
Balance, recién adquirida y unos calcetines técnicos No obstante, existía la posibilidad de correr, así que la duda se despejó cuando estando en Madrid, practicamente ya saliendo por la M-40 para buscar la A-4 que nos condujera hacia Andalucía, llamó Emilio y hablamos casualmente de la prueba de Las Gabías. "Si te animas a debutar, llamamos a Paco y la corremos los tres al ritmo que marquéis vosotros", le dije, condicionándola a correr únicamente si optábamos por esa vía. Para mi sorpresa vi a Emilio receptivo, por lo que me convencí que en sus días de vacaciones algunos los ha dedicado a correr, algo que se confirmó cuando al verlo apareció con su pantaloneta técnica New Balance y los calcetines técnicos Reebok. Por tanto, el sábado por la mañana llamé a Paco y quedamos en correr.
Ir a correr sin la referencia de mis amigos no me apetecía por un motivo: no tendría referencias sosegadas; y sin esas referencias lo más probable es que intentara hacer una carrera más competitiva, algo que me llevaría a sufrir de lo lindo porque mi mente y mi cuerpo no estaban para tamaña aventura.
Así que solucionado el pequeño enigma, allí nos presentamos Paco, Emilio y yo, dispuestos a disfrutar la carrera, pero cada uno de los tres con distintas visiones de la misma: Emilio debutaba y por tanto denotaba tensión; Paco debería de asumir sus pocas sesiones de entrenamiento y lo mal que lo pasó -también a nivel psicológico- en la carrera de Dílar; por mi parte, la idea era más que otra cosa correr sin más y, de camino, acompañarlos. Sin embargo, siempre hay que afirmar que a pesar de que en tu fuero interno no te plantees "competir", siempre acabas dando más de lo que te proponías dar, porque correr en competición siempre es otra historia.
Comenzamos corriendo a ritmo bastante suave, algo obligado en esta carrera ante la aglomeración de corredores -algo menos de 400-, embutidos en unas calles demasiado estrechas, serpenteantes y en cuesta, hasta salir a la larga avenida que nos guiará a las afueras de la población, a través de lo que aún queda de Vega, pero que se va tornando poco a poco en urbanizaciones. Los primeros tres o cuatro kilómetros -no era fácil saberlo ya que no hubo ni una sóla indicación kilométrica- fuimos juntos Paco, Emilio y quien esto suscribe, pero Paco decidió ir más cómodo -el año pasado anduvo mejor que éste-, así que seguimos Emilio y yo a un ritmo suave. Sé por experiencia propia que correr por primera vez una carrera de competición te ofrece una perspectiva de sufrimiento y otra de euforia y creo que Emilio vivió ambas, a la que habría que añadir otro sentimiento de decepción al ver cómo en esta carrera no habían dispuesto camisetas, algo que a un debutante siempre le ilusiona.
En la salida ya me había comunicado Alberto Soria, preciso y exacto como siempre, que los metros serían 9.850 y que habían suprimido la dura cuesta de la parte final, por lo que el circuito a pesar de que aún es algo duro, se ablanda sensiblemente con relación al de 2006, si bien el termómetro es siempre el verdadero protagonista.
Voy muy cómodo acompañando a Emilio, si bien la media kilométrica final, en torno a 4m y 38s el kilómetro demostraría que el ritmo era bastante vivo. Pero ocurre que la tenue línea entre ir cómodo y no ir cómodo, en ocasiones, está en ir por encima o por debajo de 10 a 15 s, el kilómetro, los cuales suelen ser decisivos para acabar agotado o no.
Percibo que en ocasiones me siento más cómodo buscando un ritmo algo superior que cuando voy más lento por lo que en algunos momentos subo algo el ritmo, si bien no de manera importante para que Emilio y yo podamos ir juntos hasta la meta que era lo previsto. Sé sobremanera que comenzar a correr en competición necesita su tiempo; además soy "responsable" del debút de ese buen corredor que será en muy poco tiempo si persiste en el entrenamiento. Miro atrás pero Paco me hace gestos con la mano para que sigamos a nuestro ritmo; por tanto, decidimos seguir y que él vaya acomodándose a su ritmo propio. En una carrera ese acto individual es lo más importante; además no hay que olvidar que estamos a final de julio y con 36 grados de temperatura, en la Vega granadina, muy calurosa durante el día, si bien fresca en las horas nocturnas.
Observo que los corredores que nos rodean sufren de manera ostensible, ya que con independencia del estado de forma de cada uno, la sensación térmica para todos es poco llevadera y existe un fuerte revés psicológico provocado por el calor. No obstante, este tipo de carreras son cortas y cuando el sufrimiento comienza a aparecer a medida que van sumándose kilómetros, ya apenas queda nada para acabar, algo que había que ir calculando intuitiva en función de los tiempos individuales marcados, ante la apatía organizativa que no se digno ofrecer ni una sóla referencia kilométrica. Por tanto, la meta aparece pronto, sobre todo si se va cómodo. La larga avenida central de la población permite ver el arco de Cruzcampo y apetece un sprint. Animo a Emilio a entrar rápido, algo que él intenta y va consiguiendo, a pesar de que sus gestos son de bastante cansancio, si bien ha debutado con una magnífica nota, porque no es fácil correr la primera carrera a una media tan baja y en unas condiciones atmosféricas tan adversas, algo que ya consiguió Paco el año anterior. Éste llega poco después consciente de que debe de entrenar más, tal y como observo Paco Jr.
No hablaremos aquí más de otros aspectos que ya están sufucientemente tratados en el post que sigue a éste, pero siempre es agradable referirse a los amigos con los que hablamos y saludamos, que como siempre es una larga lista: del club: Manu, Fernando, José Antonio, notándose bastantes ausencias, algo normal en esta época. Además pudimos saludir a Victor, a Rafa Bootello, a Juan Carlos de Construcciones Otero, a Eduardo con el que compartimos un buen rato en la zona de refresco, a Mario y a sus inseparables amigos de carreras. No pude ver a Francis Tovar y Jose no acudió a esta carrera.
La próxima cita será en Motril, el 2 de septiembre. Nos esperarán los 21 kilómetros y 97 metros de una excelente media maratón, la cual será dura, si bien no por su terreno, pero sí por la humedad y el calor. Esperamos poder entrenar bien en agosto y poder participar con la mejor forma posible en una de las pruebas de las que más disfruté en la edición pasada, tanto por la organización como por la puesta en escena.