buenos líquidos y en excelente compañía, disponiendo de horas y horas para hablar de lo que más nos gusta es un placer infinito, que merece la pena a pesar de mis frecuentes visitas al baño ante la imposibilidad de detener el constante movimiento de la habitación tumbado en la cama y la dura almohada que supuso ser la fría porcelana blanca e inmaculada, situación que una vez contada, obviamente, provocó hilaridad en todos nosotros.
Pero había que irse, pero no nos íbamos. Al menos de momento. Porque quedaban buenas horas en buena compañía, un buen almuerzo en el vergel del patio y un buen rato de piscina, además de una suculenta cena marinera en Rincón de la Victoria.
Pensando en esos buenos ratos, es inevitable pensar que correr también extiende sus mágicos brazos al disfrute y deleite de estas vivencias.

jueves, 21 de agosto de 2008

ACUMULANDO KILÓMETROS


PACO HA SIDO ESTA TARDE UNA MAGNÍFICA COMPAÑIA.

Esa era la intención esta tarde: acumular kilómetros. Desde la recuperación, ésta es la primera semana que acumulo un número de kilómetros bastante considerable. En las tres sesiones han sido 40 los kilómetros acumulados, incluyendo los 15 de esta tarde. Además, ha sido la primera salida con Camelback a la espalda cuyo contenido -agua-, me ha permitido la hidratación por la Vega, toda vez que la hora de salida ha sido más temprana que en tardes anteriores.
La experiencia del Camelback no ha sido del todo negativa. Confieso que prefiero ir a correr libre de lastra alguna, pero no ha sido incómodo portar esta mochila pequeña de hidratación. No obstante he pecado de novato principalmente porque para que el agua se mantenga en una temperatura fresca a lo largo del recorrido es conveniente que esté casi helada, o bien, se introduzcan algunos cubitos de hielo. Pero nada de eso he hecho y, por tanto, el agua perdió su inicial frescor casi al principio de la ruta. Sin embargo, seguía siendo agua y ha cumplido la función de hidratación que buscaba.
Además esta tarde he contado con una compañía de lujo: la de mi amigo Paco -Compae- que me ha acompañado durante todo el recorrido en bicicleta. Como resulta que el ritmo ha sido tranquilo -en torno a algunos segundos por encima de los 5 minutos el mil-, no hemos metido la lengua en paladar en todo el recorrido, haciéndose éste muy ameno. Porque esa era la misión: no arriesgar demasiado con ritmos más altos y permitir la recuperación de las dos sesiones anteriores al tiempo que se acumulan kilómetros que vienen de maravilla para que los vayas asimilando el organismo y las piernas. De hecho, será esa la tónica en las siguientes sesiones -introduciendo cuestas, fartlek y series-, si la intención es estar en la Maratón de Sevilla en febrero del año próximo.
Ahora, habrá dos días de descanso y el domingo es probable que cierre la semana con 50 kilómetros en total porque, en principio, no existe demasiado cansancio acumulado y hay margen para ello.

martes, 19 de agosto de 2008

COMIENZO DE TEMPORADA A BUEN RITMO



Ahí seguimos, apurando las cada vez más cortas tardes de agosto para entrenar, una vez reencontrado con los caminos. Me suele ocurrir. Si me lesiono casi no puedo dar un paso, pero si me recupero bien, una vez guardado el reposo necesario, no suelo recaer en la lesión. Es por eso por lo que estoy dedicado, casi cada tarde a entrenar, imponiéndome un kilometraje alto que ayude a eliminar la inactividad acumulada durante casi un mes.
Por ese motivo esta tarde he decidido volver a hacer el recorrido de ayer en el Pantano del Cubillas, en compañía de Javi que, curiosamente, en su fuero interno también abrigaba la opción de hacer este circuito.
No obstante, esta tarde la intención era rodar algo más tranquilos que ayer -si bien el tiempo final apenas ha variado sus dígitos-, siendo la sensación en la llegada de haber cubierto el circuito de 12 kilómetros y unos cientos más de metros con mayor tranquilidad a lo largo del mismo.
La casi similitud de tiempos entre ayer y hoy se ha debido a objetivas circunstancias: si ayer comenzábamos tranquilos y así continuábamos hasta el kilómetro 4 aproximádamente, siendo el ritmo desde este kilómetro claramente más alto, hoy el comienzo - que coincide con una no muy pronunciada pero si extensa cuesta - ha sido fuerte, bajando sensiblemente el crono de cinco minutos el mil, para posteriormente ir adaptando un ritmo que nos permitiera correr muy tranquilos, en torno a los 5 minutos el kilómetro, sin que esa media bajara en ningún momento en las subidas posteriores de que se compone el circuito -en total tres-.
Y, francamente, hoy sí encuentro las piernas lánguidas, sensación que no sentía ayer. Veinticuatro kilómetros largos en dos días no exentos de cuestas se puede considerar un entrenamiento intenso para esta época, por lo que bueno sería descansar mañana, dedicando ese tiempo a estiramiento y abdominales.

