martes, 1 de julio de 2008

CIUDADES (ARTÍCULO IDEAL 1/7/2008)


Es algo que venía observando desde hace algún tiempo. Visitábamos alguna ciudad y algunas calles de ésta -sobre todo la zona comercial- me evocaban otras que había visto antes. Observaba esas calles sus comercios, sus plazas, sus entidades bancarias y todo estaba configurado como en la anterior. Visitaba otra nueva y ocurría exactamente lo mismo. Incluso la tipología del ciudadano que transitaba por las calles, la forma de vestir, la manera de detenerse en los escaparates, todo, era casi un calco de lo presenciado en otra. Incluso eso llegó a ocurrirme en una alguna ciudad europea.
Entonces comprendí que la globalización en gran parte también era eso. La dominación de las grandes multinacionales, franquicias, comercios de implantación internacional hacen que parezca todo igual.
De manera que cuando ya creía haber asumido eso, comencé también a presenciar que el mobiliario urbano, los semáforos, las farolas, incluso las baldosas de las calles evocaban lo visto en ciudades ya conocidas. Y a fuerza de observar, también se podía apreciar esa configuración en función de las opciones políticas ¿Casualidades? Creo que no.
Si el tema os parece curioso os animo a leer el artículo ciudades que aparece hoy publicado en las ediciones impresas y digitales del Diario Ideal, en todas sus ediciones (Granada, Almería y Jaén). ARTÍCULO CIUDADES

22 comentarios:

Jesús Lens dijo...

Muy de acuerdo contigo, querido Alter. y lo digo porque he escrito sobre ello, hace meses, al ir a Praga.

La globalización tiene este tipo de efectos negativos y empobrecedoras. Menos mal que hay algunos pueblos (como Capileira) en que hay que adaptarse al pueblo.

Sí. Lo último es lo del mobiliario urbano, execrable.

Anónimo dijo...

La estandarización es un viejo sueño de los dirigintes de todo el mundo, que mejor que ciudades y ciudadanos homogeneos, aborregados y previsibles. En fin, no habeis visto ciudades del este, saliendo del centro el resto es todo igual, pero igual de horriblee.

Bueno yo a lo mio, disculpadme, Javi y yo hemos estado esta tarde haciendo un rodajillo tranquilo y de ahí ha salido la posibilidad de repetir el recorrido mañanero como el que hicimos mario y yo la semana pasada, asi que en principio podríamos quedar sobre las 6 - 6:30 de la mañana para hacer una subida al llano bajando por la Alhambra. Id pronunciandoos, Mario andas todavía por aquí, tu eres el maestro de ceremonias de este tipo de quedadas.

Un abrazo

Mario dijo...

muy cierto que todo parece igual, pero no, no lo es.
por mi antonio me parece estupendo quedar a la misma hora del otro día o diez minutos despues, podemos hacer alguna variación.

Antonio dijo...

Pues Mario podíamps quedar a la 6:20 eb correos, así le damos un poco más de tiempo a Javi que viene desde churriana, y repetimos la tirada, a mi me gustó mucho ese recorrido.

Quién mas se apunta.

Jesús Lens dijo...

Ése es uno de los motivos fundamentales que me llevan a buscar destinos viajeros que sean diferentes. Ya he aceptado el imperio de la Cocacola, pero ver siempre los mismos chirimbolos, papeleras, kioskos de prensa, etc... eso ya es indigno.

José Antonio Flores Vera dijo...

A mi y a Mati, ese tipo de similitud en las ciudades me ha restado interés por viajar a cualquier lugar. Y eso hace que cuando lo hago seleccione con esmero el lugar, con fuentes previas. Yo no aspiro a ver todos los Zaras de todo el mundo. Que lo haga Amancio si le da tiempo. Quiero ver cosas distintas, irrepetibles y si eso no es posible pues prefiero no ir. Es desazonador.

Jesús Lens dijo...

Pero Jose, hay muchos sitios distintos. Desde espacios rurales y naturales a países y sociedades que nos quedan muy lejos, culturalmente hablando. Hay que buscar y seleccionar con calma. Pero haberlos, haylos.

Eso sí, en general, la Europa eterna procuro dejarla para la vejez, si llega.

Mario dijo...

a veces se tienen los ojos, los sentidos mas vivos y no, no todo es igual, hasta de un día para otra la misma calle puede parecer otra.
Me parece bien antonio 6:20 am correos, vendrás jose antonio? veras como cambia granada a esas horas

Antonio dijo...

Jose Antonio no ha dicho nada todavía. Javi y yo seguro que estamos allí, además así estreno mi pulsómetro nuevo.

José Antonio Flores Vera dijo...

Por eso Alter comencé a buscar "paraisos" rurales, antes que esa homogenéización también llegue a éstos, que también está llegando. Al menos lo herederado de la naturaleza y que no haya intervenido el hombre, es original. La naturaleza es más sabia, más original y más exclusiva. Sin duda.
Pero también lleva razón Mario, cuando crees que es todo igual y estás para irte, comienzas a ver matices, que normalmente vienen de la mano de la configuración social de ese lugar más que de la exposición física de los objetos.

José Antonio Flores Vera dijo...

