jueves, 8 de mayo de 2008

CRÓNICA MAPOMA 2008, POR VICTOR BERNIER (DEL GRUPO LAS VERDES)

MAPOMA 2008. AVENTURAS Y DESVENTURAS DE UN MARATONIANO VERDE DEBUTANTE

Sábado 26 de abril, 6:00 a.m. Suena el despertador y comienza la gran aventura que ha marcado 4 meses de entrenamiento enfocado a debutar en un maratón. Atrás quedan 950 kilómetros de entrenamientos, incluyendo 2 medias maratones (Almería y Málaga) y 3 pruebas más del circuito de fondo de Granada. Más atrás una trayectoria de algo más de 2 años coqueteando con el atletismo de fondo. Pero ha llegado el momento, ahora emergen los nervios por la ilusión acumulada durante todo el año pero también el temor y las dudas ante el reto de la gran distancia. Han sido muchas las horas dedicadas no sólo a correr sino también a leer, preguntar y pensar en esta prueba.

Partimos hacia Madrid en buena compañía: Antonio, del grupo de las Verdes, con quien he compartido muchos entrenamientos, su guapa, amable y sufridora novia Ana; y una incorporación casi de última hora: Daniel, que aunque había llevado un entrenamiento menos exhaustivo que el nuestro, cuenta con experiencia en maratones y atesora una condición física envidiable.
Llegamos a Madrid entre conversaciones amenas y risas y directamente nos dirigimos a recoger los dorsales en el pabellón de la Pipa, en la Casa de Campo. De pronto las caras de risa y relajación se tornan de tintes dramáticos y de incredulidad cuando Antonio y Daniel advierten que la línea azul que marca el recorrido que haremos al día siguiente sube por una pendiente pronunciada en la que no se distingue el fin. Rápidamente miramos el plano del recorrido y comprobamos que nos encontramos en el km 26 y que tendremos que subir -y no bajar- esa cuesta. Por unos minutos las risas fueron de circunstancias porque a partir de ese momento las dudas y el temor recorren mi mente con mayor intensidad.
El resto del día lo pasamos reponiendo fuerzas en forma de carbohidratos y sales. La pasta, los frutos secos y por supuesto alguna que otra cerveza no faltaron. Nos dividimos en el hotel y los momentos de silencio empiezan a aparecer. Intentamos evitarlos por medio de llamadas de teléfono o intercambiando sms con amigos. A media tarde quedamos para cenar y pasear por el centro de Madrid, eso sí, siempre mirando de reojo las posibles dificultades del recorrido. Las conversaciones inevitablemente se centran en la carrera y las bromas sobre el recorrido hacen que el temor se acreciente. Al final del día recuerdo la anécdota leída en el blog de Jose Antonio cuando Haile Gebreselasie lloraba el día antes de un maratón pensando en qué hacía allí... y la sensación para mí es la misma.

Domingo 27 de abril 6:00 a.m. Comienza el concierto de despertadores que hemos puestoDaniel y yo mismo. Me levanto algo atenazado por los nervios pero Daniel me anima con sus bromas pre-maratón. El tiempo pasa rápido entre el desayuno y la preparación de la ropa, vaselina, geles energéticos, etc; así que sin darnos cuenta nos encontramos subiendo en el autobús que nos llevará a la salida. Tenemos la suerte de entrar en el autobús donde está la élite, incluyendo a Chema Martínez, sonriendo y dándonos ánimos él a los populares!!, rodeado de unos 20 africanos que daba miedo mirar.

Llegamos a la salida y buscamos a Antonio en el punto de encuentro acordado (Monumento a Colón). A diferencia de otras carreras se ve a poca gente trotando. Ultimamos detalles de puesta a punto y buscamos sitio en la salida, quedando demasiado retrasados. Los nervios cada vez van a más pero las pasadas de los aviones del ejército por encima de nuestras cabezas y la aparición de unos paracaidistas hacen que se disipe el pánico escénico. Observamos cómo se colocan los portadores de los globos con los distintos tiempos de paso en las primeras posiciones, detrás de los atletas de élite, muy alejados de nosotros. La idea inicial era perseguir el globo de las 3h:15m pero casi no lo vemos.
Disparo y salida. Tenemos que andar algo más de 1 minuto hasta pisar la alfombra de salida y comenzar nuestro maratón. En los primeros kilómetros intentamos buscar la referencia de algún globo y marcar nuestro ritmo pero se hace difícil entre tanta gente. Además, los 4 primeros miles son de subida y es complicado tomar un ritmo de crucero. Para colmo, con los nervios y tanta hidratación Antonio me comenta que tiene que parar un momento, así que decido parar con él y descargar la vejiga también. Tras esta obligada parada continuamos, los kilómetros empiezan a ser más favorables y comenzamos a marcar unos miles muy buenos en torno a 4:20. En el kilómetro 8 conseguimos pasar el globo de las 3:30 y nos vamos animando. El paso por las calles céntricas de Madrid es muy impresionante, calles llenas de gente animando con mucha alegría, haciéndonos sentir realmente héroes. Seguimos atravesando Madrid para dirigirnos a la casa de Campo y el ritmo sigue en torno a 4:30 y disfrutando realmente de buenas sensaciones. Se pasan los km finales de media maratón con la sensación de no llevar mucho desgaste aún y marcamos 1h:36m en la mitad del recorrido.