lunes, 18 de agosto de 2008

UNA RUTA DURA, PERO ATRACTIVA


ESTA HA SIDO, BÁSICAMENTE, LA RUTA SEGUIDA, A LA QUE HEMOS AÑADIDO UN TRAMO QUE ES POSIBLE VER EN LA FOTOGRAFÍA SIGUIENTE

Tengo que reconocer que me gusta esta ruta. No es una ruta suave. No está exenta de dificultades. Es psicol
ógicamente dura de encajar. Pero es atractiva. Corriendo por ella sientes que has llevado a cabo un entrenamiento muy meritorio. Te llena. Te cansa. Te puede dejar las piernas maltrechas. Pero es una ruta que, a quienes nos gustar correr alejados de los parques, nos satisface.

ESTA SUBIDA QUE CONECTA EL CAMINO DE CAPARACENA CON LA ANTIGUA CARRETERA DE JAÉN ES LA MÁS DIFÍCIL DE LA RUTA.

Se trata de rodear el Pantano del Cubillas, a unos pocos kilómetros de la capital granadina en dirección Jaén. Es una zona de recreo, tranquila. Una zona perfectamente dotada para correr ya que reune todos los ingredientes que los corredores necesitamos: poquísimo tráfico, dureza y la posibilidad de adaptar la distancia y los ritmos que queramos llevar a cabo. Además el frondoso paisaje del Pantano del Cubillas ayuda a hacer la ruta más atractiva si cabe.
Y esa ha sido la ruta que esta tarde hemos llevado a cabo Víctor, Javi y un servidor, perjurándonos para trotar suave, pero que según el Polar de Víctor no ha sido tan suave, ya que a pesar de las dificultades de la ruta, provista de dos no muy largas pero sí duras subidas y un terreno con clara vocación de rompepiernas, en el cual es muy difícil adoptar un ritmo de crucero constante, a pesar de eso, el ritmo ha estado en 4,45 el mil, empleando en los 12200 menos menos de una hora. Un ritmo ideal para una competición que sirviera para comenzar una temporada, pero tal vez un poco subido de tono para un entrenamiento de mitad de agosto. Pero, en fin, así lo hemos querido.
En el plano particular, me voy reencontrado a pasos agigantados, sin ningún atisbo de dolor en la zona del gemelo-sóleo, a pesar de que en ninguna de las salidas ruedo menos de 10 kilómetros. Por lo tanto he de concluir que el periodo de descanso y el tesón en la espera está demostrando que la táctica ha sido buena, un buen referente para futuras lesiones. Que las habrá, sin duda.

sábado, 16 de agosto de 2008

UNA EXCELENTE RUTA PARA RODAR


Ayer tarde, alrededor de las 20 horas, en compañia de Javi y Emilio, contacté por primera vez, desde la vuelta a la actividad, a distancias más serias. Fueron alrededor de 17 kilómetros (según Geogle Earth entre 16,6 y 16,7) los recorridos, a una media por debajo de los 5 minutos el mil, pero con medias truculentos a tenor de los cambios de ritmos a lo largo del recorrido.
Si el comienzo superó con creces los 5,30 el mil, en algunos tramos - y así fue hasta el kilómetro 4 aproximádamente-, a partir de ahí, sobre todo desde el kilómetro 7, la media fue muy distinta, rozando en algunos tramos los 4,30. La entrada por la bucólica carretera local repleta de alamedas hasta Jau fue potente y la vuelta también fue provechosa, si bien, la entrada en el camino ribereño del seco Genil, en dirección Santa Fé, sin llegar a hostilidades tipo Antonio, el ritmo se fue incrementando. Sobrado Javi y comportándose como un guerrero Emilio, he de reconocer que me sentí muy bien y apenas observé síntomas de cansancio en todo el recorrido.
Por tanto, estamos de nuevo -definitivamente- en el camino.

