sábado, 25 de agosto de 2007

UN RINCON PARA TITANES

Entre post dedicados a técnica de carrera y a circuitos de ensueño para correr, nada hemos hablado del mundial de atletismo al aire libre de Osaka (Japón). Pero, claro, como en este país de estupidez mediática cada día más acuciante, sólo interesan los eurofichajes de ultima hora del Madrid o del Barcelona, muy poco se ha hablado de esta cita mundial y, por supuesto, hay que rebuscar en cadenas de pago o bien ofrecidas por TDT para poder ver algunas de la pruebas más importantes de la cita atlética, porque las cadenas tradicionales en abierto están muy ocupadas con bobadas cada vez más bochornosas. En fin, que por poco nos perdemos la retransmisión el Maratón de Osaka, una ciudad de unos 3 millones de habitantes, pero con un área metropolitana de 22 millones de disciplinados y trabajadores japoneses, con presencia de muchos coreanos; entre que el horario de Japón y el nuestro es poco conciliable y el poco interés de las cadenas abiertas. Pero pudimos verlo a las doce en punto de la noche del viernes al sábado, gracias a que un buen día Emilio me reservó un TDT, ya que la retransmisión se hizo a través de Teledeporte, cadena deportiva en exclusiva de Televisión española visible sólo a través del formato digital.
Y que decir. Allí estaba frente al televisor tras ver la primera media hora de la fastuosa obra de Camus, basada en la no menos excelente obra de nuestro querido Ramón Valle Inclán, Luces de Bohemia, con excelente interpretación de lo mejor de nuestro cine patrio: Paco Rabal y Agustín González, en sus papeles respectivos de Max Estrella y Don Latino de Híspalis -gente excepcional también, víctimas de una mediocridad que acaba hundiéndolos, algo similar a lo que pasó con Valle Inclán y que él intentó transmitir-. Por tanto, como uno es un poco renacentista, como un buen día dijo Jesús Lens del blog Pateando el Mundo ( al que agradezco desde aquí el envío de su libro microcredista), a las doce en punto ya estaba impaciente por ver la "osadía" de estos titanes del asfalto: 42 kilómetros (curiosamente comentaba a Mati que era la primera vez que veía una Maratón habiendo yo corrido una, algo que, si duda, te convierte en un testigo de excepción), ante una humedad que a veces se situaba en un setenta y cinco por cierto, por una ciudad -Osaka- muy cercana al océano Pacífico.
Ganó un Keniano, Luke Kibet, que parecía de otro planeta, siguiéndole la estela Shami, campeón del Maratón de París, otro keniano nacionalizado en Qatar -en África, es muy común el fichaje de los mejores por unos países (más ricos) de atletas de otros países (más p0bres), pero que generan muchos atletas de élite-; en tercer lugar un blanco; un suizo que fue de menos a más, merendándose a corredores etíopes y japoneses. Sin embargo lo más significativo fue el acuciante número de abandonos. Ver a lo mejor de la élite mundial sucumbir al esfuerzo, al calor, por las calles de la impresionante ciudad de Osaka (que ahora buscaré en Geoogle Earth), me ofreció un ambivalente sentimiento de admiración y tristeza. De hecho, nuestro atleta español Oscar Martín comentaba que, tras abandonar junto a Julio Rey, entró en el autobús que iba recogiendo los atletas que abandonaban, éste ya estaba casi lleno. Ha sido impresionante. Y por ese mismo motivo, impresionante ha sido el concurso de nuestros dos españoles que llegaron a meta: Chema Martinez y José Rios. En particular el primero ha hecho la hombrada, en un maratón de estas características, de llegar en décimo lugar; por su parte, Ríos, que en todo momento se encontró en el grupo de cabeza, al final sucumbía a los cambios de ritmo y así lo denotaba su rostro, en los últimos diez kilómetros.
Pero, qué decir de los atletas maratonianos. Pues sólo hay que descubrirse ante ellos porque son lo que realmente vemos y su mérito no es otro que su esfuerzo, su entrenamiento, su empuje, su genética. Hay que valorar que exista gente así. Y eso lo sabemos muy bien los corredores. Apreciar la velocidad que esta gente imprime a lo largo de 42 kilómetros, no es otra cosa que admirable. Capaces como son de "volar" a una media de tres minutos, y a veces menos, durante 42 kilómetros está reservado a gente de otro material. Y lo decimos gente que corremos habitualmente porque quien no lo hace ni siquiera lo aprecia. Y es lo triste: se nos cae la baba con gente que hace maravillas con el balón o con un coche y que ganan millones de euros, pero nadie habla de estos verdaderos jabatos que, además, no ganan ni por asomo millones de euros,aunque merezcan mucho más. Es, tal vez, un reflejo de lo que es nuestra sociedad.
Terminó el maratón pasadas las dos de la madrugada y era sabedor de que esta mañana tenía sesión de 13 kilómetros por la Vega de Pinos Puente, algo que se llevó a cabo en una estupenda mañana de tranquilidad en la Vega, fresco por el paso de las alamedas y algo de calor a medida que avanzaba el camino. Y mientras corres, en ocasiones, tienes algún tiempo para pensar. Y piensas en tu afición, en tu esfuerzo, piensas en esos atletas que unas horas antes sucumbían a a la humedad de Osaka, personas normales que entrenan durante años con frio, nieve, calor y lluvia, para llegar a esta cita y comprobar como una ambulancia o un autobús te recoge en una moderna calle de una moderna ciudad oriental. Y mientras tú vas avanzando a un ritmo aproximado de 4,40 el kilómetro por lugares remotos de una querida Vega, encontrándote sólo con algún que otro agricultor y el incipiente ruido de las cigarras y los grillos que ya anuncian una mañana calurosa -si bien luego el día se torna ventoso y casi lluvioso- , y acabas el recorrido en un tiempo muy bueno para tu propósito inicial, y te duchas, y sales por Pinos Puente para comprar alguna fruta y tomas una cerveza en uno de tus lugares favoritos de la localidad; y mientras hojeas el periódico Ideal piensas y te ratificas en ello: me considero privilegiado por poder correr un número considerable de kilómetros y poder comprobar cómo gentes de todos los rincones del planeta se esfuerzan a muy distintos niveles; y pasas una página y vez la cara demacrada en la prensa de un corredor maratoniano que abandona y tu mente se va al próximo domingo donde disfrutarás y sufrirás una dura media maratón de Motril, aún sabiendo que hoy en tus 13 kilómetros has tenido ambivalentes sensaciones de plenitud y miseria física.

