domingo, 15 de junio de 2008

1ª MEDIA MARATÓN DE MONTAÑA LA CALAHORRA-PUERTO DE LA RAGÜA



Pasó el miedo. Pasó el terror. La incertidumbre de los días anteriores. La inquietud que hicieron que este corredor escribiera una especie de testamento pre-Ragua (¿ presentía que no saldría vivo de esa épica carrera?).
Sin embargo, la dureza i
intuida no era fruto de una imaginación calenturienta. Principalmente la dureza en los últimos siete kilómetros, que es cuando la prueba te mira a la cara de manera inmisericorde.
Pero empecemos por el principio.


Excelente estampa verpertina de La Calahorra a la salida del Restaurante "El Manjón".

Llegar a una población que acoge una prueba de montaña contiene elementos diferenciadores. Inmediatamente observas todo el contorno elevado que hay alrededor. Inmediatamente vimos a Víctor.Antes, mientras esperábamos a Javi y Antonio, que quería ir a La Calahorra por Madrid (jeje,), Jesús y yo nos fuimos a buscar un bar para tomar un café en una plácida pero ya perturbada tranquila mañana del pueblo de la zona del marquesado. Encontramos un bar y al poco un cliente se dirigió a nosotros: "¿José Antonio Flores?" Era Gregorio, conocido amigo bloguero. Y descubrimos una perfecta imagen de corredor curtido, fibroso y definido. De hecho, su buena carrera ha posibilitado que se subiera al podio como corredor local. Enhorabuena, de nuevo. En cuanto llegué intenté imaginarme a donde subiríamos dentro de un rato, pero no es fácil, ya que lo que emerge al sur de La Calahorra no es otra cosa que la grandiosidad de Sierra Nevada. No obstante, un miembro de Los Trotanoches, que han colaborado en la organización, nos apuntó señalando con el dedo: "allí hay que subir". En ese momento apenas estábamos saliendo del pueblo y se nos heló la mirada. Pero no era el momento de pensar en eso. Lleguemos antes a Aldeire.
Aldeire es el primer y último pueblo que hay que atravesar antes de penetrar en ese fresco bosque, cuyos caminos forestales nos dejarán 13 kilómetros más arriba en la mortífera carretera de montaña. Esos 13 kilómetros no son difíciles para un corredor que esté medianamente entrenado. Excepto alguna rampa subida de tono, la ruta se hace cas
i agradable, aún siendo sabedores que casi todo el rato se sube, en mayor o menor grado, excepto en los últimos tres kilómetros, que se nos regala una bajada perfecta. Una bajada que no es lo suficientemente intensa y apenas existe impacto para la musculatura, que habrá de estar intacta unos kilómetros más adelante.
Sin embargo, como decía, no todo en esa ruta de 13 kilómetros es agradable. Agradable es la pasional naturaleza que se percibe, los frescos arroyos que, seguramente, recogen el deshielo de la Sierra; e incluso el suave clima. No obstante, en los primeros nueve kilómetros existen zonas de dureza significativa. Las rampas que surgen lo hacen sin previo aviso. Son rampas que dibuja el propio terreno sin consideración a quienes circulan por ellas corriendo. Surgen, se extienden, se doblan y desaparecen. Todos los ingredientes para ir quebrantando poco a poco piernas, los pulmones, el corazón y la confianza.
En
una de las primeras, no demasiado larga pero sí intensa, perdí algo de confianza. Percibía las piernas pétreas y pesadas. No cansadas pero sí estáticas. Pero el ritmo que llevaba era conservador, a razón de 5'10 el kilómetro, promedio que aumentaba a medida que se absorvían kilómetros.
Pero curiosamente, en torno al kilómetro 7, en una de esas rampas, tras atravesar un arroyo, me sentí muy bien. El reloj no marcaba todavía las 10,30, llevábamos 40 minu
tos de carrera y la temperatura era perfecta. Un leve frío se percibía a través de la pie y eso daba alas a las piernas. Tuve la suerte de llegar a la altura de Antonio, un amigo de este blog, y percibí que su ritmo de subida era el adecuado para conservar las fuerzas. Y con él subí toda la cuesta. Una vez arriba y tras detenerme a evacuar, sin suerte, comenzó la bajada de tres kilómetros. A esas alturas ya no veía a Antonio, Víctor y Javi de Las Verdes, que iban más adelantados. Un poco más atrás quedaron Jesús y Paco Montoro, que decidieron hacer los primeros kilómetros más conservadores y con los que circulé hasta Aldeire practicamente.
Me encontraba bien. Feliz de haber decidido correr esta carrera como vaticinaba Antonio y esperanzado ante lo que nos esper
