viernes, 23 de marzo de 2007

EL SINDROME DEL CAMINO SOLITARIO


Esta tarde ha habido tiempo de correr pero no lo hice. No se trata de un ejercicio de psicoanálisis ni una declaración compuesta de dogma de fe, pero sí he considerado interesante escribir sobre este asunto para que podamos reflexionar sobre una cuestión que parece algo tabú en el mundo del corredor y que podría plantearse en forma de pregunta abierta: ¿Cómo reaccionamos cuando teniendo a favor todos los elementos para ir a correr, optamos por no hacerlo? Para el corredor ocasional esto no supone ningún problema ni existe un jirón en el ánimo, pero sí suele presentarse como algo insólito en corredores regulares.
No es un asunto que llevemos bien los corredores dedicados, conscientes que esta actividad exige una continuidad y una constancia que, en ocasiones, roza el estoicismo. Pero hemos de tener en cuenta que antes que nada somos corredores populares, no sometidos a una disciplina profesional o semiprofesional; de ahí que nos podamos permitir utilizar nuestro libre albedrío y optar por descansar con una voluntariedad total, a pesar de que –como ocurre en mi caso- tengamos grandes retos en fechas próximas y necesitemos hacer un buen volumen de kilómetros a la semana.
Quien lea este texto y no sea corredor podrá llegar a pensar- y no sin razón – que los corredores regulares corremos siempre que tenemos un minuto libre, pero no es así en absoluto. La línea de pensamiento de este post se refiere a la voluntariedad en el no correr cuando se tiene programado hacerlo o consideramos racionalmente que debemos de hacerlo tras varios días sin calzar zapata. Lógicamente – que no quepa duda- el tiempo en el que no tenemos programado correr es dedicado, como cualquier ciudadano, a los asuntos que cada cual considere oportunos, pero lógicamente sí tendremos la necesidad de llevar a cabo una programación mínima similar a la programación que realiza el estudiante, el escritor o cualquier otra actividad que exija una continuidad. Por tanto ¿puede el estudiante o ese mismo escritor o – tal vez – el miembro de un grupo de teatro aficionado, decidir saltarse algún día su actividad? Soy de la opinión que no sólo puede, sino que, en ocasiones, debe hacerlo porque es de esa manera como podrá saborear en su plenitud la tarea que lleva a cabo.
El entrenamiento que hoy me he saltado sospecho que tiene un componente psicológico: toda la semana he tenido en mente que me sería imposible entrenar miércoles, jueves y viernes. Es algo que ha estado presente continuamente y que asumí rápido. No obstante, hoy viernes la salida de Úbeda fue más rápida de lo previsto y la tarde cada vez es más larga. Así que sin apenas preverlo estaba en Granada y con el almuerzo hecho a una hora prudente para poder salir a correr, todo lo más tarde a las seis, cuando todavía queda hora y media de luz natural. Es más, mientras conducía por la A-44 me decía que iría a la Vega de Pinos Puente y compensaría lo no hecho con una tirada cercana a los 20 kilómetros. En la teoría todo estaba perfectamente previsto, pero hay que contar con el hecho empírico de que somos seres multidimensionales y a la hora real de correr hay que contar con varios factores, siendo uno de ellos el psicológico y otro el cansancio de varios días fuera del hogar. En el psicológico, como he comentado, ha tenido bastante peso la no inclusión del viernes como día de entrenamiento; en el aspecto relacionado con el cansancio, todo resulta imprevisible.
Seguro que a muchos de vosotros y vosotras os ha ocurrido algo similar en alguna ocasión, así que –insisto- no me parece negativo decidir descansar, de manera voluntaria y libre, a pesar de tener la opción de hacerlo, bien por tenerlo programado o bien porque vamos cortos de kilómetros. Curiosamente, cuando tomé la decisión de no correr me encontré mucho menos azorado que cuando comenzaba a levitar por la mente la idea de que tenía que salir pero no encontraba el momento. Y para mi propia sorpresa he decidido denominar a esta cuestión "el sindrome del camino solitario" e ilustrarla con la atenta fotografía del Camino de la Fuente de la Bicha, que tuvo a bien mandarme hace tiempo Wolf, un amigo corredor francés que se encontraba por estas tierras y que suele seguir este blog allá por donde viaja.
Sería interesante que nos contarais alguna experiencia sobre este asunto, que seguramente las tenéis en abundancia como concienzudos corredores y corredoras.

5 comentarios:

Paco Montoro dijo...

Jose Antonio estas en lo cierto, si uno dice no es no. Tenemos que descansar, hoy por ejemplo al salir del trabajo a las trece horas decidí de correr, a pesar del viento y la hora (no me gusta correr al medio día) y me arrepentí pues tenía las piernas como metidas en hormigón y las pulsaciones un poco mas alta.
Ayer descansé y hoy pensaba hacer lo mismo y dejar para mañana unos 8 km, así que el entrenamiento de hoy no me ha servido para nada, tan solo tener malas sensaciones. Veo que has hecho lo debido DESCANSAR...suerte el domingo

Anónimo dijo...

No hay ningún problema por no salir si no apetece, el asunto es que no sé el porqué nos sentimos culpables.

Yo llevo poco en esto de correr y hago distancias cortas (14 km máximo) pero desde que me he hecho un calendario me siento culpable si no salgo.

Curioso ¿verdad?

José Antonio Flores Vera dijo...

Sí, ese no, Paco, debe de interpretarse como una liberación. Es más, creémo si te digo que reafirma mucho más nuestra afición, nos hace más libres y, por lo tanto, cuando decimos sí, ese sí es mucho más consecuente.

Bienvenido Josu a este blog y a este apasionante mundo. Yo a veces, en broma, comento a los amigos que era más feliz cuando corría cuando me apetecía, pero tener un programa cuesta, pero, en fín, es lo que nos hace corredores, realmente.Y también somos felices, claro que sí.

angel luis dijo...

A todos nos pasa de vez en cuando que no entrenamos todo lo que previamente teniamos planificado.
No obstante, el cuerpo el es que manda y a veces, nos manda señales y alertas que hay que tener muy en cuenta, para no caer en una lesión.
Suerte para todos en Baza y seguro que harás un enorme registro.
Ojo, recordad que hoy cambian la hora.
Saluditos.

José Antonio Flores Vera dijo...

Apreciado Ángel Luis: Mil gracias por recordarnos lo del cambio de hora. Hasta pasadas las 8 de la tarde, tras correr 10 kilómetros en Pinos Puente no había reparado en el dato, y gracías a un amigo, de lo contrario quién sabe mañana lo que hubiera ocurrido.
Lo del enorme registro, lo dudo. Ahora mi entrenamiento es más diesel que otra coa. Ya me entiendes, por aquello del MAPOMA. Nos vemos en unas horas.