4 comentarios:

Paco Montoro dijo...

Tu lo dices muy bien, las gentes que no corren no dan valor a los maratonianos. A mi me han preguntado si he corrido en la maratón de Málaga, y yo pregunto ¿en Málaga hay maratones? y me responden: si la carrera del Corte Ingles (10 km), pues si hay una gran mayoría que desconocen la distancia del maratón.
Hoy estoy algo frustrado, pues desde el Lunes pasado no he entrenado y hoy al correr me he visto muy desfondado. Así pues creo que este Domingo próximo no estaré en Motril, muy a pesar mío, ya que es una carrera muy importante en mi calendario de competiciones. Además tenía ganas de conocerte personalmente y van muchos corredores de mi club.
De todas forma esta semana voy a intentar entrenar mas kilómetros a ver si tengo buenas sensaciones. Un saludo

José Antonio Flores Vera dijo...

Lamento de veras que no vengas a Motril Paco, lo cual denota un gran acto de responsabilidad ya que correr una media no es un juego de niños ni mucho menos. Pero se comprende que se lleven tantos días sin correr y se pierda algo de forma; de todas maneras observa tu estado estos días y te lo piensas.
Por mi parte, tampoco ando nada bien, o al menos no todo lo bien que quisiera. Ayer fueron trece kilómetros a buen ritmo, pero con regulares sensaciones y hoy diez duros kilómetros con regulares sensaciones igualmente. No bajaré esos diez minutos del año pasado pero si no ocurre una catástrofe estaré en Motril el próximo domingo. Saludos y ánimo.

Anónimo dijo...

¿Y la tristeza que da, después de que Kenenisa Bekele ganara su tercer título consecutivo, escuchar en la radio el "parte de los españoles en Osaka"... y nada más? Lástima de provincianismo.

Fdo.- Micropatón

Paco Montoro dijo...

Jose Antonio, la muerte súbita se ha llevado hoy a un futbolista de 22 años, Puertas, un joven con un prometedor futuro y toda la vida por delante. Al maratoniano Diego García le ocurrió lo mismo en un entrenamiento para una media en el Pais Vasco. ¿ como es posible que le ocurra esto a unos deportistas? Se supone que tenemos menos posibilidades, pero la muerte no mira edades, tan solo llega de cualquier manera, y esta vez de la manera mas cruel.
Hoy la medalla de bronce de Maite Martinez a quedado en un segundo plano, pero ha estado estupenda con un sprint final fantástico, igual que en los tres mil obstáculo, porque con los keniatas no hay quien pueda