viernes, 15 de agosto de 2008

ARTÍCULO EN IDEAL (PARA QUE LAS NEURONAS NO DESCANSEN)


FOTOGRAFÍA UTILIZADA POR IDEAL PARA ILUSTRAR ZAFIEDAD QUE MUEVE AL MUNDO


Ya lo sé: hoy es 15 de agosto!! Probablemente el día del año menos dado para darle al coco ni estar conectado con los problemas diarios de la economía o las hipotecas o las nueva crisis en las ex-repúblicas soviéticas..; ni tan siquiera día idóneo para meterse a fondo a leer la prensa. Pero así es el destino. Y éste ha querido que Ideal hoy dedique parte de sus páginas de opinión a la de dos amigos de este blog.. bueno uno de ello es quien suscribe, no sólo amigo, sino también administrador, y el otro es el de nuestro álter ego, Lens, que sigue siendo fiel a su columna de los viernes. Yo creo que ambos merecen echarle un vistazo. Os dejo con ellos: Zafiedad que mueve al mundo y Castril.
Lógicamente, ambos artículos es posible leerlos en las versiones digitales de Ideal. Pero nada como disfrutar del tacto del papel en cualquier de sus ediciones (Zafiedad que...está en las versiones de Jaén, Almería, y Costa de Granada también), ya que además es posible leer un relato sobre nuestro mundo de corredores publicado por una buena amiga del blog de Jesús.
Y ahora, no olvidéis que quien quiera tiene esta tarde una cita para hacer unos 17 kms. por los márgenes del río Genil a su paso por Santa Fé-Fuente Vaqueros, según reza la entrada de abajo.

jueves, 14 de agosto de 2008

QUEDADA PARA CORRER UNOS 17 KMS.

N

Nada, que no hay tregua. Que agosto es dañino como él sólo y muy dado a la evocación de grandes enemigos del corredor: las buenas cenas y el elemento en el que mejor se desenvuelve Baco. Por tanto, vamos a trabajar esas carnes prietas.
Mañana vamos a hacer una tirada de unos 17 kms., por las alamedas de Santa Fé. Inicialmente es una ruta que habíamos diseñado Emilio y yo para hacer -ya la habíamos hecho-, a la que espero se sume Javi, Mario y Mariano, los cuales han mostrado su predisposición. Pero la lista sigue abierta. Si queréis compartir esta ruta, que comenzará sobre las 19,45 no tenéis más que comunicarlo. El ritmo medio va a se suave (que está comenzando el rodaje), en torno a los 4,50-5,00 el mil pero, claro, cada uno adoptará el ritmo que desee. La salida está prevista justo en el comienzo de la carretera local que une la A-92 a su paso por Santa Fé con Atarfe, un kilómetro antes de llegar al pintoresco bar "Alexis Viernes". De todas formas os podéis comunicar a través de este blog si deseáis apuntaros.

GALERIA FOTOGRÁFICA SUBIDA AL VELETA

PINCHAD AQUÍ PARA VER LA GALERIA

martes, 12 de agosto de 2008

PRÓXIMA ENTRADA: FOTOS SUBIDA AL VELETA

El próximo miércoles tengo intención de subir las fotos de la subida al Veleta, gesta protagonizada por nuestros amigos Verdes. En estos días he recopilado las envíadas por Javi y las muy numerosas envíadas por Mario, erigido en esta ocasión en reportero gráfico ocasional (casi todos los Verdes han hecho de reporteros gráficos en alguna ocasión). Además, hay una editada por Ideal que me envío Antonio. Adelante que muchas de ellas son de una belleza destacada y casi todas consiguen transmitir la dureza de la prueba.