aba. Las cuestas no son mi fuerte, pero hasta ese momento no había tenidos problemas, ya que me había mentalizado para ir conservador. Nada que ver con el ritmo que solemos -cada uno adaptado a sus posibilidades y condición física- desarrollar en carreras más cortas o con menor dificultad orográfica. Así a ese ritmo, las cosas funcionaban perfectamente. Incluso opté por seguir siendo conservador en la bajada. Sin duda, había interiorizado perfectamente que a esta prueba había que rendirle respeto.
Pero acabó la bajada y salimos a la carretera de montaña, en dirección al Puerto de la Ragua. Y eso fue ya otra carrera.
Sin embargo, no sé bien por qué, pero asumí con optimismo las primeras rampas. Proba
blemente porque venía de refresco en esa bajada y porque el ritmo hasta ese momento había sido muy conservador.
La interpretación
de esas rampas y ese optimismo fueron un punto catalizador de lo que posteriormente ocurrió, y ahí residió parte de la mala estrategia en esos 7 kilómetros finales, los más duros sin lugar a dudas de esta Medio Maratón de Montaña. En esos momentos ya no venía conmigo mi compañero de la subida anterior, y el número de corredores - no han llegado a 200 los participantes-, a esa altura de carrera no era masiva. Subiendo el Puerto de Montaña, era muy fácil ir en soledad, si acaso acompañando o viéndonos acompañados unos cuantos metros con algún corredor. También contaba con un dato fundamental: el calor. Habíamos salido minutos antes de un camino forestal, cuyos árboles ofrecían sombra en muchos tramos del recorrido. Pero ahora la apuesta era claramente contra la carretera empinada y el fuerte sol, que en ese momento - en torno a las 12 del mediodía- caía sobre nuestras cabezas. No se trataba de un calor tropical, ya que a esas alturas el clima no suele ser caluroso, pero en altura los rayos del sol adquieren unos puntos de perversidad. Es algo que los montañeros saben perfectamente. Y lo saben perfectamente mis hombros en este momento.
Los kilómet
ros 14 y 15 son duros, pero no de una dureza extrema. Sin embargo, a partir de ese último kilómetro, justo a la altura del avituallamiento en el que dispensaban sandía, además de agua, comienza a ser mucho más exigente la subida. Y mucho más que se tornará, cuando abandonemos la carretera general y nos desvíen hacia una carretera mucho más estrecha y mucho menos uniforme. Es en esta pequeña carretera cuando las rampas ya si son dantescas y comienzan a aflorar las balizas propias de la alta montaña. Hasta ese momento, lógicamente, el ritmo había decaído, para intentar adaptar éste al terreno, pero las fuerzas seguían, sino intactas, al menos no desaparecidas. Sin embargo, temeroso que esos cinco últimos kilómetros fueran aumentando en dureza opté por tomar el gel energético que portaba.
Pero la march
a era bastante optimista, lenta pero optimista. El gel era tan sólo una prevención, que tomado con el tiempo suficiente podría, al menos, hacer el "efecto placebo". Pensé que habían comentado que los últimos kilómetros serán prácticamente llanos, pero tenía mis dudas. Sin embargo, ese dato, pensado de forma efímera, se convirtió en la clave de mi posterior actuación.
Subía entre el
kilómetro 16 y el 17 y las rampas parecían competir en dificultad. Pensaba -o tal vez deseaba- que si los últimos kilómetros eran llanos, estas rampas estarían a punto de fenecer. No obstante, el terreno parecía indicar otra cosa. Se daba una curva y aparecía otra rampa y la vista observaba una larga subida recta e inacabable, que se agotaba en otra curva, donde otra nueva rampa, aún más dura, daba entrada a otra larga subida. Y en esas condiciones, ya más mermado de fuerzas, la psicología se encargó del resto.
Veía que algu
nos corredores se detenían y andaban. Pero nunca me ha gustado andar en una prueba. Siempre lo he interpretado como una autotraición. Pero fue clave pasar a la altura de un corredor bien definido del club de atletismo de Baza, al que ya había observado andar en varios kilómetros anteriores. Sin embargo, siempre iba por delante mía. Su estrategia era la siguiente: andaba y salía fuerte, para posteriormente andar y volver a salir fuerte. Y así sucesivamente. Por tanto, aún esperanzado de que llegara la zona más llana y convencido por la estrategia de este corredor, sin pensarlo demasiado, a pesar de no ir extenuado ni con ausencia total de fuerzas, opté en un pis pas por andar con él, convencido que a los pocos metros comenzaría a correr de nuevo. No me detuve en ningún momento, tan sólo intercambié correr muy lento por andar rápido.
