viernes, 6 de julio de 2007

SIMBOLOS DEL CORREDOR

Hasta no hace mucho tiempo los anaqueles de mi librería no contenían otra cosa que libros. Libros pugnando unos con otros por ocupar el lugar más relevante y vistoso; libros leídos y no leídos; favoritos y no tanto; libros técnicos de texto y mucha literatura y mucha historia, además de un buen número de ensayos y memorias políticas. Si acaso pugnaban con su espacio, humildemente, algún que otro motivo conmemorativo de distintas etapas de la existencia.
Pero comenzaron a introducirse en las baldas otros elementos menos prosaicos, que fueron buscando su espacio, cada vez más dilatado. Esos elementos u objetos obedecen a distintas geometrías: unos son circulares, otros rectangulares, otros amorfos, e incluso otros rivalizan directamente con esos libros que atosigan los anaqueles ya que son diplomas o documentos acreditativos, pero todos tienen algo en comun: contienen una leyenda concreta: Media Maratón de Córdoba; Media Maratón de Motril; Carrera de la Noche de San Antón; Maratón Internacional de Madrid, entre otros. Ninguno de estos elementos acreditan victoria alguna como pudiera pensar algún amigo despistado que visita mi domicilio, aunque bien pensado, sí que acreditan una gran victoria: la culminación de esas pruebas y todo el trasfondo que conlleva el acudir y acabar las carreras a las que solemos asistir como populares entusiastas. Detrás de cada motivo conmemorativo, existen horas de entrenamiento, horas arrebatadas a familia, a amigos, a obligaciones...; horas de trabajo solitario bajo el sol inmisericorde de julio y agosto; o bajo el correctivo horrendo de las heladas invernales; o bien bajo una lluvia persistente y cansina; e incluso, en ocasiones, bajo una más que furtiva capa de nieve. Detrás de esos objetos que van atosigando el poco espacio que dejan los libros, hay toda una mística y una ilusión, un encuentro a diario con tu mismidad; una visión fugaz de la musculatura de tus piernas antes de ponerte a trotar y posteriormente en los estiramientos; toda una parafernalia de camisetas de colores y formas variadas; pantalones de todas las marcas y estilos; varios pares de zapatillas -algunas con Oda incluida-; diversas gafas que rivalizan en colores y forma; ungüentos tales como la vaselina y las cremas protectoras entre otras; pañuelos para la frente y la cabeza, Ipod o MP3 para las grandes tiradas y toda esa enorme intendencia de objetos que se acumulan en los maleteros de nuestros coches.
Todas esas cosas son las victorias cosechadas y, probablemente, esos objetos conmemorativos como los que se muestran en la fotografía no sean más que símbolos y que como todo lo que es simbólico representan grandes trazos de nuestra vida.

2 comentarios:

Paco Montoro dijo...

Estamos en categorías que son muy difícil quedar como primero, segundo o tercero, pero si las lesiones nos dejan todo llegara. Por mi parte, siempre que me dan un trofeo por terminar una carrera, disfruto como niño con zapatos nuevo. Los trofeos y medallas por los 10 maratones maratones concluidos son los que mas cariños le guardo.
¿Cual será tu próxima carrera?

José Antonio Flores Vera dijo...

Paco, la próxima será mañana domingo. Una carrera del Circuito de Diputación de 13 kms. con subida al final de la prueba, ya que son pueblos que están en la falda de los alrededores de Sierra Nevada, al sur de la capital granadina. Haremos la prueba como un entrenamiento porque no estoy para nada más, dado el bajo nivel de entrenamiento de estos días. Ahora bien, comenzaré más fuerte y programadamente a partir de la semana próxima. Saludos