viernes, 8 de agosto de 2008

ADORABLE AGOSTO Y EL VECINO DE UN AMIGO


En el desierto agosto hay vida al margen de las vacaciones. Se vacían las ciudades. Se vacía Granada de nativos. Pero uno permanece en la ciudad, imperturbable ante la ansiedad de coetáneos por salir de la misma, alejándose a destinos - en teoría - más tranquilos, menos calurosos o más divertidos, según cada cual y cada caso.
Sin embargo mi rutina sigue viva, vivida en este mes de una manera más sabrosa, a pesar de que toque trabajar. Si bien todo es más relajado, hay que decirlo.

Uno comprueba que su rutina sigue viva porque sigue haciendo casi lo que hace el resto del año, sin que exista descanso en los entrenamientos, más de los obligados por mor de las lesiones, tornándose el entrenamiento en este mes como un placer adicional al vacío de estas fechas.
De hecho, esta mañana hacía lo habitual. Salía de la oficina para tomar un café en una desierta cafetería de Plaza Nueva y comenzaba a ojear la prensa. Si existen varias opciones, normalmente siempre elijo Ideal. Paso páginas, con información casi toda efímera, propia de estas fechas, lógicamente con una inmensa presencia de la
s Olimpiadas de Pekín las cuales seguiré con fruición y, cómo no, la presencia de los denominados herederos de la corona de esta España aún medieval, que acuden allí donde existe la posibilidad de chupar cámara, a costa del bolsillo de los españoles. Tengo que reconocer que estas presencias reales en el deporte me sacan de sitio, igual que lo hace la presencia de políticos y otras faunas carroñeras. Nada debería de perturbar el noble ejercicio del deporte. Pero en fin, sigues pasando páginas y se ilumina el rostro cuando el relato de hoy de Ideal viene firmado por mi Alter Ego. Un relato, El vecino, que tuve el honor de leer en su momento y que me gustó por la originalidad del estilo y el asunto tratado.



Y esas cosas ocurren en agosto. Como también ocurre que aparezcan artículos firmados por Jesús, como el de hoy, que es una crítica ácida y jocosa a uno de los estigmas del granadino medio: la famosa autovía a la costa granadina; o bien el lector de prensa del plácido y abandonado agosto se sumerge en otros artículos, que también pudieran venir firmados por quien esto suscribe u otros articulistas. De manera que cierras el periódico y te dices que sí merece la pena seguir conectado con la ciudad en este mes, alejándose de los agobios de otros lugares frecuentados en vacaciones. Porque ya hace tiempo que descubrí el placer de vivir la ciudad en agosto como escribí en alguna ocasión en un artículo que probablemente reproduzca por aquí. Y sigo manteniendo esa postura.

GALERIA FOTOGRAFICA SUBIDA AL VELETA 2008


Esta esperada entrada se ha hecho esperar. Pero era ambiciosa. Existían multitud de fotografías dispersas y he debido ir acumulando las distintas fuentes. Ya están aquí. Advierto que no existe un orden coherente -si entendemos ese orden, desde el punto de vista cronológico, salida-llegada-, sino que se han ido volcando las distintas fotos enviadas por Antonio, Javi y Mario. Ese caos serán totalmente consecuente con el caos que supone esta infernal prueba. Espero que las disfrutéis.