Ya digo, que andar en una carrera jamás me ha gustado. En el Maratón de Madrid, había muchos corredores que andaban casi más rápido que yo corría, en los últimos kiló
metros, pero yo no consideraba oportuno andar. Pero esto es una carrera de montaña y sé positivamente que los atletas suelen alternar el andar con el correr. Y de ahí esa convicción casi espontánea. Y nos pusimos a charlar. Me comentaba Fran - que así se llama este corredor- que prefería tomarse este tipo de carreras de este modo. Que no lo hacía porque estuviera demasiado maltrecho, sino que de esa manera descansaba mejor y alternaba el andar con el correr. Y me convencí que era correcta su reflexión. Estábamos casi en el kilómetro 19 y andamos hasta pasado el 20, con la idea de comenzar a correr a partir de ahí, si bien cuando vas andando, tal vez lo que menos desean las piernas es volver a correr. Ya habíamos descartado el terreno suave final. Eso ocurre en llano, por lo que en altura mucho más. Comprobamos que andando íbamos al mismo ritmo, si no más que algunos corredores que iban corriendo muy penosamente. Es cierto, que la mayoría nos adelantaban pero su acción duraba enormemente. Fue en ese momento cuando pasó Paco Montoro corriendo. Iba a buen ritmo. A mejor ritmo que muchos de los corredores que veíamos a esas alturas. Me preguntó que cómo iba y le contesté que había decidido andar. Le pregunté por Jesús. Se ha quedado más abajo, quiere ir más tranquilo, me contestó nuestro amigo malagueño. En ese momento sentí el deseo de seguir sus pasos, pero iba andando cómodo y recuperando de manera espectacular. Además mi andar y el de mi acompañante era rápido, algo que posibilitaba no perder demasiado tiempo.
Al final de una curva en alto vimos a un grupo numeroso de personas y alguien nos ind
icó que por allí estaba la meta. Y fue en ese momento cuando comenzamos a correr. En mi caso muy penosamente. Llevaba las piernas muscularmente muy rígidas. Habían perdido tono muscular. En unos minutos estábamos atravesando la meta, con un tiempo empleado de 2 horas y 12 minutos, aproximádamente. Cuando llegué aguardaban Javi y Antonio, a quienes abracé. Antonio está pletórico por lo que barrunté que se había salido. Y efectivamente, nuestro amigo de Las Verdes hoy se ha convertido en un ser de otro planeta: ¡¡1 hora y 50 minutos!! si no me rectifica. Un tiempo bestial, que denota una fuerza descomunal en este tipo de terrenos. Javi denotaba un gesto más serio, pero también estaba feliz. A pesar de que había sufrido, desde el kilómetro 15 ha hecho un tiempo de 2 horas y cinco minutos, si no me rectifica. Víctor había clavado el crono en 2 horas justas, habían sufrido según nos contaba bastante a partir del kilómetro 18. Jesús llegó con un tiempo excelente (¡¡Chapeau para nuestro verde más valiente!!): 2 horas, 17 minuto y 44 segundos, sin haberse detenido en ningún momento. Llegó con la mirada perdida. Bastante cansado. Lo ví dirigirse haciaa el agua y la sandía como una exhalación.
Increibleme
nte llegué muy fresco. Cansado pero fresco. Y fue en ese momento cuando comencé a reprocharme haberme puesto a andar; me reproché que lo me hubiera hecho sin las fuerzas me hubieran abandonado por completo, como sí ocurrió la semana anterior en Órgiva. Me decía que no tenía que haber parado, porque las fuerzas físicas - no tanto las psicológicas por lo explicado anteriormente con relación a la falsa percepción del final de carrera y el terreno llano-, no estaban aún agotadas. Es más, descubrí que tal vez por el efecto del gel, la sensación de frescura la obtuve nada más llegar a meta. Cometí un error estratégico. No haber considerado las razones que me hicieron andar hubiera sido lo más correcto. Seguramente hubiera llegado más tocado, pero hubiera corrido ese kilómetro largo. En fin. Queda mal sabor de boca, cierto desasosiego y cierta sensación de fracaso. Pero sobre todo queda cierto enfado por haber comenzado a andar cuando las fuerzas no estaban tan mal. De todas formas, lo importante es haber llegado, en un tiempo que considero mucho mejor que el que vaticinaba, de acuerdo con las referencias que había leídoo para este tipo de medias maratones. Un tiempo que considero bueno a pesar de haber ido conservador y asustado por lo que pudiera pasar en una carrera de tanta dureza. Todo eso es decísivo a la hora de fijar y mantener un ritmo de carrera. Que duda cabe.
Fuímos a La Ragüa y volvimos con la sensación de haber acabado una durísima prueba. E
so es lo importante. Una prueba, en lo esencial, muy bien organizada, por cierto.


