miércoles, 19 de diciembre de 2007

METAFÍSICA DE LA LESIÓN

En la anterior entrada dedicaba una parte muy amplia a la lesión que forzó mi retirada en la Media Maratón Sevilla-Los Palacios. Sientes molestias y unos cuantos cientos de metros después ya no sientes molestias, sino que comienza a aparecer un agudo dolor que pareciera te clavaran unas enormes agujas en la parte inferior del gemelo, cerca de sóleo más interior. Quedémonos en ese momento. Rememoremos el instante en el que el corredor, que apenas comienza a calentar motores, aún en el kilómetro nueve, comienza a pensar en la posibilidad de retirarse de la carrera. Una posibilidad a la que apenas da crédito, porque jamás se ha retirado de carrera alguna, y si acabó los 42 kilómetros en Madrid, qué sentido tenía retirarse en una carrera de 21 kilómetro, antes de su primera mitad. Son esos, más o menos, los pensamientos que pasan por la mente del corredor. Además, en ese momento va a más, a una media de 4 minutos y 20 segundos el kilómetro y considera que esa media, no sólo podrá mantenerla, sino que se ve con fuerza para minorarla. No quiere parar en absoluto. Mira adelante y observa una enorme "serpiente" multicolor de corredores; mira a su derecha y a su izquierda y sólo ve esforzados corredores que circulan a un ritmo idéntico al suyo. No mira atrás, pero percibe el trasiego y el respirar de bastantes corredores que acaban de pasar también por ese fatídico kilómetro 9. Mientras tanto observa que cojea de manera poco apreciable aún, y que va perdiendo algo de ritmo a medida que la molestia se transforma paulatinamente en dolor. Piensa en la ilusión con la que ha preparado la prueba, el esfuerzo de tener que recorrer 250 kilómetros para venir y otros 250 para volver; el siempre desagradable aspecto de madrugar un domingo, muy cercano a Navidad. Piensa en todo ello - y como bien dice mi amigo Paco - intenta seguir, pero va comprendiendo que no es posible. Es entonces cuando se abandona a la decisión que ya ha tomado la mente: tienes que parar, es la frase que revolotea en su interior. Aún así, estima que un oportuno estiramiento podría posibilitar que siguiera, pero el dolor era cada vez más ostensible y era conveniente mantener la cabeza fría. Así que se detiene en seco y con los brazos en jarras su gesto no puede ser más gráfico. Los corredores van pasando, como a cámara lenta, y los más próximos al margen derecho de la carretera miran al corredor pero no dicen nada, si bien saben que una lesión ha provocado el abandono.
Transcurren apenas unos segundos, pero pareciera que hubieran transcurridos varios minutos, mientras la ola de corredores no cesa en ningún momento. Mira a un lado y otro y comprueba por primera vez la extensión de la Campiña sevillana, con un terreno llano que se pierde en el horizonte. Entonces comprueba que hasta ese momento no había reparado en esa magnitud de terreno. Se retira del arcén de la carretera y se encuentra de pronto con ese extenso territorio sil
encioso y frío. Y es entonces cuando comprende que ha perdido para siempre la posibilidad de llegar a meta, doce kilómetros más allá.
Mientras se dirige hacia la ambulancia que está aparcada unos trescientos metros en dirección contraria, piensa que uno cree que jamás serás tú quien deba retirarse, algo similar a lo que ocurre con los accidentes de tráfico o la fatídica enfermedad. Has visto multitud de corredores retirándose en carrera y siempre has pensado que ha sido por no poder aguantar el tirón, pero en pocas ocasiones has pensado que ha sido una lesión la causa. Y ahora que eres tú el protagonista compruebas que al detenerte no has sentido ningún signo de cansancio por lo que asimilas esa parada con una imagen de una de tus películas preferidas: se trata de cuando un autobús deja a Gary Grant en una solitaria carretera en la película de Hitchcock "Con la muerte en los talones", y allí parado en esa carretera solitaria no sabe qué hacer ni que coche vendrá a recogelo. Esa es la imagen que te viene a la cabeza. Pasan los minutos y mientras sigues luchando con la incredulidad, de pronto, entras en un nuevo desasosiego: me impedirá esta lesión correr durante mucho tiempo. Ag
obiado por el pensamiento intentas trotar un poco y compruebas que el dolor sigue presente, así que la duda sigue vigente.
Así que para consolarte recuerdas las palabras del quiromasajista cuando insiste que ante el menor dolor hay que parar -palabras que volvió a repetirme ayer por teléfono-, y consideras que has hecho lo correcto, opinión que comparten algunos amigos corredores en sus comentarios. Por tanto, no hay vuelta atrás, y aunque sabes que estás en un buen momento, que esta carrera hubiera posibilitado, muy probablemente, incluso, bajar de hora y media, te dices a ti mismo que hace algún tiempo, momentos hubo, en tu proyecto de corredor, en los que pensabas que lo mejor era dedicarte al parchís, y que después has hecho una cantidad enésima de carreras, muchas medias y un maratón, amén de muchos e intensos entrenamientos, y no tienes motivos para quejarte. Así que a aguantar el chaparrón, pollo. Y ahora a hacer los deberes; a recuperarte.

