martes, 29 de abril de 2008

CORRER EN LA SOCIEDAD DE LA OPULENCIA

Esta tarde al abrir mi correo electrónico me he encontrado con uno especial. Por medio de él, una persona conocida me muestra su gratitud porque ha obtenido una plaza pública por oposición "en gran parte gracias a ti". En realidad, era mi obligación: me pagaban por ello, pero me quedé reflexionando un rato sobre la gratitud, ese valor que se está perdiendo a pasos agigantados en esta sociedad cada día más autómata e impersonal. Horas antes había leído unas reflexiones del llamado "filósofo del correr", el Dr. Sheehan -ya fallecido-, que tuvo la gentileza de enviarme Paco Montoro (ahora comprendo amigo mío el por qué de tu devoción por la filosofía de este vocacional corredor). De manera que sin saber exactamente el motivo uní un acontecimiento con otro. En ambas cuestiones vislumbré una conexión indeleble, que no es otra que ese halo de luz que ofrecen los sentimientos y la sensatez de algunas personas. Si esa antigua alumna ha demostrada sensatez y gratitud no menos demuestra Paco Montoro enviándome unos textos que sabía a ciencia cierta que me subyugarían, y no menos gratitud demostró el Dr. Sheehan cuando reflexiona de la manera que lo hace sobre el corredor y su mundo.


Y pensé sobre si la visión de las cosas, de la vida, de la sociedad, de las personas, de todo lo que nos rodea -tal y como viene a afirmar el "filósofo del correr"-, tiene que ver con el correr. Si es esta actividad, que a tantos nos tiene atrapados, algo más que eso, como ya barruntaba y así expuse en la charla sobre el mundo del corredor que impartí en febrero. El Dr. Sheehan afirma que así es. Que el corredor es un ser que observa el mundo de distinta forma. Sólo quiere que le dejen correr -"dejad que me ausente", como diría el buen doctor-. Lo demás no importa. ¿Pero se puede construir todo un modelo de vida en torno a esa filosofía? No es fácil, pero creo que sí, se puede. Cuando el individuo ya ha llegado a una edad, en la que es posible que no sepa con exactitud lo que quiere, pero sí sabe exactamente lo que no quiere, sí es posible establecer un modelo de existencia basado en el correr, que tiene una base física pero que es también una forma de vida. Pero nada tiene que ver con las marcas ni con los podios como decía en el anterior post. Correr para ser mejor persona o al menos correr para no empeorar aún más nuestra maltrecha sociedad.



Correr en la sociedad de la opulencia contiene elementos que van más allá de la visión física de la actividad. Es intentar volver al momento en el que nos perdimos en esa bifurcación a la que se refiere el Dr. Sheehan; o bien como afirma el Dr. Campillo en el Mono Obeso, intentar recuperar aquella función para la que fuimos concebidos, para lo cual hay que desandar mucho camino erróneo que pasa por buscar unos mejores hábitos alimenticios, una eliminación del sedentarismo, y un sentido más natural de la existencia. Y buscar esos caminos me temo sea antagónico con otras formas de vida más basadas en hacer de la existencia un fértil campo de especulación y avaricia, que tantos efectos perversos conllevan, malos hábitos alimenticios o actividades insanas por poner unos pocos ejemplos.

16 comentarios:

Paco Montoro dijo...

Tengo la costumbre de las entradas que me motivan, las copio y pego en una carpeta, esta ha sido una de ella. Un saludo

José Antonio Flores Vera dijo...

Para mi es un honor que así sea Paco. Yo también la escribí muy motivado y convencido, a lo que contribuyó los excelentes textos del Dr. Sheehan que me envíaste. Saludos.

Anónimo dijo...

"Dejad que me ausente". Menuda reflexión. Es lo que yo pido durante la semana cuando me calzo las zapas, se lo pido en silencio a todo lo que me rodea. Me ha encantado la entrada, José Antonio. Y tb es reseñable la gratitud demostrada por esa alumna; el agradecimiento es algo que se confunde con la obligación o el compromiso: no damos las gracias porque creemos que siempre se nos debe algo.
un saludo

Abel dijo...

Cada cual logra "ausentarse" de una manera diferente. Nosotros lo logramos corriendo, otros lo harán meditando, otros necesitan ausentarse físicamente (viajeros incansables), incluso algunos creen que la huida puede llevarse a cabo a base de sustancias químicas (alcohol, cannabis, coca, etc)
En realidad el nexo común es la necesidad de abandonar lo cotidiano, lo sociable, la rutina, la marabunta, en busca de un paraíso real u onírico, donde perderse para volver a reencontrarse.
Saludos!!

