viernes, 21 de marzo de 2008

UNA RUTA DE PASIÓN


Esta es la ruta hecha esta mañana partiendo del Cementerio hasta el Llano de la Perdiz y bajando por la Silla del Moro. No es fácil delimitarla - que Mario me rectifique- dado que los caminos, al ser forestales, no son fácil de apreciar. Una dura ruta, como se aprecia. (PINCHAD PARA OBSERVAR CON MÁS AMPLITUD).



Como cabras. Es la sensación que tuve cuando Mario y yo llegamos al bar de Los Gemelos tras un prolongado ascenso y posterior descenso desde el Llano de la Perdiz, a través de la Silla del Moro. Como cabras porque es así la denominación que podríamos dar a esa descabellada ruta rompepiernas hasta el Llano de la Perdiz desde el bar citado, justo al lado del Cementerio Granadino y de las puertas de la Alhambra. Subíamos por el camino de atrás del cementerio en dirección al Llano y Mario propuso que siguiéramos por un camino forestal, que en realidad es un cortafuegos, a través de innumerables veredas con bajadas y subidas sucesivas, un lugar que hace poco fue pasto de las llamas, causando pavor en la ciudad granadina ante la proximidad de los monumentos nazaríes. Pero el espacio y las vistas eran maravillosas. Estábamos corriendo por medio de lo que fue - y aún queda- un amplio bosque de pinos, dejando a nuestra derecha amplios terraplenes y al fondo la capital granadina y la Vega. Nuestro ritmo no podía ser alto para tal terreno, además sabíamos - en realidad lo sabía Mario- que el terreno no iba a ser tan benigno como el hasta ahora transitado, con desniveles desde el principio, pero llevadero hasta el momento.
Pudimos subir directamente al Llano de la Perdiz por otro carril, pero optamos por bajar un poco e iniciar la subida, ya a la altura de Cenes de la Vega, aún por encima de la atracción veraniega Acuaola y la urbanización Cerro del Oro. Así que comencé a averiguar como sería la subida observando como se presentaba la bajada. Era obvio: si en ese momento bajábamos, posteriormente, hasta llegar de nuevo al Llano de la Perdiz, todo debería ser subida. Y así fue.
Hay varias categorías en las subidas: las que están prefijadas desde el principio hasta el final, bien delimitadas; y las subidas más anárquicas, a través de carriles, veredas, cortafuegos o caminos naturales. En esta segunda categoría nos encontrábamos. Particularmente nos enfrentamos con subidas que nos dejaron algo tocados y elevaron las pulsaciones hasta más de 180, según el pulsómetro de Mario; la primera, corta pero intensa, antes de llegar a la Urbanización Cerro del Oro; la segunda, pasada la urbanización, mucho más larga y más temible y terrible. No podría decir con precisión el porcentaje de inclinación, pero sí que costaba un mundo alzar las piernas y que aquel carril no acababa. Además, nos encontrábamos con la particularidad del terreno: roto y empedrado.
Cuando llegamos a la vereda del Barranco del Abogado, ya habíamos culminado esa subida, y desde allí hasta los campos de fútbol del Llano de la Perdiz ya no hubo más dificultades.
La bajada, como decía, la ejecutamos a través de la Silla del Moro, por la parte alta de los monumentos nazaríes, a muchos de los cuáles les oteamos los tejados.
De todo el recorrido, de belleza natural endémica, resultó particularmente fascinante la visión de la Abadía del Sacromonte a nuestra derecha, en la bajada.
Desde la cancela de salida del entorno de la Alhambra hasta el bar Los Gemelos, Mario puso los pies en polvorosa y provocó que ambos llegáramos en sprint, ante la mirada atónita de los cientos de turistas que se arremolinaban en torno a los aparcamientos de la Alhambra. Pero llegamos bastante enteros y así lo comentamos. Sabíamos que nos esperaban unas cervezas frescas y merecidas en el bar citado, que a esas horas se encontraba totalmente vacío. Un bar de aspecto antiguo, dotado de unas vistas a la ciudad impresionantes, donde pasamos un gran rato, el tiempo que duró la ingesta de tres Alhambras especiales - no había ningún tipo de cerveza verde en esta ocasión- cada uno.
Sabíamos ambos que habíamos hecho una ruta dura, con cuestas impresionantes y que la mañana del viernes santo había sido bien aprovechada, pero nos encontrábamos enteros.
Curiosamente, se dio la circunstancia casual de ir Mario y yo con la misma camiseta, que no podía ser otra cosa que verde: la de la Media Maratón de Motril del año pasado. El total de kilómetros recorridos estuvo entre 13 y 13 y medio, a un ritmo normal, si exceptuamos los últimos tramos de la bajada.
Sin dudarlo, ya incluiré esta ruta entre las más sugestivas, apuntando en mi bitácora personal que hay vida después de la Vega.

Y hablando de Vega, el grupo de las Verdes, tenemos una cita el próximo domingo para hacer un entrenamiento exigente de unos 25 kilómetros por la Vega granadina, desde la capital hasta Pinos Puente, pasando por los municipios de Vegas del Genil, Santa Fé, Fuente Vaqueros y Pinos Puente. Se trata de la ruta mítica que hicimos aquel domingo glorioso en el que erré en la dirección. Pero nos gustó el recorrido y hemos decidido reeditarlo. Si os parece, ya que será largo podríamos anticipar la hora de salida a las 10, quedando en el mismo lugar de aquel día: Estadio de la Juventud, en Camino de Ronda. Espero que podamos acudir todos los miembros del grupo y todos los que deseéis sumaros. Desde Pinos Puente volveremos en autobús, ya que como sabéis lo tenemos todo a mano. Nos vemos el domingo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Compae, la Semana Santa ha calado profundamente en el grupo de las Verdes, al parecer llevan a rajatabla lo del voto de silencio, Paz interior y recogimiento.
Espero que el Domingo se rompan las hostilidades.