22 comentarios:

Onio dijo...

Fantastica tu descripción de "esto no me puede estar pasando a mi" algo que nos sucede muy a menudo en la vida y que marca la diferencia entre los que no lo comprenden y se limitan a agachar las orejas y los que aún sabiendose perdedores siguen mirando a meta mientras piensas "hoy me has vencido pero no lo vas a hacer siempre".
Un saludo y a recuperarse pronto.

Anónimo dijo...

Es verdad. Lesiones, cosas que les pasan a otros... yo la que más odio es la fisura de costillas, que me hecho dos veces, jugando al baloncesto, ya que te impide casi cualquier cosa.

Pero lo bueno es que pasan y, después, eres mejor que antes. Corazón caliente y cabeza fría. Buena mezcla.

Anónimo dijo...

Es verdad. Lesiones, cosas que les pasan a otros... yo la que más odio es la fisura de costillas, que me hecho dos veces, jugando al baloncesto, ya que te impide casi cualquier cosa.

Pero lo bueno es que pasan y, después, eres mejor que antes. Corazón caliente y cabeza fría. Buena mezcla.

Mario dijo...

quizas en carrera la decepción es mayor, pero que decir cuando sales a correr con todo el optimismo del mundo, "hoy toca mas de una hora" y a los veinte minutos paras porque es que no, y que no, y ahi te ves en mitad de la nada volviendo a patita y la gente mirandote pensando, quizas si es invierno, "mira el loco ese"... ¿exageras una cojera? sí, la exageras para justificarte y dar una explicación a esas miradas. José Antonio, que recuperes bien, tienes seis días para ello

Anónimo dijo...

COMPAE, una vez leida tu narración siento pinchazos en el soleo. !Que manera de transmitir una lesión!un abrazo y pronta recuperación el dia 31 esta ahí ya, y te quiero ver MU VIVO.

Paco Montoro dijo...

Estupenda narración sobre lo que siente un corredor a abandonar una prueba. Lo de Gary Grant viene como anillo al dedo.
Tuviste la cabeza bien fría al parar, aunque el dolor te lo impidiera, pero hiciste lo debido para no empeorar la lesión.
Como bien dices, mira el global de tu año y a sido excelente, multitud de pruebas, medias y maratón. Mejoras de record personales y muy buenos días de entrenamientos. Recuperarte cuanto antes, pero sin prisas. Un saludo Jose Antonio.

José Antonio Flores Vera dijo...

Amigo Onio: "esto no me puede estar pasando a mí", es la pregunta que conlleva una cura de humildad. Uno es un corredor popular que corre por correr, estando el ganar reservado a otros corredores. Pero está claro que hay mejora y, en ocasiones, ritmos muy meritorios, y de ahí esa pregunta. Pero hay que continuar, desde luego.