Nos adentramos en la casa de Campo y el trazado ahora vuelve a ser de leve subida. Me acuerdo de la cuesta que habíamos visto en la recogida de dorsales y empiezo a sentir dudas mentales, así que intuitivamente bajo el ritmo guardándome para esa temible subida. Antonio, con una gran fortaleza, no quiere aminorar el ritmo y tira de mí, mirándome escéptico cuando nota que voy bajando el ritmo que habíamos ido marcando. Compruebo que durante 3 miles seguidos (del 22 al 25) hemos bajado en torno a 4:50 y yo ya he perdido la sensación de comodidad y de no desgaste. Antonio me intenta animar pero me veo con muchos km por delante y con dudas así que le pido que se vaya, que yo tendría que buscar otro ritmo. Muy a su pesar pero creo que acertadamente se fue como una bala a ajustar las cuentas que aún teníamos pendientes con ese globo de las 3h:15m. Yo por mi parte, y aprovechando un trazado ahora otra vez favorable, comienzo a marcar miles en torno a 4:30 nuevamente.
Pero a partir de ese fatídico punto del km 30, y aunque el desgaste había ido llegando poco a poco, comienza una segunda carrera. Da igual el crono, ya no quiero hacer cábalas sobre promedios en los miles para llegar en 3:15 ó 3:20, ahora me encuentro en una situación de agotamiento y duda. Me repito continuamente que no he ido a un maratón para pararme, porque eso era lo que me pedía mi cabeza. El dolor en la rodilla que había tenido lesionada había comenzado a ser palpable a partir del km 17 y cada vez era más insoportable.
Entonces me viene el recuerdo de la subida al Veleta, en la que vi que los corredores paraban en los avituallamientos y decido darme una tregua en el 30. Tomo una botella de agua y camino con ella unos metros hasta ingerirla en su totalidad y reinicio la marcha. Han sido unos segundos perdidos pero el cuerpo lo agradece. Las sensaciones son de que aún queda mucho y me fijo como objetivo llegar al siguiente avituallamiento 2.5 kms más adelante y si voy mal volver a parar. Así lo hago en las 3 postas siguientes hasta el 37.5. Voy contando mentalmente los metros que me quedan para llegar al siguiente punto de avituallamiento, necesito tener la mente puesta en esos objetivos cercanos. Los miles los estoy pasando en torno a los 5 minutos pero en ese momento me parece un dato puramente anecdótico. El trazado vuelve a ser de subida pero ya ni siquiera me parece esta circunstancia lo duro del momento, lo realmente duro era seguir corriendo. Pido a una voluntaria que me aplique reflex en la rodilla, haciendo su efecto a los pocos minutos, pero por poco tiempo.

Sigo, con la mente puesta en llegar al avituallamiento del km 40 y parar de nuevo, sin embargo estamos llegando al Retiro y la gente empieza a agolparse para darnos ánimos, así que gracias a ese público grande empiezo a ganarle el pulso al maratón, ahora sí me veo en la recta final. Esta vez en el paso por el avituallamiento tomo una botella de agua, me la vierto sobre la cabeza y la tiro con saña para buscar la meta. Debo aclarar que el ritmo había ido decreciendo