miércoles, 6 de agosto de 2008

EN EL CAMINO DE NUEVO


CON MARIO, EN VARIOS MOMENTOS DEL MAPOMA 2007

El reencuentro con las zapatillas ha sido más rápido de lo que imaginaba en principio. Lógicamente la instrucciones dadas en el Centro de Medicina Deportiva rebosaban de sensatez y profesionalidad, pero uno también ha de calibrar cuando elegir los mejores consejos y desechar los menos necesarios. Lógicamente, el primer contacto fue el previsto facultativamente, pero han bastado un par de salidas para tomar el impulso necesario, hasta el punto que los dos últimos rodajes han estado por encima sobradamente de los 10 kilómetros.
El entrenamiento de hoy ha rondado los 15 kilómetros, en compañía de Mario, con el que llevaba ya bastante tiempo sin entrenar y un amigo de éste, Mariano.
Acompañados de un calor africano hemos sido penetrando por los inalterables caminos de la Vega en dirección Ánzola para seguir en linea recta y correr por una ruta distinta, a través de frondosas y frescas alamedas, muy cerca del margen derecho del río Genil, entre Fuente Vaqueros y Valderrubio. Seguidamente se conecta con la carretera local, cuyo carril bici posibilitará que volvamos a penetrar en los caminos de la Vega, dejando muy cerca Zujaira.
Ha sido una ruta clásica, de esas que te estimulan física y mentalmente, a un ritmo tranquilo, alejado de ser trotón pero tampoco excesivamente alegre. Mario iba cómodo a un ritmo tranquilo y quien esto suscribe desea continuar con ritmos bajos aún. Pero probablemente no pensara así Mariano, que al poco de rebasar la bonito aldea de Ánzola, que extiende sus orígenes al periodo romano, al paso del kilómetro 4 aproximádamente, se iba quedando poco a poco. Los últimos metros, llegando a Pinos Puente, cuando el ritmo iba subiendo por enteros, corriendo Mario y yo juntos, mi paisano, muy elocuentemente pero con pocas palabras, en vista de que nos íbamos olvidando del bucólico trote preguntó casi con una exclamación: ¿Qué?. Y, claro, inmediatamente entendí que con ese qué, Mario se estaba refiriendo a que si tirábamos o permanecíamos con ese ritmo sostenido, que en ese momento estaba cercano a los 4,30 el mil. Voy bien de respiración, pero temo que la pierna me dé el latigazo, tira tú -le aseguré-. Así, que progresivamente mi compañero de ruta se puso a correr "ya en serio", mientras que yo permanecí a mi ritmo, sin arriesgar en absoluto.
Me ha gustado el entrenamiento de hoy. Pero, sobre todo, me ha complacido comprobar que no ha habido resentimiento en la pierna izquierda por lo que todo parece indicar que la lesión ha podido remitir. Pero, como bien dice Antonio, al que mando un afectuoso saludo, extensivo a Ana -saben ellos por qué-, no debería de cometer locuras. Y razón no le falta, ya que las recaídas son más siniestras que las lesiones mismas.

En otro orden de cosas, ya dispongo de un buen número de fotografías de la subida al Veleta de nuestros amigos Verdes, contando con las que me ha entregado esta tarde Mario en CD. Por tanto, si nada lo impide mañana irán desfilando por esta bitácora.
...Y ahora seguid con la lectura del artículo de Ideal, que no ha tenido muchos comentarios. Y os aseguro que toca un asunto interesante, que nos afecta a todos.

martes, 5 de agosto de 2008

VORACIDAD ELECTORAL (ARTÍCULO IDEAL 5/8/2008


Nunca me han gustado las maquinarias electorales. Toda esa verborrea que utilizan los partidos para captar votos para sobrevivir, para mantenerse. No me parecería importante la demagogia y la verborrea política si éstos atributos se quedaran en la mera anécdota, pero resulta que los grandes partidos utilizan esas armas y las trasladan a la realidad porque tienen los medios para conseguirlo. Luego, experimentan con nosotros, con todos nosotros.
Esa reflexión inicial me hizo redactar este artículo, que sé que no es políticamente correcta, que intenta ir a la yugular, pero es esa también la función de la opinión escrita. Hoy ha tenido a bien publicarlo Ideal en su edición escrita, si bien también es posible leerlo digitalmente pinchando aquí.
Sé que algunos de vosotros ya lo habéis leído y espero que el que no lo haya hecho aún lo haga. Siempre aconsejo en papel, pero como digo está íntegro en esta versión digital.