Esta mañana he intentado arrancar mi Kawa 3000 cc y no ha dado señales de vida, a ver como me las apaño.
UN ABRAZO MONJES TIBETANOS.

Anónimo dijo...

¡Vuelvo! Ya llegué de Jaén; me temo que con un lastre gastronómico considerable, incluído whiskies en plural y con la sensación de no haber corrido en meses (en realidad el miércoles fue mi última sesión). Espero no resentirme demasiado mañana, cita a la que con casi toda seguridad acudiré.
¡Qué envidia por vuestra ruta de ayer! A mí me encantó cuando la hicimos, esas rampas endurecen mucho, además de lo sugestivo del trayecto. Te vas a poner fino pero ya! UN SALUDO

victor dijo...

Cuando fuimos el domingo al llano de la Perdiz tuve la misma impresión que describes, con lo cerca que lo tenemos deberíamos entrenar más por allí, hay distintos itinerarios, a cual más excitante.
Mañana estaré en el Estadio, no sé cómo responderán las piernas pero estoy con ganas de esa ruta. ¿Van a estar después parientas y familias?

Paco Montoro dijo...

Buen circuito ese José Antonio, observo ya por tus comentarios que estas en forma a igual que Mario. Pronto se cumplirá un año de nuestra gesta en el MAPOMA.
Ya no somos lo único que nos bebemos tres cervezas al terminar el entreno, ustedes también sois tipos duros, jeje. Un saludo y celebro que este Domingo completéis el grupo de las Verdes esos 25 kms, ya nos contarás.

José Antonio Flores Vera dijo...

Compae, nada de Kawa ni gabinas, a correr los 25 kms se ha dicho. Nos vemos a las 10 en el Estadio.

Javi esas visitas a tu tierra, por supuesto tiene que caer un güisqui o dos, ¡ que no somos profresionales ! ¡ Como sube Mario, me iba a matar por esas rampas de dios ! Nos vemos.

Victor, tenemos dos Edenes: la Vega y el Llano, todo a mano. Mañana en principio vamos solos ya que no hemos organizada nada en plan family. Yo creo que el tiempo que viene ahora es ideal para preparar algo. Nos vemos mañana.

¡ Un año ya del MAPOMA ! Paco. Si te dijera que me siento casi a punto para hacerla...pero ya es tarde.

Abel dijo...

Yo tambien he vuelto de tierras costeras, con algo de deporte (no carrera) y buen yantar.
Mañana, creo que podré estar allí a las 10 horas. así que nos vemos en el decrépito estadio de la juventud.
Saludos!!

Mario dijo...

paisano jose antonio, mas o menos se asemeja lo que hicimos, lo que me extraña es que se vea tb la última subida, la realmente dura, más que la que hicimos el domingo pasado. Por cierto, olvidado has de comentar el detalle de "estoy en en el campo" . A ver si mañana puedo estar a las diez, espero que la noche no me castigue o ya a ella.
Paco sí cogemos algo de forma, e ilusión no falta

José Antonio Flores Vera dijo...

Ese buen yantar, Abel, lo dejarás mañana por esa Vega de dios. Hasta mañana.

Como comentamos Mario, esa frase englosará las mejores frases de la filosofia antigua y moderna. El incidente a que se refiere Mario -que efectivamente se me olvidó de comentar, ¿ será porque la mente es selectiva y olvida lo estúpido ?-es el siguiente:
En nuestro ascenso-descenso caprino, por una parte estrecha y embarrada nos encontramos a un pollo (un tio), con tres perros, los cuáles al advertir nuestra presencia detienen su camino y nos otean, produciéndose esos segundos tensos, en los que no sabes si atacarán, seguirán a su bola u optarán por "hacernos fiestas". Uno de ellos, era de los denominados "pastor alemán o algo así". Y claro, el binomio perros-corredores ya sabemos todos en lo que se puede traducir. Alguno se nos echa encima, al parecer, jugueteando, pero nunca se sabe. Mario le dice al pollo con un tono educado y neutro: "los perros hay que llevarlos atados", y es cuando se pronuncia esa frase filosófica, rozando con la genialidad: "estoy en el campo". Es decir, como buen tratado filosófico, como mínimo cabrían tres interpretaciones: 1.por el campo los perros no hay que atarlos ; 2. por el campo los perros no muerden; o bien 3. Yo estoy haciendo lo correcto: pasear por el campo con mis canes ¿ Qué coño hacéis los dos por aquí corriendo?. Increible. Digo yo: "amigo, el campo es de todos". El tio farfullea, no sé que palabras y digo a Mario: frase que englosará la historia de la filosofía. Mario, por último le comenta al pollo: "lo que hay es que tener educación"; y añado yo: ..."y cumplir las normas".

¿ Qué os parece ? ¿ Avanzará mucho este país con este tipo de gente ? No penséis que era alguien mayor, en absoluto.

Ernesto Schutz dijo...

Como haces para caminar tanto?

José Antonio Flores Vera dijo...

Amigo Ernesto, es cuestión de dar el primer paso, como en todo. Saludos.