hasta 5:20 y las piernas ya no daban para mucho más pero esos ánimos me empujaron con fuerza para lograr vencer la distancia.
Entrada en el Parque del Retiro. La Organización ha habilitado un paseo amplio para la entrada de los corredores, y la afluencia de público es grande. Oigo que me llaman y veo a Javi (Aquiles), del grupo de las Verdes, con su guapa mujer Nuria y a la incansable Ana. Noto que la adrenalina me sube y les grito algo para a continuación ver el arco de meta 200 metros delante de mí. Voy con la mirada puesta en el arco y empiezo a no creérmelo: ahora sí, voy a cruzar la meta después de todas esas dudas. La emoción es grande, se escapa de mi control y cuando cruzo la meta, sin poder evitarlo, rompo a llorar. Me acuerdo de la gente querida y cercana, de mis niñas, de que he cumplido un sueño que comenzó cuando vi en vivo el Maratón de Nueva York en 2001. Y me acuerdo de todas las dudas y temores que he tenido durante el fin de semana y sobre todo a partir del km 30. Sigo unos metros más y encuentro a Antonio y Daniel (3h:14m Antonio y 3h:10m Daniel). Me ven llorando, me confiesan que ellos también se han emocionado y nos abrazamos los 3.

Mi tiempo final fue de 3h:20m, muy satisfecho pues hubo momentos eternos en los que creí que el tiempo se había parado. Creo que el maratón no tiene nada que ver con el resto de carreras en las que había participado. Es grande por todo y la experiencia de las que siempre se recuerdan. La compañía fue de primera y al grupo de las Verdes en general les debo mucho por todos los consejos, ánimos y entrenamientos que hemos compartido.


19 comentarios:

José Antonio Flores Vera dijo...

Victor, me ha encantdo la crónica, la he vivido; es más he vuelto a revivir mi MAPOMA del año pasado, donde coíncidimos en las agonías finales. Excelente relato.

Anónimo dijo...

¡Superlativa crónica! Perfecta combinación de datos y humanidad en estado puro. Definitivamente, hay que correr un maratón, aunque sea uno, alguna vez en la vida. Uno no puede ser corredor sin vivirlo. Me reafirmo: el próximo es el mío. Enhorabuena Víctor; por la crónica y por la carrera.

Anónimo dijo...

Joder Victor buenísima, he revivido el maratón de nuevo, me ha gustado mucho es o de ajustarles las cuentas al globo de las 3:15. De verdad ha sido un placer correrlo contigo, tu compañía y tu amistad. Ahora toca mi crónica a ver si saco una tarde.

Un abrazo

PD. quiero prueba épica ya!!!!!!

Anónimo dijo...

Te sigo leyendo JoseAntonio, me gustó mucho la entrada y fotos de vuestro entreno por la fuente de la bicha, que es en la que yo hago la tirada larga los fines de semana aprovechando mi estancia de finde en casa de mi novia en Cenes. Es un sitio genial... sólo le falta que lo cuiden más y que dejen de pasar coches y moteros (menudos h.de p.) para evitar las nubes de polvo que tus pulmones absorven.
Estoy empezando a trotar pero la rodilla cuando llueve (como ayer)duele una "barbaría".. que largo se hace la espera.
He leido vuestras experiencias del MAPOMA y me propongo (si me recupero bien) hacerla el año que viene.
Saludos de Aleandro.

victor dijo...

Me pidió Jose Antonio que le enviase una crónica del Mapoma y yo también quería escribir una para mí. Espero que os guste, que yo no soy mucho de letras.

Jose Antonio, escribiéndola recordaba tu crónica del año pasado, sé que vivimos momentos muy parecidos.

Javi, tienes una fortaleza y una preparación más que suficientes para afrontar la gran distancia. A pensar ya en una prueba para ese debut.

Antonio, fue un placer también para mí. Y no será la última, no?. Un abrazo

José Antonio Flores Vera dijo...

Aleandro, a ver si coíncidimos algún finde. Hoy si nada lo remedia - y la lluvia no será obstáculo - tendré-mos sesión en el Pantano, dirección Caparacena. Saludos y ánimo con esa rodilla.

Victor: para no sér de letras el relato es excelente. Los de ciencias tambien escribís bien, jeje.

Jesús Lens dijo...

Víctor, si en su momento os di la enhorabuena a Antonio y a ti por ese carrerón, hoy toca darte una enhorabuena aún más grande por el excepcional relato que has hecho, que consigues que todos crucemos la meta contigo y sintamos esa emoción por haber terminado una carrera exigente que, además, es colofón de muchas, muchas horas de duros entrenamientos!!!!

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Ha sido tan genial y real, que nos has metido tal miedo en el cuerpo que seguro que nunca la correremos. Un saludo y enhorabuena por ambas: la carrera y la crónica

Mario dijo...

victor sin duda cuando empieza la maraton hay mas densidad de acontecimientos.... leyendo parece que te están mantando e hicistes 3 horas y 20 minutos!!!!!