¿ Se adivina quién ha corrido la prueba ?


Javi, dudoso ante la explicación de la subida al Veleta de Antonio. Jesús desmarcándose.

El tercer tiempo -como se suele decir- fue francamente más prosaíco. Bajamos en autobús Jesús y yo. Mientras que Victor, Javi y Antonio bajaron con un inglés en su coche. Pero que e
so nos lo expliquen ellos. Tan sólo sabemos que Victor no encontró asiento en el autubús y tuvo que bajar y con él Antonio y Javi, ante la mirada de desazón de Jesús y mía.
No obstante, todos llegamos pronto a La Calahorra, a eso de las 13, 30. A esa hora ya habían llegado desde Granada, Nuria, Ana, Sacai y Mati, mientras que Jesús y yo fuímos a adecentarnos a los servicios del restaurante que luego nos colmaría de buenas viandas.
Tras lo
s cambios de ropa, los saludos con corredores conocidos, la recogida de la bosa del corredor, por cierto, muy bien dotada, incluyendo hortalizas, camiseta técnica, bolsa de tela, podómetro y cinta para el pelo. Se anunció un sorteo de productos pero, a pesar del esfuerzo de la organización, los minutos pasaron raudos y no se veían gestos ni productos. Así que habiendo ya comunicado en el Restaurante "El Manjón", que iríamos a comer sobre las 15,00, optamos por no esperar a la paella que anunciaban y nos fuímos al cómodo frescor del salón del local.
Y comenzaron a circular platos, verdes, risas, anécdotas y buena compañía. Hasta bastante tarde.



¿ Foto ganadora ?

Ya casi a punto de marc
harnos apareció Gregorío para invitarnos a un café a una casa de unos amigos, muy cercana al restaurante. De manera que tras la foto para el concurso de la Semana Negra de Gijón, que se observa en el blog, compartimos charla y unas excelentes cerezas con Gregorio, esposa y sus amigos, a quienes saludamos desde aquí.
Excelente jornada la vivida hoy. Una gesta destacada -hoy sí- y unas estupendas
viandas en compañia de ese grupo de Las Verdes, cada vez más alocado a la hora de afrontar nuevos retos. Pero echamos de menos a los ausentes. A Abel, a Paco, a Mario y José Manuel, con sus respectivas parejas.
Seguramente, muchos de vosotros, amigos, esperabáis como agua de mayo esta crónica, temiendo por nuestra superviviencia, hasta el punto que Mario me envíaba un SMS pidiéndome que me fuera a un Ciber para anticipar algo.
Como diría aquel periodista, así ha sido y así os lo he contado.

No os perdáis la fresquísima y genial crónica de Jesús. Y no dejéis de visitar la que hace Paco Montoro y Gregorio.

52 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufff, por fin te leo y me entero de vuestra peripecia. Había tal aura de angustia suicida rodeando a esta carrera que me temía lo peor. Estoy en el trabajo y he entrado como diez veces en el blog en lo que va de tarde.
Lo primero, enhorabuena a todos.
Lo segundo, enhorabuena a ti José Antonio, por haberte parado.
No te mortifiques, coño, disfruta con tu proeza. Hablar a toro pasado de qué hubiese ocurrido si no llegas a pararte es inútil. El cuerpo es sabio y si te has parado, has hecho lo correcto. He estado en la meta del Veleta y he visto a gente alternando andar y caminar ¡y llegar entre los diez o quince primeros!
Lo dicho, enhorabuena. No sólo de maratones vive el corredor popular y lo que habéis hecho es para contarlo una y otra vez.
Un saludo.

José Antonio Flores Vera dijo...

Gracias Manolo, por tus ánimos que, creéme, me han llegado hondo. Es cierto que el cuerpo o la mente indica que hay que parar. Sobre todo en este tipo de carreras, que a cada paso te recuerdan la dificultad que extrañan. Disculpa por no haber puesto la crónica antes, pero quería hacer larga y los postres en La Calahorra se han extendido. Ya sabes. Saludos.

Jesús Lens dijo...

Estupenda y porenorizada reseña de una jornada atlética pletórica que, como dice Antonio, contribuye a hacernos mejores corredores. ¡Qué duro el recorrido, el calor, etc! Pero qué disfrute da ser capaces de hacerlo sin morir en el intento, aunque algunos llegáramos moribundos.

Y un privilegio compartir estas aventuras con vosotros, esos amigos de Las Verdes !!!

Mario dijo...

Cuando la volvemos hacer????? enhorabuena a todos y josé antonio no es malo andar, más si lo haces a ritmo, te pude prevenir de un desfallecimiento lesion y tendrás mejor recuperación.
Bueno quienes vais a al veleta??

José Antonio Flores Vera dijo...

Si se para, no como producto de estar extenuado, suele ser aconsejable. Recuperas un montón. Tanto, que en micaso, llegué muy fresco a meta sin senación de haber hecho 21 kilómetros duros. Por lo que se ve el andar es más común de lo que creía en este tipo de carreras. Mario, te tenías que haber apuntado.
De Veleta, nada de nada.