Lo peor de una lesión amigo Jesús es que está de por medio la duda de qué pasara en el futuro. Luego, todo se olvida y vuelve uno a esta en la brecha...

También me ha ocurrido eso, Mario. Por nuestra querida Vega he venido arrastrándome por una lesión muy similar a esta pero más intensa. Hasta las motillos y los tractores han querido llevarme.

Ya sabes compae, las vueltas que le suelo dar a estas cosas. Hoy voy la quiromasajista y las sensaciones de recuperación están siendo muy buenas. El 24 será muy difícil que disfrutemos de la Vega, pero el 31, casi sin dudarlo.

No sé por qué me vino esa imagen de Con la muerte en los talones, a la cabeza, pero acostumbrado a ver (es decir, a nover), lo que hay alrededor en una carrera, cuando paras reparas en todo lo te rodea. Esto va bien.

Unknown dijo...

Ánimo y a leer mucho, recuperate pronto.
Un saludo desde detrás del pelotón

José Antonio Flores Vera dijo...

Sana envidía me diste cuando te ví pasar mientras yo me estaba quedando helado. Va mejor. Saludos.

Abel dijo...

José Antonio, estupenda crónica-reflexión sobre los aspectos de la retirada en carrera, cuando toda tu mente y tu cuerpo, excepto unos centímetros cuadrados de músculo, dicen que "tires para delante" porque "esta media me la como".
No se trata de un fracaso, pues en principio no es culpa tuya, aunque en el fonde uno se pregunta: ¿en qué me he equivocado?, ¿qué he hecho mal?, sobre todo para no incurrir en el mismo error de nuevo.
Estaré sobrecargado de competición, habré forzado sobre mis propio límites, será que no estiro lo suficiente o que no logro calentar plenamente....todos estos pájaros de mal agüero sobrevuelan nuestra cabeza, y es cierto que cuesta espantarlos.
La parte positiva, como bien dices, es que todo pasa, y lo que parecía un nubarrón oscuro, acaba convirtiéndose en una leve niebla que el tiempo hace desvanecerse.
Yo te animo, pero no te pongas fechas, déjate llevar por la calma y vuelve cuando estés convencido de que estás listo para ello. Eso no quita que te echaremos de menos, si salimos estos días a patear la vega.
Un abrazo

Abel dijo...

Mario, del post anterior, me dices que solo sales si es para arriba....miedo me das!!
O tal vez sea que Caperucita se disfraza de Lobo Feroz....jajaja
En cualquier caso, a dar un garbeo me apunto, cuando las piernas de abandonen, allí cavaré mi tumba y colocaré sobre ella el casco.
Saludos

Mario dijo...

abel es que en Granada sólo tienes cuestas, es la ciudad ideal para la bicicleta de montaña, aunque despues de subir bajas y no es tan sacrificado como corriendo, si más peligroso, pero vamos que a platillo se llega a cualquier sitio

José Antonio Flores Vera dijo...

Amigo Abel: Ya tengo algunas fechas para mi recuperación. Esta misma tarde mi quiromasajista augura unas tres semanas, ya que ha encontrado muy contusionados ambos sóleos, que era lo que yo suponía. Podría haber alguna microrotura, pero nada que no se cure con tres semanas de inactividad y algunas sesiones de masaje más. Así que si todo va bien, los primeros pasos los deré sobre el 10 de enero, pero nos veremos el 24 a las 11 en el sitio de costumbre (yo tomaré un reconfortante café mientras leo la prensa y vosotros a patear por la Vega, pero invertiría el orden sin lugar a dudas). Así que volveremos a debutar en S.Antón, eso sí, a ritmo de debutante. Saludos y nuevamente gracias.

David Rodriguez Roures dijo...

Espero que sea lo mas breve posible y que pronto estes corriendo otra vez ahora paciencia,un saludo.

Abel dijo...