José Antonio Flores Vera dijo...

Interesante reflexión la que haces, Javi. La gratitud de alumnos-as - tu lo sabes muy bien - es extraña y por ese mismo motivo es tan especial y emotiva.
Por cierto, el libro de "El niño con el pijama de rayas", también sobrecogió a Mati igual que comentabas le ocurrió a Nuria. Cuando lo leamos lo comentamos, a ver que reacción produce en nosotros.
Es cierto, la primera vez que leí algo sobre este libro también fue en el blog de Jesús, al que "obedezco" ciegamente en cuanto a recomendaciones literarias o cinéfilas.

José Antonio Flores Vera dijo...

Estás en lo cierto Abel, son mecanismos escapistas y cada cual elige las suyas. Y nosotros tenemos suerte de contar con una actividad "escapista" que además está lleno de virtudes, bondades y al alcance de la mano. Saludos e id preparando los cuerpos para el día de la Cruz -correr y abrevar-.

Anónimo dijo...

Escapismo Verde: me gusta como lema de nuestras equipaciones

José Antonio Flores Vera dijo...

o VERDES AUSENTES, jeje

Antonio dijo...

Eso eso, que entre tantas movidas estamos un poco desarticulados. Quedada quedada + cruces, y así nos escapamos juntos. Eso sí, suplico trote cochinista, para los que todavia les duele hasta el alma. O pensais aprovecharos de dos seminvalidos.

Un abrazo

Onio dijo...

Buena entrada Jose Antonio. Me ha encantado eso de "dejad que me ausente", es simplemente genial.
Por otro lado es loable todo aquel que agradece a un maestro lo aprendido, sobre todo en estos tiempos en que palabras tales como "gracias" y "por favor" parecen destinadas a desaparecer.
Un saludo.

Mario dijo...

escapismo.1. m. Actitud de quien se evade o huye mentalmente de la realidad.
segun esto, creo hacer deporte o actividad física es todo lo contrario, un encuentro con la realidad... aunque es cierto que la realidad a veces no me gusta y me sirve de escapismo
Especificar si quedáis el 3 o el 4, o ambos

Jesús Lens dijo...

Uf. No quiero repetir muchas de las cosas que se han dicho sobre el tema de la ausencia, pero coincido al 1000%. Irse, muchas veces, es la mejor manera de seguir estando, después.

Yo necesito viajar, por ejemplo, por el viaje en sí; pero también porque la vuelta hace de mi ámbito espacial algo diferente, nuevo, estimulante.

Hace tiempo escribí sobre ello. Huir, marcharse, irse... palabras muy, muy importantes que la pareja de uno debe comprender en su justa medida para que podamos quedarnos siempre.

Vacuit dijo...

Me parece muy bien todo lo que contáis sobre el escapismo, o las ausencias de la realidad. Pero yo propongo otra opción muy socorrida: las realidades paralelas, esa fuga a ese otro mundo que el huido ha creado y que puede ser tan real o más que el entorno con el que se relaciona.
Sobre la gratitud, habría que distinguir entre la sincera y el interés, o desde un punto de vista más realista, valorar que parte hay de una cosa y de otra (perdonar mi escasa fe en nuestra especie)
Un saludo
p.s. me ha encantado lo de "escapismo verde"

Anónimo dijo...

Y que duren muchos años nuestras ausencias.
Ausentarse para salir de la rutina, encontrarte contigo mismo, hablar, preguntar, comentar , reir, sufrir, etc , etc.
Con solo calzarte unas zapatillas , y rodearte de buenos amigos ,lo que puede uno disfrutar.
Magnifica entrada compae.

Un fuerte Abrazo, buena GENTE.

José Antonio Flores Vera dijo...

Os veo reflexivos, filósofos, trascendentes, profundos, poéticos, prosaicos, espirituales, atávicos, un placer leer todas vuestras reflexiones.
Bienvenido Vacuit a este blog, tan heterogéneo a veces, que pareciera levitamos, jeje. Es cierto, no hay motivos suficientes para creer en el género humano, pero hay veces, contadísimas veces en que un gesto, una palabra, una idea, nos ilusiona. Pero siempre nos quedará correr, como a Bogart le quedaba Paris en Casablanca.
Gracias Onio.
Gracias Compae (hoy he corrido por la Vega de Pinos)

Mario planteaba quedar el 3 o el 4. Propongo - que no dispongo - lo siguiente: corremos el sábado por la mañana, a eso de las 10, hacemos los kilómetros que dispongamos nos duchamos y quedamospara tomar cervezas en las Cruces.
Pronunciaros lechones.

Jesús Lens dijo...

Más tarde, por fa, algo más tarde!!!