Anónimo dijo...

Épica, heroica jornada. Mil veces creí morir por aquellas rampas infernales... El sufrimiento es indescriptible: el estómago mal, el calor, las cuestas serpenteantes interminables, el mareo en el km 19 debido, quizá, a la altura... pero qué disfrute, qué emoción, qué bello es sufrir así. Magnífica jornada, 100%. La velada post carrera, magnífica.

Anónimo dijo...

Hay que reiterar que Antonio ya ha cruzado la frontera de la élite. ¡¡¡Es un super-maquinón!!!

Pero ayer fuimos 5 héroes

Osk@r dijo...

Excelente narración amigo! Leyendote estaba sufriendo contigo esas duras rampas!Enhorabuena por la carrera. Yo estoy planteándome corre alguna de montaña también.

Un saludo

victor dijo...

Ayer triunfamos todos los que llegamos a esa meta, impresionaba cuando mirabas hacia abajo y se veía lo que acabábamos de subir. Antonio estuvo estratosférico, su mejor carrera con diferencia desde que lo conozco, hay que quitarse el sombrero. Javi y yo compartimos muchos kilómetros juntos, al principio imponía unos ritmos en subida altos para mi, así que aprovechaba los cortos llanos para irle dando alcance. A partir del 14 Javi se empezó a sentir algo mal por las tripas y se quedó algo atrás. Hice la subida con otro corredor a partir de ahí. Me dio también el mal de altura pero conseguí superarlo.

Fue muy dura pero me gustó mucho. Jose Antonio, en montaña es muy frecuente alternar andar y correr, que no te quede ninguna sensación de derrota. Muuucha gente anduvo.
Un saludo

José Antonio Flores Vera dijo...

Un domigo extraordinario Alter, en todos los sentidos. ¡¡ Cuántas carreras nos quedan y cuántas comidas!! jeje.

Javi en el sufrimiento hay mucha virtud. Tu ayer sufríste y eso te hace mejor corredor. Yo no supe sufrir lo suficiente, pero son cosas que pasan.

Víctor, es habitual en estas carreras anda y correr, pero pensándolo en frío, no iba tan mal. Pero en fín, eso posibilitó que hoy este fresco. Como dice Manolo, hice bien, si el cuerpo lo pedía.

Oscar: Alucinarás cuando hagas una de éstas. Apuntátela para el año próximo, aunque estés a 1000 kms.

Paco Montoro dijo...

Jose Antonio coincido con Manolo, yo paré en todos los avituallamientos a beber, llegar y en un tiempo tan extraordinario es lo que vale. Hemos disfrutado de esta carrera tan dura, y yo a igual que tu me alegro de haber participado en esta 1ª edición. El año que viene ¿porque no repetir? y esta vez con Mario, Abel, Compae y esos miembros de las Verdes que no han asistido al evento.
Bueniiisima crónica y es un lujo estar rodeado de ustedes...
Saludos

José Antonio Flores Vera dijo...

Paco, un placer verte por segunda vez, aunque en realidad "nos vemos " a diario. Compartir afición y amistad es excelente.
Ayer, encajé regular haber andado. Creo que me equivoqué de estrategia porque tampoco estaba tan mal. Cuando te ví pasar, por un momento pensé seguirte, pero estoy seguro que en frío no hlubiera podido seguir tu ritmo que era muy vivo. Ahora comento tu crónica. Saludos

Anónimo dijo...

Hola compañeros. En primer lugar enhorabuena a todos, terminar esa carrera ya es, por sí, una gesta de la que sentirnos orgullosos, no olvidadlo nunca, estuvimos allí y subimos. Lo del tercer tiempo ya no tiene nombre, es el 50% de la jornada.

José Antonio, no te martirices, fuistes conservador (no ideologicamente hablando), pero había motivos de sobra para serlo. Ahora bien, has aprendido algo importantísimo, algo que no se aprende en carreras normales, te conoces mejor, sabes que puedes vencer lo que a tí te parecen tus límites y en la próxima carrera vas arendir mucho más, hace dos días dudabas de si podías hacer la carrera y hoy te lamantas por haber corrido un poco, has crecido como corredor.

Gracias por vuestros alagos, pero gran parte de mi mejoría os la debo a vosotros.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Como le comento a Jesús, no me quedan ni fuerzas para teclear un comentario. Fuisteis ambos dos monstruos, dos personas grandísimas que subisteis casi 100 kilos desde 1200 metros hasta más allá de los 2000 de altura, en un día épico por la altura, el calor y ese agotamiento que te dan las circunstancias. Esto no es una media maratón (y eso que fueron al final 20'8 km, para información vuestra): esto fue casi 3/4 de maratón. No te martirices por haber andado. Lo hicieron muchos de los que entraron delante de mí. Lo importante no es el cómo sino el qué. Yo tuve dos ventajas: casi 50 kilos menos y un pequeño conocimiento, que no total, del recorrido.

