sábado, 15 de septiembre de 2007

...PERO HABLEMOS DE LO IMPORTANTE OCURRIDO ESTA TARDE


Hasta ahora no hemos hablado de nuestra selección de baloncesto. Y no lo hemos hecho porque parecía evidente que obtendría el reinado europeo, tras la exhibición en Japón el año pasado. Pero hoy hay que hablar de ella. Pero no sólo porque haya ganado -que era lo previsto-. Tampoco porque sus jugadores se hayan entregado en equipo, como cada partido hacen, como siempre. Hay que hablar porque hoy han demostrado algo más que saber jugar muy bien al baloncesto. Ante una selección griega que ha optado -de manera planificada, en mi opinión- por meter bulla, fanfarronería, caos, desorden, y que además ha jugado como los ángeles, nuestra selección tras unos minutos de titubeo, asombrados ante lo que estaba pasando y como funcionaban los griegos, en la segunda parte -en particular en el último cuarto- ha templado gaitas, ha sabido interpretar perfectamente en qué camino no había que penetrar y se han puesto a jugar al baloncesto como ellos sólos saben. En baloncesto la dirección del técnico es decisiva, casi más decisiva que en cualquier otro deporte de equipo y aquí se ha demostrado una vez que Pepu ha estado al nivel que todos esperamos de él, ha trascendido a su sabiduría baloncestística, demostrando que es una persona culta, elegante y muy educada. Que más se puede pedir. Ha sabido guiar a sus pupilos por un camino que pocos los sabrían hacer. De aquellos gritos y gestos elocuentes del fallecido Díaz Miguel hasta Pepu Hernández hay todo un abismo. Pero qué decir de los doce jugadores de España, qué decir de Navarro, de su frialdad cuando todos tiritábamos en casa de nervios -y no sólamente Rafa Nadal-; qué decir de la templanza de Gasol ante las provocaciones griegas, verdaderos maestros en ese campo; qué decir del temple de Garbajosa en los tiros libres; y qué de decir de todos y cada uno de nuestros jugadores.
Me gusta el baloncesto porque no hay divos como en el fútbol, porque su seleccionador es una persona -repito- culta, elegante y educada y las comparaciones con el seleccionador nacional y sus espectáculos chochos son odiosas. Que cada uno saque sus conclusiones. Me gusta el baloncesto porque sus jugadores, los jugadores que practican este deporte son muy sanos, saben hablar ante los micrófonos, son millonarios sí, pero no van de ello (un ejemplo increíble es Gasol), y las comparaciones aquí también con los jugadores de la selección en particular y de fútbol en general, son odiosas, excepto las siempre lógicas y bienvenidas excepciones.
No sé lo ocurrirá en la final, pero no importa: hoy la lección deportiva, humana y profesional dada por la selección de baloncesto se merece la máxima nota. Enhorabuena por ser vosotros y aportar tanta cordura a un mundo con tanta estulticia.

3 comentarios:

Paco Montoro dijo...

Estoy contigo, una vez mas, respecto a todo lo que dices. Ayer tarde-noche vibré como hacia tiempo,creo que esta tarde ganaremos la final, aunque Rusia no es moco de pavo, creo que no es rival para España.
Hoy 16km en 1h 26, en compañía de mi club. Buenas sensaciones. Saludos.

Paco Montoro dijo...

He leído tu anterior artículo, y creo que piensas de una forma positiva, hay que descansar. Nuestro cuerpo es sabio y siempre nos agradecerá ese paréntesis en nuestra rutina del correr.

José Antonio Flores Vera dijo...

Ya era necesario Paco. He aprovechado que he estado ocioso y fuera de casa y que tenía muchas tareas acumuladas para descansar. Y sí, co bien dices, eso siempre se agradece, lo agradecen las piernas, lo agradece la mente. me alegro de tus buenas sensaciones, es lo mejor siempre.
Por cierto, la final de baloncesto ha eclipsado la final de voleibol ante Rusia. En este momento España ha forzado un quinto set. Esperemos celebrar ambos triunfos y que podamos seguir corriendo. Eso es lo importante. Anímate para Almuñecar.