domingo, 3 de agosto de 2008

UNAS PINCELADAS PREVIAS Y URGENTES SOBRE LA SUBIDA AL VELETA 2008

"Amigos, acabamos de comer, tras correr 50 infernales kms cuesta arriba con una altitud tremenda. Estoy activado, como una moto, vamos, haciendo flexiones y escribiendo a 1000 palabras por minuto... dios mío. No voy a contar lo que he sufrido, porque mis compañeros y José Antonio ya lo saben, qué decir que se pueda suponer... Esto no tiene nombre.
Lástima que no haya podido reunirme con vosotros, pero ha sido imposible y eso ya no tiene vuelta atrás; me gustaría haberos contado cómo lo hemos pasado TODOS y decir que TODOS hemos acabado la carrera, sin excepción. Algunos son semidioses (Antonio-Daniel), otros más humanos pero no con menos coj**** (Víctor y servidor). Esto es una hazaña. Sería injusto no resaltar la inmejorable colaboración de Mario, que pacientemente y con una fortaleza envidiable nos acompañó pedaleando, haciendo a la limón de reportero gráfico y "aguador", impagable su labor, que le agradezco sinceramente.
UN ABRAZO A TODOS"

Con estas palabras se expresaba Javi hace unos minutos, que resumen muy a las claras la odisea que han sufrido en la penosa subida al Pico del Veleta.
He hablado con nuestros tres Verdes campeones -Antonio, Víctor y el propio Javi- y por los tres he sabido que esta prueba es única en muchos aspectos: en sufrimiento, en arrogancia, en dureza, en ascensión. De hecho, está catalogada como de las más duras del planeta.
Dada la hora en que subí en coche, no me fui posible ver a ninguno de los tres. Cuando comencé a ver corredores -algo que me pareció emocionante- ya casi estaba en la zona de La Hoya de la Mora, justo en donde está la barrera que impide el paso de vehículos. Es decir, en el kilómetro 40 de la carrera, comenzando en ese momento lo más infernal de la misma. Pero ya no me dio tiempo ver a ninguno de los tres guerreros verdes y lo lamento profundamente. Pero me alegró enormemente saber que otro integrante del grupo, Mario, ha sido fiel sombra de Antonio durante los kilómetros más duros y ha acompañado a Víctor y a Javi durante bastante tiempo. Además, tal y como indicaba Javi, ha realizado una labor logística encomiable, ya que para él pedalear no es un secreto.
Abel, María del Mar y yo aguardamos hasta casi las cuatro de la tarde en la zona de recreo de La Hoya, estando en comunicación constante con Ana y Nuria, que sufrian lo indecible allí arriba y esta última no podía evitar transmitir preocupación cada vez que hablaba con ella. Era lógico.
Posteriormente cuando hablé con Víctor y Javi me comentaron que esta carrera es asesina y que si estás indispuesto quedándote aún 16 kilómetros, ese asesinato se comete con saña y alevosía. Lógicamente, cada cual vive la carrera de distinta manera. De hecho Antonio llegó bastante bien al kilómetro 40 pero esos últimos kilómetros se convierten en fatídicos y el organismo comienza a hacer de las suyas: calambres, pinchazos y malas sensaciones físicas. Tendremos en los siguientes días sus impresiones, sus vivencias, sus anhelos y su inenarrable experiencia, porque estar ahí clavados a las 7 de la mañana, esperando a escuchar el pistoletazo de salida sabiendo que tienes 50 kilómetros por delante -cuarenta de ellos de subida- ya hace que pertenezcas a otra raza. Pero llegar a meta ya es incalificable.
Cuando llegué a La Hoya de la Mora y aparqué el coche, me frustró no poder ver a mis compañeros. Con la cámara en ristre, pensé que por algún casual la barrera pudiera estar abierta para el tráfico rodado. Pero no, la instrucciones de la organización eran severas. Así que comencé a subir a paso rápido, cortando camino por la linea del carril de tierra justo a la derecha de la carretera. No iba equipado para correr, pero ganas tuve de intentarlo para ver si los alcanzaba. Lógicamente, la reciente lesión impidieron que me planificara de otra manera, incluida la opción de haber hecho la mini subida. Así que no tocaba otra opción que aguardar abajo con la sola comunicación irregular del teléfono móvil que casi siempre estaba sin cobertura. Cuando llegó Abel y María del Mar decidimos tomar unas cervezas y esperar que bajaran. Al poco llegó Mario con la bicicleta y nos acompañó, pero esta carrera es tan descomunal en tantos aspectos y el tiempo transcurre tan lento que entre que llegaban a meta y conseguían montar en el autobús que bajaba a corredores y acompañantes, podrían pasar entre dos y tres horas. Así que no tuvimos opción de hablar con ellos y mucho menos compartir unas verdes. El contacto ha sido por teléfono a lo largo de la tarde.
Pero tendremos ocasión a partir de mañana de conocer de primera mano sus vivencias como antes decía. Compartiremos su experiencia y contemplaremos esas fotografías que irán llegando a mi correo para ir trasladándose a este blog. A partir de mañana veremos esta descomunal prueba de nuestros amigos verdes desde esta página virtual.