Ha sido un día grandioso para no olvidar. Tu mérito no sólo radica en haberlo hecho, sino el conseguirlo tras el sufrimiento que tuviste el domingo pasado. Hoy voy a hacer una crónica en mi blog, pero desde el punto de vista humano. Creo que el deportivo es insuperable leyéndote.

Para mañana, si las fuerzas me acompañan, intentaré hacer una pequeña reserva deportiva. Pero, me falta la foto que hizo, no recuerdo si tu mujer o la de Jesús. La espero ansiosamente.

Un día inolvidable, no ya en el aspecto deportivo sino en el humano. FELICIDADES.

Antonio dijo...

Por cierto bunísima la foto en la quye salimos Javi Jesus y yo, pero lo mejor es la interpretación de la misma.

Abel dijo...

Enhorabuena a todos los HEROES que fuísteis capaces de vencer a la carrera y a vuestros propios límites. Cada uno halló sus propios fantasmas, y cada uno los derrotó a su manera y actuando en cada momento como creyó más conveniente. A toro pasado uno se puede recrear en lo que pudiese haber hecho, pero está claro que lo hecho es lo correcto, considerando cada situación particular.
Me he sentido con vosotros en espíritu, y desde luego algun día trataré de emularos.
Saludos!!

José Antonio Flores Vera dijo...

Antonio, guardaré tus palabras porque son muy sensatas. Es toda una visión filosófica del correr. Y llevas razón, no se puede negar: he crecido como corredor. Curiosamente es lo mismo que me decía Jose hace unos minutos por teléfono. Gracias amigo. El texto de la foto, curiosamente coíncide con el pie de foto de la misma foto que hace Jesús, y es que creo que ¡¡estabas convenciendo a Javi y a Jesús para el Veleta, jeje¡¡

Gregorio, que gran día. Nos gustó verte en el podio - te envío la foto a tu correo - y que fueras profeta en tu tierra, que te dió alas sin duda.
(Oye, que no se entere Jesús de los 100 kilos, que pesa menos, jeje. Yo estoy en 83, pero sí subir con más peso siempre es una desventaja). Impacientee por leer tu reseña humana de la carrera. Un abrazo.

Abel, os echamos de menos. Comentamos que te hubiera gustado la carrera porque te molan las cuestas.
Y llevas toda la razón, a toro pasado todo se ve de otra manera. Pero lo importante es llegar y lo hicímos, por lo que estamos felices y sobre todo más relajados considerando el manojo de nervios de los días anteriores, ante la incertidumbre de esas rampas. Saludos.

Anónimo dijo...

Como prometí, entro a visitarte. Me ha encantado tu blog, claro, es que yo soy una principiante, y eso salta a la vista.
Fue agradable conversar contigo, encantador, diría yo.
Te recuerdo que en mi comarca se lleva a cabo otra Carrera de Montaña, el primer domingo de mayo. La información se puede encontrar en mi blog en "V Carrera de montaña"
Cuenta con una visitante más.

Por cierto, las chicas que os acompañaban eran muy guapas.

Un saludo.

José Antonio Flores Vera dijo...

Gracias por tu visita, María José. Encantados de haberos conocido. Un colofón excepcional para tan aprovechada jornada. Saludos.

Jesús Lens dijo...

jajajaja. Alter, es verdad que hemos coincidido en los pies de foto!!!!!!! Y es que labor de proselitismo de Antonio hubiera hecho de él un grandioso Papa, lo menos.

Yo, desde luego, creo tenerlo bastante claro y así ha quedado demostrado en la foto. Pero repárese en la mirada de Javi... Está claro. Es carne de Veleta.

José Antonio Flores Vera dijo...

Es cierto, Javi no tuvo la precaución de taparse los oídos, jeje.

Anónimo dijo...

Y DESPUES DE ESTO QUE???.

Pregunto yo.

Cuando vayamos este domingo a Valle de Lecrín a recorrer 12 kilometrillos, creo que el Lens es capaz de hacerla a pata coja.
IMPRESIONANTE LO VUESTRO.

Antonio no se si sabras que el proximo mes de Julio, se celebra las 24 horas de Sudan, con salida en Jartun y llegada a Al- Qadariff, pasando por el desierto de Nubia, solo hay un pequeñisimo inconveniente, la temperatura, 58 grados a la sombra, y al parecer no hay agua hasta la llegada.

Así que ya sabes, vete convenciendo a este gente y en Julio nos vamos tos pa Africa.