Anónimo dijo...

Victor, enhorabuena por la magnifica cronica de tu maratón, como bien dice Javi hay que correr una maraton en la vida, y sentir esas sensaciones que tú tan bien has relatado, sobre todo cuando tocas la vena sensible de acordarte de tus seres mas queridos a la llegada.
Hoy me siento maratoniano.
Recibe un abrazo de tu compae.

Anónimo dijo...

Desembarco maratonianio Verde ya"!!!!!

PD. No os olvideis vaselin para el pricipio y clinex para el final

Anónimo dijo...

Hola amigos, en primer lugar quiero agradecer a mi gran AMIGO VICTOR y ANTONIO, la gran compañia de la que disfrute estos dos dias, me presento, soy Daniel, ese que puso los despertadores el 27 de abril en el Hotel Convencion de Madrid y que corrio la misma suerte que ellos, al salir y al poder llegar en esta gran carrera que disputamos los tres, junto a otras diez mil personas, la verdad es que lo leido me ha transportado de nuevo a esas tres horas de agonia y sufrimiento, pero con el orgullo de sentir un reto realizado. Por eso animo a todos a volver el 2009. Y de nuevo gracias a las tres personas que me permitieron vivir esta gran aventura. Gracias Victor, Gracias Antonio y Ana. Un fuerte ABRAZO. Daniel.

victor dijo...

Jesús, gracias, es un halago grande viniendo de una pluma ágil y admirada.

Gregorio, el trazado de Madrid tiene fama de ser de los más duros dentro de los maratones, pero la recompensa de terminarlo merece la pena, ya te animaremos.

Mario, hice 8 minutos más en la segunda mitad con respecto a la primera y esos momentos se viven con mucha intensidad. No fueron dramáticos pero sí duros.

Compae Paco, eres carne de maratón, deportista y rodeado de "malas" influencias. Entras en el próximo reemplazo seguro.

Daniel, tenemos mucho que aprender de ti en estos retos donde hay que saber sufrir. Hiciste una demostración de entrega y pundonor en Madrid, marcando un tiempazo con una preparación mínima. Enhorabuena

Anónimo dijo...

Hola, soy Ana. Primero dar las gracias a Víctor por acordarse de mi en su estupenda crónica y también a Daniel.
Yo también lo pasé muy bien con vosotros, normalmente en un viaje largo me suelo dormir y aquel día no lo hice, estábamos riéndonos, hablando ( de carreras, como no). La verdad es que ese fin de semana lo pasé muy bien,mereció la pena el madrugón (aunque algunos se durmieran, verdad Daniel???, ja ja).
Por cierto, Daniel como sabes dónde vivimos pásate a tomar un cafelillo y te damos los cd que te dejaste en el coche.
Es la primera vez que escribo aquí (porque leeros si que lo hago con frecuencia), pero le voy cogiendo el gustillo a esto, Antonio dice que me estoy "enganchando".
Un beso. Ana.

José Antonio Flores Vera dijo...

Antonio, ¡detén a Ana, que aún está a tiempo de no engancharse!, jeje. No, en serio Ana, necesitamos influencia femenina, que tanto varón junto por esos caminos del señor...., pero eso nos obliga a ser más cautos en lo que decimos aquí jeje.

Mario dijo...

coño!! la prueba de la zubia del domingo trae hasta perfil con altimetrias, a sufrir pues

Anónimo dijo...

Bueno, si, lo reconozco llegue tarde, pero fueron los nervios del niño que va de campamento en verano, os tomo la palabra y ya quedaremos un dia para tomar algo, aunque espero ver a Victor y Antonio en La Zubia el Domingo, ya sabeis compañeros, NO HAY DOLOR,asi que lo dicho, el Domingo a las 11 nos vemos en la salida.
Un Abrazo
Daniel.

Abel dijo...

Fabulosa crónica Victor y sobre todo sensacional maratón en Madrid por parte de los 3.
Es cierto que transmite sensación de sufrimiento tu narración, pero me quedo con Javi en que alguna vez habrá que afrontar el gran reto...todo se andará, aunque en mi caso lo veo lejano, queda bastante por mejorar.
Nos vemos pronto, un saludo!!

Paco Montoro dijo...

Victor tenía ganas de leer tu crónica, pero leerla despacio y tranquilo...ha merecido la pena amigo, he disfrutado muchísimo. Un saludo campeón.