Jose Antonio, me alegro que sean noticias tan esperanzadoras las de tu recuperación. Emplazado quedo el 24 a las 11horas y por supuesto allí estaré.
Como ya he relatado, sigo en mi particular cuenta atrás, de ese calvario en que se han convertido mis comidas de navidad-empresa. Tan solo me queda la del viernes en la capital hispalense.
Mañana saldré al recorrido de 11km por el genil y a ver como encuentro las piernas.
Le he comentado a Nekerun en su blog, que si las sensaciones son buenas, el domingo podría acompañarle a hacer el recorrido de la carrera de San Anton de Jaén, y haremos la narración de lo que veamos.
Un saludo

José Antonio Flores Vera dijo...

Esas dichosas - y a veces divertidas - comidas de empresa en Navidad. Lo peor no son las comidas sino los terceros tiempos. Dosifícalas porque son una amenaza para nuestra afición. Yo tengo la de mi empresa/administración pública mañana, y al menos voy lesionado sin sesiones de entrenamiento pendientes, por aquellos de acallar la mala conciencia. Sería muy interesante esa salida con Paco en Jaén. Si la hacéis nos la contéis. Nos vemos el 24 con toda la gente que desee venir. Yo estaré para despediros a pie de camino.

Gracías David: hoy me han confirmado que tendré para tres semanas, pero no parece nada grave. Saludos.

Anónimo dijo...

Las cosas siempre le pasan a otros...hasta que te toca a ti. Llegado ese momento toca la triple entente: análisis, conclusiones y solución, lo demás es adorno. Te lo vuelvo a decir, cuídate con esmero porque espero verte por aquí a mediados del próximo mes.

Un abrazo.

José Antonio Flores Vera dijo...

Paco, creo que con las tres semanas que tengo de reposo, casi coíncidirá para hacer un par de rodajes antes de S.Antón, así que la haré con tranquilidad. Y por supuesto nos veremos y la haremos juntos si es posible.

Anónimo dijo...

Yo creo que el cuerpo nos manda mensajes cuando nos estamos pasando y abusando de él. Y, cuando no las escuchamos, se rebela: esguinces, fisuras o roturas fibrilares.

El cuerpo pide tregua y, si no se la damos, se la toma por su cuenta.

A mí ya me está pidiendo tregua mental y física. Pero le toca a partir del 7 de enero. Espero que respete hasta entonces y me permita seguir con el básket y corriendo.

Un abrazo. Ya queda menos.

Abel dijo...

Con la venia de José Antonio, abusaré de su generosidad, para comentar a los asiduos de este blog, que estamos quedando con Nekerun, este próximo domingo, para hacer el recorrido de la próxima San Antón de Jaén, y saber así de primera mano, a qué nos enfrentaremos, caso de decidir correrla.
Los amigos de Jaén, no han tenido compasión de mí, y el hecho de no tener que madrugar en domingo no ha sido acogido con entusiasmo. Es por ello que a eso de las 9h quedaremos en el Gran Eje jiennense, para desde allí encarar el recorrido, que parece ser "pica" bastante para arriba.
Si alguno tiene interés en ir desde Granada, estaré encantado de llevar copiloto, y hasta gallinero, en el coche, si fuera preciso.
Un saludo a todos y de nuevo gracias a José Antonio.
P.D.: Por cierto, que a nadie le quepa duda que haremos la crónica de lo que nos depare esa jornada, por si alguien quiere correr en San Antón y saber mejor a qué se enfrenta.

José Antonio Flores Vera dijo...

Si amigo Jesús, hay que escuchar al cuerpo. Así me lo dijo el quiromasajista. El cuerpo siempre se manifiesta pero en nuestro afán de corredores no solemos escucharlo. Pues nada, tres semanas y vuelta al tajo.
Si tu cuerpo y tu mente te piden tregua, un consejo: escúchales. Saludos

Abel, que nos lo contéis en este blog o en el de Nekerun, o en los dos.

pepe dijo...

alguien sabe cuando es la media maraton de sevilla?