Compae creeme que he sufrido leyendo la narración de la carrera.

Magnificas las fotografias, se os vé cara de cansancio a todos, excepto a Antonio, que parece que lo que ha subido han sido unas escaleras.

UN FUERTE ABRAZO BUENA GENTEEEEE.

Anónimo dijo...

Compañeros, ¿qué tal estáis? Esto es inaudito: no me duele nada, estoy para echar a correr otra vez. Supongo que a vosotros os pasará igual. No tengo agujetas, ni pesadez de piernas, ná de ná...
Repito seguro, ahora visto desde aquí, desde hoy, me parece aún más bonita la carrera. Fue la caña... Creo que la del año próximo saldrá mejor, pues ya sabemos a qué atenernos. Yo, desde luego, pienso reservarme hasta el 13, eso fijo, jeje.

José Antonio Flores Vera dijo...

Alguien dijo que esta carrera se corría más con la cabeza que con las piernas, pero lógicamente las piernas tienen que estar en perfectas condiciones.
Para mí hubo dos carreras: hasta el 13 y después del 13. En esa primera fase, además de la belleza, nos encontramos con el típico recorrido roto, ideal para fartlek y las subidas son llevaderas, pero hay que ser conservador. Y a partir del 13 es otra historia. Y esa historia, además de preparación hay que encararla con mucha fuerza psicológica. Como bien dice Antonio - y yo creo que de nosotros es el más autorizado-, estas carreras hacen que te conozcas mejor como corredor. Y asumiéndolas la mejoría puede ser considerable.
Reflexionaré sobre ello, pero ya percibo que siento los estímulos de la subida que experimenté en mi época ciclista y que había olvidado.

Anónimo dijo...

Pues sí, a mi me pasa igual tengo las piernas pidiendo guerra, de hecho ayer pensé en salir a trotar un ratillo, lo que pasa es que el trabajo me tiene muy liado. Veo que la carrera está dejando poso, que teneis la mirada de las alturas y que os estais dejanando seducir por el lado.... Por la cara norte del Veleta.

Compae, bonita carrera esa del Sudán, habrá que ir pensando en la estrtegia para ganarle a los negros, al parecer si te persigue un león tienes más posibilidades.

Un abrazo



Un abrazo.

Co

victor dijo...

Javi, estoy contigo, las piernas están perfectamente y con un buen tono muscular, mucho mejor que la semana pasada después de la carrera de Orgiva, si me da tiempo me iré a trotar algo por ahí.

Un saludo

Anónimo dijo...

José Antonio, tu crónica está en la página de los Trotanoches, supongo que lo sabrás. Hay también varias galerías de fotos, pero no he conseguido localizarnos a ninguno de nosotros en ellas (sólo he echado un vistazo rápido). ¿No iban a publicarlas en la página de la Calahorra?

José Antonio Flores Vera dijo...

Resulta que tenemos las piernas intactas o casi. Pues, oye, estamos para subir al Torreón de Albolote.
Ha estado hoy Abel por aquí por mi trabajo y si puede se apunta al Torreón. A ver cuando quedamos y podemos todos o casi todos.

Sí, he visto mi crónica y mi foto en Los Trotanoches. E indican que faltan fotos por incluir. No he mirado muy bien, pero sí he visto una que se ve a lo lejos a Jesús corriendo. Jesús¡¡¡, pincha en www.lostrotanoches.com o la guardo y te la envío.

Mario dijo...

na de agujetas??? quizas por que el esfuerzo es mas pulmonar-cerebral.
Esta semana no puedo por la tarde, pero si alguien quiere ir al llano por el alba que lo diga, a las seis y media de la mañana ya ha amanecido, merece la pena.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Algunos pidiendo fotos, aquí tenéis mi galería de Flickr por si os encontráis:

Fotos de la Ragua

Anónimo dijo...

He estado trotando 12 kilómetros y tengo los gemelos como el cristal. Ustedes estarán más fuertes, pero tengan cuidado. Jose, ahora busco esa fotillo

Anónimo dijo...

Dudo entre el torreón o un buen madrugón y ver al amanecer sobre Granada. Qué os parece la idea de acompañar a Mario, eso también es un reto bueno.

Jesús Lens dijo...

Compae, aunque crees que estás hablando de coña, un día de estos vamos a hacer una propuesta atlético-viajero-africana que... bueno...

Un lugar del mundo negro: la Casamance, repleta de referencias históricas.

Ya hablaremos más largo y tendido...

José Antonio Flores Vera dijo...

Compae Paco, que las propuestas de Txus, van en serio...

