
Es factible – y casi aconsejable - discutir sobre el concepto de España. Releer fuentes históricas serias -alejándonos de los postulados de Pío Moa, por supuesto- e intentar situar la génesis de ese concepto en el Estado actual. Y todas las opiniones serias y rigurosas habrán de ser válidas y bienvenidas. Ahora bien, sería muy conveniente dejar atrás demagogias y lecturas interesadas sobre lo que fue, lo que es y lo que deba de ser España en un futuro más o menos cercano. De hecho, ese futuro más o menos cercano no se puede comprender con una cerrazón en la discusión hacia cuestiones tan vivas acerca de la idea de España que tienen los españoles de las regiones con más tintes nacionalistas e independentistas al tiempo que no podemos desdeñar la cuestión de nuestro entorno europeo, que no se agota en el artificio de
Dicho esto, uno tiene fundadas dudas acerca de si existe verdadera capacidad, interés, actitud y aptitud de nuestros responsables políticos por intentar al menos discutir sobre estos asuntos que florecen a la vuelta de la esquina. Dudo que el actual gobierno, tan preocupado como parece estar por volver a ganar las elecciones, le interese profundizar en estos asuntos. Asimismo, tengo fundadas sospechas que poco o nada importa a la oposición del Partido Popular este asunto, siendo su mensaje nada dado a profundizar sobre el futuro de España. Por el contrario, interesan otras cuestiones mucho más inmediatas y electorales. Por ejemplo, el gobierno desde hace unos meses ha entrado en una espiral subvencionable y muchos son los colectivos que están preparando su cuenta corriente para obtener ingresos del Estado, bien por tener hijos o más hijos, por alquilar u otras cuestiones, que van más en la línea de regalar peces que en enseñar a pescarlos. Por su parte, el Partido Popular sigue encerrado en su propia mismidad intentando que cale el mensaje de una España unitaria que afronte el futuro sin que parezca preocuparle otras consideraciones que al margen de deseos o formulaciones políticas concretas se mostrarán tarde o temprano.
Asimismo, si bajamos al planteamiento de gobiernos autonómicos y, en particular, a quienes se les acercan las elecciones, como es el caso del andaluz, más de lo mismo: una suerte de talonario de cheques dispuestos a comprar todo lo necesario por arrancar votos, obviando que se disfruta de un nuevo Estatuto de Autonomía, que una vez pasada toda la propaganda mediática necesaria ningún interés serio suscita su desarrollo por un gobierno autonómico que pareciera vendiera humo y construyera sus postulados sobre cartón piedra, fórmula ésta que le ha funcionado durante varios lustros.
Y ya estamos vueltos de ese periplo turístico-laboral-formativo por la siempre eterna Úbeda, habiendo viso con ojos distintos la majestuosa y de volumen bellísimo Sacristía de El Salvador tras los interesantes apuntes ofrecidos por nuestro amigo Roberto, de Armilla, aprovechando su mención para indicar -previa aclaración suya- que no es Presidente del club, pero -añado yo- sí un socio muy activo por lo que veo. Y estamos de vuelta con las pilas cargadas dispuesto a devorar kilómetros estos días, hasta la carrera del domingo y esperando que la relajación y las comidas copiosas y las cervezas de estos días no hayan provocado un desajuste notable, algo que no es normal que ocurra en tres o cuatro días, pero sí cuando se trata de más tiempo de ociosidad y glotonería. Así que es posible que pueda rodar con Mario, el jueves por la mañana, ya que se encuentra en Granada, por la Vega de Pinos Puente. Asimismo, el viernes próximo intentáremos hacer series o fartlek, y el sábado un trote corto pero alegre como colofón a la carrera de Santa Fé. A ver cómo estamos.