A quienes nos ha emborrachado el suave elixir del correr, como es mi caso, normalmente hemos llegado hasta aquí a base de correr por calles, por caminos, por carreteras, sin más. Primero corríamos con lo primero que teníamos a mano (creo que en una ocasión corrí con los pantalones largos de portero de fútbol pensando que sería parecido a una malla); utilizábamos el algodón en vez de la fibra sintética, los calcetines también de algodón en vez de técnicos, que lejos de ser una acción presuntuosa, se convierte en la prenda que evita lesiones en los sensibles pies; utilizábamos zapatillas de mercadillo marcas La Cadena o Adidas de saldo, totalmente alejadas de conceptos técnicos, pero claro correr para Paco y para mí era un divertimento y no un fin en sí (algún día escribiré sobre aquellos tiempos, amigo). Así que pasaron los kilómetros y poco a poco fuimos adquiriendo ropa técnica, mucho más cara y provista de concienzudo I+D.
Superada esa etapa en cuanto a vestimenta y calzado, comenzamos a correr carreras de competición y, claro, todos queremos mejorar, por lo que es inevitable que lleguen a nuestra rutina cosas de nombres desconocidos como farlek, skiping y un largo etcétera.
Hoy, un poco antes de escribir este post, ha tocada un farlek por un circuito urbano en dos vueltas, con un total aproximado de 12 kilómetros. Inicialmente no era esa el fin ya que ayer suplí el correr por la bicicleta estática y notaba las piernas algo cansadas, pero a medida que pasaban los kilómetros y comprobar con la facilidad que elevaba las piernas y corría, casi sin planteármelo comencé a hacer cambios de ritmo, principalmente en la segunda parte del recorrido. Estos cambios de ritmo han consistido -partiendo de la base de llevar una velocidad media de 4'40'' el kilómetro- en dos minutos cada tres o cuatro aproximadamente, en torno a los 4'00'', penetrando algo en el umbral, pero sin llegar a una acumulación de lactato que imposibilitara seguir el trote, ya que en eso consiste el farlek: cambios de ritmo sin dejar de trotar. ¿ Y qué decir del resultado final ? Pues que me he sentido muy bien: muy fuerte y muy entero; perfecto en la respiración y perfectas las piernas, situación ésta que inyecta mucho optimismo para la carrera de Linares, que a pesar de que he optado por hacerla en torno a los 10 minutos por encima de mi tiempo en media maratón (no olvidemos que a los diez días correré la media de Los Palacios y en ésta quiero dar ás de sí), no deja de ser una carrera competitiva y siempre en éstas hay unas fuerzas desconocidas que nos arrastran.
Mañana habrá descanso y ocio, pero el domingo un grupo de amigos (Mario, Paco y espero que Emilio), a las once de la mañana haremos un recorrido suave y llano por la Vega de Pinos Puente- Fuente Vaqueros con salida y llegada en la misma puerta de la Cruz de Granada, justo a la entrada de Pinos Puente, en la dirección Granada-Córdoba. Si alguien quiere sumarse, no tiene más que acudir a esa hora y ese lugar, no se arrepentirá, ya que la zona merece verla en otoño.