Antonio, a mí sí me atrae esa idea (tío, me convences a la primera, qué capacidad la tuya¡¡¡jeje)

Mario dijo...

nada pues manos a la obra, ya es tarde para mañana, pero el jueves o viernes quedando a las seis media en el salón o correos por decir un sitio, a las ocho o antes se acaba y son 17 o 18 km mañaneros, antonio tu desde tu casa tardas diez minutos, jose antonio tu un poco mas, y a subir pa arriba.
ahora que tb puede ser mañana, asi en caliente....

Anónimo dijo...

Mario mañana es muy pronto, acabo de hacer 12.6 Km con el amigo Abel, pero para el jueves o viernes es un buen momento, cuenta conmigo, a ver, además de Mario, José Antonio y yo mismo, quién más se apunta.

Quedada mañanera para ver el amaneder desde el LLano

José Antonio Flores Vera dijo...

Mario, a qué hora acabaríamos el recorrido? Tengo que calcular porque entro a las 8,30, y hay que volver ducharse, etc.,etc. ¿ Los sábados subes de madrugá ?

Jesús Lens dijo...

Yo tengo que estar a las 7.55 tomando café. No contéis conmigo!!!

Mario dijo...

vamos a ver, si estamos a las seis y cuarto en correos por asi decirlo, sobre las siete y media ocho menos cuarto, podemos estar prestos para la ducha mas o menos. Lo suyo es que os presteís en un día laboral, se ve la jornada de otro modo, asi que mañana pues???

José Antonio Flores Vera dijo...

....eso supondría estar en pie a las 6 menos cuarto para salir a las 6 y cuarto, no sé, no sé, suena atractivo pero, en mi caso, tendría que cambiar mucho los bioritmos acostarse-levantarse y no es fácil conseguirlo en un día laboral..., además de ir con la lengua fuera para cumplir el horario laboral. Queridos compañeros..por lo pronto, me autoexcluyo...

Mario dijo...

sois capaces de subir la ragua y no de levantaros a las seis de la mañana???? antonio manifiestate

José Antonio Flores Vera dijo...

jaja, Mario, a las 6 de la mañana tampoco subiría a La Ragua.
En pocos días retrasamos un poco la hora de entrada por el horario de verano y podría ajustarlo, creo yo. Habrá que probar ese horario y luego juzgar. Te lo comento la semana que viene.

Anónimo dijo...

¿Váis a hacer algo el sábado por la mañana? Ya sé que me examino el domingo, pero me da igual... Barajaré correr, no sé...igual hasta me viene bien, para despejarme.

Antonio dijo...

Claro Javi, lo que necesites, sí quieres salir a correr para despejarte, cosa que te vendrá muy bien, cuenta con un voluntario, a lo mejor más de uno.

Eso sí, un recorrido llano, un pinillos o algo así, que con tanta cuesta vamos a tener que cambiarnos en nombre.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Aquí uno al que le duelen todavía hasta los huesos martillo, estribo y caracol del oído. A ver si mañana ya empiezo a mover un poco el esqueleto

Jesús Lens dijo...

El sábado estaré volviendo de Carmona, me temo.

¿Hay o no hay incidente?

¿Iréis a Dúrcal?

Anónimo dijo...

Jesús, hemos quedado a las 21:15 en la puerta del Kinépolis. Vamos a ir la sesión de las 22:15, es la digital.

Miguel Ángel dijo...

Jose Antonio creo que eres de Pinos Puente no?? bueno aver si nos movemos y creamos aqui una carrera en nuestro pueblo, llevo poco practicando el running pero me estoy enganchando, un cordial saludo.
Miguel Ángel Moreno

José Antonio Flores Vera dijo...

Sí de Pinos Puente. Es posible que nos hayamos visto por la Vega Miguel Angel. Suelo correr por allí al menos una vez por semana. Saludos y bienvenido a este excelente deporte.

Miguel Ángel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Ángel dijo...

si, un dia le ví allí corriendo en la Vega, hiba paseando con Paquillo Cid con el que ahora salgo a correr junto con más amigos, por aquel entonces no estabamos como ahora, entonces Paquillo paró a hablar contigo y le dijistes que correr estaba en la mente, la verdad es que eso me sirvió a mí gratamente, verdaderamente correr es totalmente psicológico y me ha servido muchísimo, tanto que en la última recta cuando veo el parque de San Rafael de lejos digo a mí mismo "si estuviera el doble de lejos, seguramente no estaría tan fatigado", esta reflexión me hace correr más kilometros además de pulverizar cada dia en menos tiempo esos 3.400 metros de Vega.
Verdaderamente su reflexión es válida, Correr está en la Mente.

José Antonio Flores Vera dijo...

Me acuerdo de tí Miguel Angel. Me alegro que te esté gustando correr. Te aseguro que es uno de los mejores deportes que puedas encontrar.
Si envías tus mensajes a la entrada más reciente lo leo antes. Saludos.