sábado, 2 de agosto de 2008

SUBIDA AL VELETA 2008


Antonio, posando con la camiseta oficial del grupo - cuyo cuarto integrante será Dani- para la prueba.


Este blog estará muy presente en la prueba.


Observe el atento lector la fotografía y compárela con el logotipo diseñado especialmente por mis amigos para la gesta de mañana.


Como ya conocerán los lectores más regulares de este blog el grupo de Las Verdes al completo no subirá al Veleta, mañana domingo 3 de agosto. De hecho, sólo se atreverán tres de ellos: Antonio, Víctor y Javi. Tres valientes. Tres aguerridos corredores que han seguido una planificación en los entrenamientos casi profesional, robando tiempo de sus vidas privadas, de sus familia, de sus amigos; corriendo por esos caminos de Dios y esas rampas de Pradollano para arriba cuando la mayoría de los seres penetraban en el último ciclo del sueño nocturno. En una palabra castiza y del pueblo: se lo han ocurrido. Ya tienen todo el trabajo hecho, y tan sólo les queda para iniciar esta gesta, junto a otros casi cuatrocientos corredores, según la organización, unas cuantas horas, que probablemente sean las de mayor desasosiego, las de mayor tensión, las de mayor nerviosismo tal y como me comentaba ayer Javi nada más llegar a mi casa, en la que organizamos una cena a la luz de la luna, tipo de concentración y teniendo a la vista el abigarrado Pico del Veleta que preside toda Granada.
Se trata para quien aún no lo sepa de una carrera de 50 kilómetros, cuarenta de los cuales son en subida, cada vez más intensa, hasta alcanzar alrededor de 3.400 metros sobre el nivel del más; es decir que habrán de ascender más de 2.500 metros desde que salgan de Granada a las 7 en punto.
Comentaba el otro día con Víctor que Antonio -con esa capacidad de convicción politóloga innata de la que está dotado- ha sido el gran catalizador que hará posible que tres Verdes efectúen la prueba más montaña más dura de España, probablemente; y una de las más duras del planeta. También nuestro amigo malagueño fue el gran catalizador en mi decisión final de correr la durísima La Calahorra- La Ragua, algo que a estas alturas, una vez recuperado de la lesión, le agradezco, porque probablemente sin su empuje, sus ánimos continuos, sus llamadas de aliento, no hubiera sido posible haber corrido esa prueba del norte de la provincia granadina, claramente diseñada para corredores que se precien de serlo. Y, como decía, ahora ha vuelto a poner en práctica sus dotes para arrastrar con él a dos Verdes más, que eran los que mejor nivel atlético estaban ofreciendo.
Pero casi nadie sabe que el cuarto Verde - el anagrama lo explica como si de una premonición se tratara-, candidato a subir era yo. Aunque mis lesión inesperada y ese bajón espectacular tras la carrera de montaña de La Calahorra hicieron desistir a Antonio de arrastrarme. Es probable que sin esa lesión lo hubiera conseguido. Quién sabe.
Mañana sabremos de primera mano cómo ha transcurrido la prueba. Esperamos que nuestros aguerridos Verdes nos cuenten pelos y señales, porque nada nos queremos perder.
Por mi parte, esta tarde seguiré adelante con mi ilusionante recuperación. Abordaré a partir de las ocho de la tarde 10 kilómetros que me ha indicado Paco - Compae - por la Vega de Pinos Puente a un ritmo no superior a 5,30 el kilómetro. Y en todo momento, en esta suave ruta pensaré en lo que les espera mañana a mis compañeros de esfuerzo.