Antonio, veo que pillaste ya tu pulsómetro ¿es el mismo que se te escapó en casa de Abel?
Lo siento, pero no me apunto al llano. No ya por madrugar pero estoy dando tiempo a ese dolor efímero que tanto me asustó el sábado. Aún no he trotado. Lo haré hoy probablemente para probar cómo va.

Jesús Lens dijo...

Sin embargo, Mario, pienso que para percibir esos cambios, debes vivir en un sitio. Si vas a Praga dos días y te encuentras su centro histórico repleto de franquicias y una muchedumbre en el Puente famoso, no puedes reparar en nada. Te vas a un bar, te hincas una birra y listo.

Porque a la cuestión arquietctónica y decorativa, hay que unir el bestial turismo de masas que todos protagonizamos.

Pd.- ¿Qué dolor te dio?

José Antonio Flores Vera dijo...

Alter, precisamente en Praga -a la que ahora viajas- comprobarás como ese turismo de masas anda más o menos por donde mismo: El Puente de Carlos, principalmente; pero hay cosas encantadores. De ahí que al recordar esas cosas encantadoras y distintas, decía mi artículo que ese parecido era propio de centros comerciales. En lo demás, las ciudades suelen ser celosas de su idiosincrasia. Pero tienes que alejarte de esos centros.

Mario, como le he comentado a Antonio, voy a ver si me pruebo hoy que ese dolor me asustó.

Mario dijo...

por eso es mejor cuando se viaja permanecer en los sitios, claro que para ello hay que poder.
José Antonio a veces no hay que hacer caso al dolor, pero cada uno es uno, que te ha pasado exactamente?
Antonio y javi, si no hay novedad, mañana en correos 6.20 am.

Anónimo dijo...

Sí Mario a lo mejor se deja caer, de la cama, Victor También po allí.

6:20 en correos para una tirada mañanera

Mario dijo...

ufff la que me vais a liar

José Antonio Flores Vera dijo...

El dolor lo experimenté el otro día cuando hacía 13 con Emilio. Fue justo al final y el dolor muy, muy parecido al fatídico de Los Palacios, pero no llegué a parar. Y me asusté. Me apliqué Traumeel y Traumeel vía oral e hielo. Hoy si puedo saldré a trotar un poco a ver cómo va. Pero de esfuerzos por ahora mejor no hacer.
Mario, tú déjalos. Si comenzan a picarse entre ellos, a tirar, tu a tu bola, jeje.

Paco Montoro dijo...

¿Y que ciudad no está gobernada por los dos partidos?...a veces son tal para cual.
Meterte por la parte nueva de una ciudad, es como verlas todas en una...hay que ir a los cascos antiguos. En Málaga el casco histórico de la ciudad está abandonado, y la suciedad es lo que domina suelos y fachadas. Sin embargo en el paseo marítimo y playas hay limpiadores por doquier...porca miseria.

Saludos

Antonio dijo...

Paco, es que Málaga tiene casco antiguo, yo creo que apenas tiene. Los 70 hicieron mucho daño a la capital.

José Antonio Flores Vera dijo...

¡ Dos malagueños debatiendo sobre su ciudad ¡ Bien...¡¡¡

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu artículo (por cierto, hemos coincidido en el día, no en la página, mecachis, je,je). Leyendo tu pieza, con la que estoy muy de acuerdo, me ha dado por reflexionar sobre el rollo este de la globalización (muy superficialmente, ¡eh!) y he caído en la cuenta de que esa uniformización, ese empobrecimiento, resulta para muchos turistas-viajeros como una capa protectora que, lejos de verse como una desventaja del viaje, se aprecia como una virtud del destino en cuestión.
Vas por Pernambuco (es un poner) y te encuentras un Zara o un McDonalds y te sientes como tranquilo. "Qué bien, ya tengo dónde comer y dónde comprar", piensan muchos.
Es el miedo a lo desconocido, a lo distinto, al peligro de lo extraño.
Me recuerda a la catetada esa de irte a Tokio y buscar como loco en las guías dónde hay un restaurante español para comer tortilla cocinada con mantequilla.
El turismo 'borreguero' está tan extendido que todo se planifica para que el turista se sienta como en casa, que no note nada raro, que se mueva dentro de una burbuja (que es esa uniformidad de la que tú hablas) y desde ella contemple los monumentos, etc.
En fin, ahí os dejo mi última y repentina paja mental. Me voy con Lens a Smara.

José Antonio Flores Vera dijo...

Curiosamente pensé en lo mismo que tu escribes Manolo. Todo ese hacerlo fácil para que nos sintamos como en casa. Una especie de riesgo, sin arriesgar. Llevas toda la razón. Y ahí todos hemos caido (¿ quién no ha ido a comer al Corte Inglés de una ciudad leaja a la nuestra ?). Pero claro todo eso acaba con la emoción de descubrir lo nuevo. Pero es el turismo que le interesa a las grandes empresas.
Leí tu artículo - ahora los leo siempre. Antes de vez en cuando-, aprecié que se puede escribir bien, literariamente hablando de fútbol. Cómo bien dice nuestro bien apreciado Jesús hay que trabajar la masa gris. Esa es la gran divisa que tenemos a quienes nos gusta escribir.
Tengo pensado hablar de tu epopeya maratoniana ¿ ves ya el momento adecuado para hacerlo ?